¡Las locuras que hacemos en nombre de la belleza!

¡Las locuras que hacemos en nombre de la belleza!

Por: Natalia Prada Ortega

Últimamente escuchamos por parte de muchas personas y la sociedad en general frases acerca de cómo debemos sentirnos a gusto con nuestro cuerpo, como este debe ser nuestro templo y debemos tratarlo como un tesoro, pero al mismo tiempo muchas de las personas que nos dicen esto dedican la mayoría de su tiempo a cultivar su cuerpo, pasan horas en el gimnasio y cuidando su alimentación, a muchas les pagan por eso. Esto no está mal, pero siento que muchos influencers y gurús del fitness comparten este tipo de rutinas y estilos de vida sin darse cuenta que en realidad son personas muy privilegiadas y que la mayoría de la población mundial tal vez no tiene tiempo de hacer ni siquiera 30 minutos de ejercicio, o los recursos para prepararse un batido verde hecho con extractos, comprar quinoa y productos bajos en grasa en el mercado. 

En una época pandémica como la que vivimos actualmente hay familias que en países como Colombia solo pueden tener acceso a una comida diaria, o se deben despertar a las 3am para viajar durante dos horas a su trabajo, entonces digamos que el cuerpo como templo no es una prioridad, pero lo mas loco es que sobretodo las mujeres, independientemente de la clase social, estamos constantemente bombardeadas de información, tendencias y consejos para vernos “lindas”, poderosas y saludables. Mamás perfectas, mujeres perfectas a las que les alcanza el tiempo para hacerlo todo, bien y de manera saludable. A veces es agobiante ¿cuántas no han dejado de seguir cuentas de fitness o de personas que hacen recetas saludables y consejos de belleza por que a veces les generan ansiedad y culpa?

Esto no es nuevo, a lo largo de la historia siempre se nos ha dicho cómo debemos vernos y aunque los cánones de belleza y salud han cambiado todo se resume a que existe una forma aceptada por la sociedad del momento y aquel que se salga del molde, es feo, es gordo, es freak, cuando en realidad a estas alturas de la vida cada uno debería tener derecho a hacer con su cuerpo y su templo lo que quiera siempre y cuando esto no  afecte a los demás.

En la antigua Grecia los hombres de labios gruesos y mejillas marcadas sabían que su belleza era nada más y nada menos que un regalo de los dioses (no quiero imaginar el ego de estos personajes) los griegos pensaban que si una persona era bella por fuera también lo era por dentro, de ahí viene la frase de mente sana cuerpo sano, tenían una palabra para esto: kaloskagathos, que significaba ser agradable a la vista y, ser una buena persona, aunque todos sabemos que eso no es del todo cierto. Por el contrario las mujeres consideradas hermosas eran  peligrosas y malvadas pues podían convencer a los hombres con sus atributos -como siempre las culpables de todos los males a través de la historia-.

Desde siempre hombres y mujeres hemos tenido que ceñirnos a ciertos cánones, esto no es nuevo. En Grecia existían los concursos de belleza llamados  kallisteia, a los hombres que ganaban les ponían cintas en las partes del cuerpo más atractivas como muslos, o brazos y a las mujeres con las caderas mas voluptuosas las dejaban escoger donde iba a quedar el templo de Afrodita la diosa del amor.

Pero, ¿y si la persona no cumplía con estos atributos? ¿que había que hacer al respecto? desde ese momento hombres y mujeres empezaron a hacer cosas muy locas para verse “bellos” según las exigencias de la sociedad. ¿Hasta dónde estarían dispuestas a llegar para verse bellas? aqui les voy a contar algunas de las tendencias actuales y antiguas que para mi no dejan de ser una locura.

Durante  siglos hombres y mujeres han querido tener pieles pálidas y han adoptado rutinas de belleza un poco peligrosas, en Grecia, Roma, Francia e inglaterra  las mujeres se aplicaban polvos hechos con plomo para verse más blancas, dejándoles la piel con cicatrices permanentes, muchas de ellas morían envenenadas. En el renacimiento algunas se ponían sanguijuelas para perder sangre y verse más pálidas y durante la época de Maria Antonieta las mujeres se dibujaban las venas para que su piel pareciera más translúcida.

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Actualmente en Asia esta misma tendencia se mantiene pues la obsesión por tener una piel lo más blanca posible ha llevado a miles de mujeres a utilizar cremas blanqueadoras y a hacerse peelings hasta con alcohol isopropílico llevándolas a tener graves repercusiones en su piel por el resto de sus vidas. En diferentes países asiáticos la piel blanca se relaciona con estatus, dinero y poder, la piel bronceada representa trabajo duro en el campo y ser pobre (igual que en la época victoriana) ¿Absurdo, verdad?. Es por esto que muchas marcas de maquillaje asiáticas se centran mucho en productos que prometen blanquear la piel pues estar bronceado no es precisamente sinónimo de belleza. Cómo pueden ver los tiempos no cambian tanto.

Por otro lado, en occidente en estos tiempos parece haber una obsesión por las cejas gruesas y emplumadas, y las pestañas larguísimas. Dentro de las tendencias más importantes actualmente encontramos las pestañas pelo a pelo que realizadas por profesionales son una alternativa para tener pestañas largas y gruesas pero en malas manos pueden ocasionar reacciones alérgicas al pegamento o a otro de los materiales empleados, daños en el párpado producidos por el contacto de la pinza al insertar la pestaña e infecciones en el párpado o en la córnea. Mientras tanto en la edad media uno de los principales atractivos de las mujeres era la frente y por esta razón muchas se quitaban cejas y pestañas para que así la frente se viera más amplia… ¿Quién nos entiende?

¿Y qué me dicen del pelo? Hace poco leí un tweet de una persona que contaba como en su empresa, el jefe había decidido que todas las mujeres de cabello rizado debían ir cepilladas y lisas, ya que el pelo crespo según él, siempre se veía despeinado y las hacía ver menos profesionales. Por décadas las mujeres han modificado la estructura de su pelo de acuerdo a la moda o a las imposiciones sociales, las mujeres de raza negra por ejemplo tiene una larga y dolorosa historia con los productos para alisar el pelo, muchas crecieron pensando que su pelo natural estaba mal o las hacía tener una mala presentación ante la sociedad y se sometieron durante horas a procesos dolorosos y tóxicos, perjudiciales para su salud. Pero esto no es nada nuevo, durante el reinado de los Tudor en Inglaterra así como la piel debía ser blanca, el pelo considerado más bello era el rubio o rojo natural, por esta razón muchas mujeres utilizaban una mezcla de azufre y plomo para tener melenas rubias o rojizas, las que tuvieron suerte solo quedaron calvas muchas otras murieron envenenadas.

Como estas, existen miles de historias en la antigüedad y en la actualidad, la conclusión a la que llego es que siempre alguien nos ha dicho cómo debemos vernos, que debemos usar, como debe ser nuestra piel, nuestro pelo, nuestra cintura, nuestras pestañas… ¿hasta cuándo vamos a permitir que esto pase? Es momento de construir nuestra imagen personal y nuestro cuerpo como un templo pero siguiendo nuestros propios cánones de belleza de acuerdo a nuestros intereses, posibilidades y sobre todo sin poner en peligro nuestra salud. No todas las mujeres flacas son sanas, ni todas las gordas lo son por que no comen saludablemente, no todos los pelos rubios son lindos y sanos, no todas las pieles blancas parecen de porcelana, todas somos diferentes y queremos cosas diferentes.

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Foto portada: The makeup Gallery

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Somos un mundo creado para la mujer actual, una fuente de inspiración que nutre la mente, el cuerpo y el alma. Reunimos a todas aquellas personas, marcas y estilos de vida que nos inspiran, motivan y admiramos para impulsarte a encontrar tu valor y poder personal.

Natalia es Multimedia Makeup Artist del Make Up Designory en Los Ángeles, California y Maestra en Artes visuales con énfasis en expresión gráfica  de la Pontificia Universidad Javeriana. Actualmente  divide su tiempo entre proyectos cinematográficos, comerciales y académicos.

En películas y series ha participado como diseñadora y jefe de maquillaje en producciones nacionales e internacionales como Siempre Bruja de Netflix en las temporadas 1 y 2,  Kingpin y Oro Rojo de History Channel,  Mamá al Volante y Malos Días, por el cual recibió el premio Macondo de la Academia Nacional de Ciencias Cinematográficas en el 2016 a Mejor Maquillaje . En servicios de producciones extranjeras en Colombia ha trabajado como jefe de maquillaje en la serie Treadstone de NBC Universal y la película Higher Ground de Foam Productions, realizadas en Colombia en el 2019.

En los últimos meses realizó el diseño de Maquillaje de las películas Pepe Cáceres de Resilience Films  y Tarumama de Dynamo Producciones que serán estrenadas en el 2021. Actualmente es la Supervisora  de maquillaje para Colombia de la película Coreana “Bogotá” cuyo protagonista es el reconocido actor Song Joon Ki.

En Publicidad ha trabajado para  reconocidas marcas como Pepsi, Samsung,  Johnnie Walker, Nissan,  General Motors, Schwarzkopf, Johnson & Johnson entre otras. También ha sido docente de maquillaje en reconocidas universidades como LCI , Universidad de la Sabana y la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá.
 

Multimedia Makeup Artist,  Artista visual con énfasis en expresión gráfica

Celular: 57-3107660359 /  Email:[email protected]