En su cruzada conocerá hombres buenos y especiales, otros más simples e insípidos y se dará cuenta de que los prospectos de príncipe también son de carne y hueso y tienen defectos. Sabrá que son nobles e imperfectos como ella, quizás inseguros o tímidos y seguirá buscando al “perfecto” mientras se despide y da las gracias por los favores recibidos para continuar con su búsqueda. Eclipsada por las apariencias, besará algún sapo encantador que le prometerá todo lo que busca y luego comprenderá que era un gran acto de ilusionismo fraudulento. Triste y adolorida, pensará que los príncipes definitivamente no existen y que todo eso se lo inventó. ¡Un engaño publicitario de Disney que ha pagado muy caro! Con el corazón y las ilusiones rotas, odiará a los hombres por un rato, hablará pestes de ellos y cuando se le pase la magulladura volverá a soñar con ese príncipe azul adolescente, menos elaborado, más aterrizado y maduro que sabrá cuidar su corazón del dragón de la indiferencia y el desamor.
Menos exigente con las cualidades que el príncipe debe tener, sabrá escoger con mayor discernimiento los ítems de la lista que le resultan NO NEGOCIABLES. Entonces volverá a salir de su castillo de protección con los ojos más abiertos, los pies mejor puestos en la tierra y la cabeza más despejada para seguir buscando. Hasta aquí todo suena más sensato. Lo triste es que su corazón habrá aprendido a desconfiar. Ahora su búsqueda estará matizada por el dolor de haber sido herida y la sospecha de que los sapos están en todas partes y no se puede abrir a otro prospecto así no más. Añadirá toda suerte de trampas en el camino del corazón para cuidarse de sapos y serpientes. Aprenderá a defenderse, a ocultarse y a dejar ver sólo algunas partes de su interior. Al fin y al cabo, es un mundo peligroso y las princesas modernas necesitan aprender a defenderse solas. En su proceso también lastimará a algún buen hombre que se le acerque sin prevención y ella misma se convertirá en la sapa que rompa el corazón de alguien.
¿Cuántas hemos empezado nuestra vida emocional así? Bueno, si ninguna se identifica con esto entonces los primeros párrafos sólo habrán sido una auto revelación. Yo, sin lugar a duda, comencé mi vida amorosa inmersa en la nube de fantasía que me llevó a ver sólo lo que quería, no ver lo que había y añorar lo que no tenía. ¿En tal grado de desconexión con la realidad ¿quién puede ser un buen partido? En el proceso de actualización de mi propia auto imagen pasé de ser princesa a rana de pantano de una relación a la otra. Es por ello que decidí parar mi deseo de encontrar afuera lo que solo podría encontrar adentro y retomar el cuidado de mi corazón. Sería yo mi propio príncipe, responsable de darme el cuidado y amor que buscaba en otros.
Todo este preámbulo para que entiendan el tipo de princesa ninja que conquistó mi marido hace más de 5 años. ¡Ja! ¿Pensaron que no lo había encontrado? Lo encontré en el lugar menos pensado cuando había prometido que no lloraría más por un hombre y me había declarado curada de la estupidez romántica. El universo sabía que todos los estadíos de ese camino de ilusiones y desilusiones tenían el único y verdadero propósito de traerme de vuelta a mí misma. Habiendo encontrado mi amor propio la vida tuvo la generosidad de regalarme al mejor partner del mundo para que éste fuera un camino más colorido, cálido y feliz.
Jorgito, mejor conocido en las esferas de mi corazón como Puchi, es un verdadero bacán. Es una mezcla de dulzura infantil con fortaleza varonil, psicorrigidez capricorniana con flexibilidad artística. Claramente supo llegar a mi corazón sin trampas y sin promesas engañosas. De hecho lo conocí en medio de una quiebra económica y una crisis existencial que no daba para que usara artimañas de galán de novela (aunque dudo que lo hubiera intentado, no es su estilo). Hoy en día agradezco que nuestro comienzo haya sido así: sencillo y sin muchas pretensiones más que conocernos, acompañarnos y querernos.
Lleno de virtudes y de limitaciones humanas, Jorgito me conquistó con sus colores y talentos.
Amo su pelo café, su piel blanca y lunareja, su barbita roja, sus ojos miel y su sonrisa color hueso me derriten. Junto con mi amiga Marce tiene el humor más blanco que conozco; sus chistes son a prueba de niños de preescolar pero me divierten. Lo que más me gusta es que, a pesar de ello, se divierte con mi retorcido humor negro.
Amo sus talentos: productor, compositor, cantante, guitarrista, pianista y recientemente lavador de platos profesional gracias a la pandemia. No hay un ruido de electrodoméstico que Jorgito no armonice y reproduzca al mejor estilo del beat-boxing. ¡La licuadora nunca estuvo mejor orquestada!
Un día después de un largo beso apasionado le confesé “¡me caes super bien!”, desconcertado con el comentario anticlimático me miró con cara de “¡¿qué carajos quieres decir con eso?!”. Tuve que explicarle que, después de tantos ires y venires, había entendido que el romanticismo sin practicidad solo era algodón de azúcar: nadie puede vivir de eso mucho tiempo sin morir de hambre o de coma diabético. Si tu pareja no es tu amigo, no puedes decirle lo que sientes y piensas, no hay espacio para sentirte y ser diferente y además te cae gordo/a ¡pues ya valiste! Esa relación tiene fecha de caducidad o si perdura, será un constante trago amargo. Gracias al cielo la explicación le convenció porque eché a perder el momento romántico con mis epifanías pragmáticas. Pero, ¿cómo culparme? He presenciado tantos divorcios cercanos en matrimonios llenos de amor que la fórmula del éxito no puede reducirse solo a sentir, también hay que pensar y actuar.
Me gusta vivir con él, su presencia me resulta deliciosa y simpática. No me friega la vida, no me critica y sabe que me derrito por él pero que tengo mis límites y los respeta. Nuestros desencuentros rayan entre lo cómico y lo terapéutico. Hemos encontrado maneras creativas de desencontrarnos sin mayores traumatismos. Cuando hemos tenido desencuentros mayores, hemos ido a terapia para descubrir el mensaje oculto detrás de los desajustes que evidencian que somos una pareja en construcción.
Jorgito me ha sorprendido con su disposición para estar presente y atento a lo que nuestra relación requiere para mantenerse viva, vigorosa e interesante. Quien creyera que un hombre 7 años menor tuviera más inteligencia emocional que muchos de mis contemporáneos. Él ha sabido abrir su corazón con claridad y nobleza. Eso me enamora, porque me demuestra que no es necesario tejer estrategias para amar. Claudio Naranjo hablaba de los 3 amores: el erótico, el compasivo y el admirativo. Creo que es necesario desarrollar estos tres amores en la pareja y requiere emprender un proceso de autoconocimiento y transformación que empieza en nuestra relación con nosotros mismos.
Creo que una relación a largo plazo requiere la tenacidad de un emprendedor, la paciencia de un anciano, la apertura amorosa de una madre y la claridad de un meditador. Tengo la firme intención de cultivar estas virtudes a diario para darle a nuestro amor el sostén que necesita para florecer. Espero que él elija hacer lo mismo día a día.
Solo el tiempo nos dirá si supimos cuidar el regalo que nos fue dado un 23 de mayo en medio de canciones, rezos y risas. Por ahora seguiré dándonos las gracias por haber hecho lo que estuvo en nuestras manos para nutrir nuestro amor... un día a la vez y solo por hoy.
Canción sugerida de postre: Brindo de Devendra Banhart
Fotografía: AndhikaMuksin
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Comentarios:
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Guitarrista, Terapeuta Gestalt, Musicoterapeuta, terapia de respuesta espiritual (TRE), péndulo universal.
Músico Guitarrista de la Universidad de los Andes. Terapeuta Gestalt de la Escuela Transformación Humana, Claudio Naranjo. Graduada del programa SAT dirigido por el Dr. Claudio Naranjo. Musicoterapeuta Humanista del Instituto Mexicano de Musicoterapia Humanista. Cuenta con estudios certificados en Terapia de Respuesta Espiritual (TRE) y Péndulo Universal. Meditadora comprometida con el linaje Bön Budista. Cuenta con experiencia docente y en recursos humanos además de desempeñarse como terapeuta, tallerista y conferencista. Diez años de experiencia en consulta privada atendiendo adultos, adolescentes y jóvenes que han vivido duelos, buscan mejorar su calidad de vida, reformular su proyecto de vida, fortalecer su camino espiritual y su autoestima, así como mejorar sus relaciones interpersonales y su vida en pareja. Creadora del programa Música Maestro enfocado en la utilización de la música como recurso pedagógico en la primera infancia.