La vida es un ciclo de ciclos. Estaciones que empiezan y acaban, mareas que suben y bajan, puertas que se abren y se cierran, vida que nace y muere.

Nosotros, como parte de esta sinfonía de transformación y cambios, también tenemos nuestros propios ciclos. Unos más tangibles que otros, y son estos últimos los que, cuando llegan, nos pueden hacer sentir confundidas, abrumadas, y/o que hemos perdido la dirección de nuestra vida.

Déjame te cuento que sé muy bien lo que se siente estar perdido de ti, porque he estado varias veces a la deriva y estoy segura de que lo estaré unas cuantas veces más, porque si de algo estoy segura es de que lo único permanente en esta vida es el cambio.

¿Cómo saber si estás pasando por un proceso de cambio?

à      Te sientes incómoda en tu presente, con nada te sientes bien.

à      Te sientes deprimida. Nada te hace feliz, nada te llena.

à      Sientes que algo le falta a tu vida, aún cuando parezca que lo tienes todo.

à      Sientes que tienes más para dar en tus relaciones, trabajo, desarrollo personal, etc…

à      Quieres que pase algo en tu vida que te ayude a dar el paso a un cambio, pero no sabes bien hacia dónde.

à      Estás pidiendo y esperando una señal para darte el valor y confianza a dar el salto. 

Si te identificas con una o más de estas afirmaciones, quiero decirte que algo en tu vida te está pidiendo un cambio de ciclo. No te asustes, no estás enferma o loca, es normal y te lo celebro. Nuestra sociedad nos ha mal informado que los cambios son malos y que tenemos que vivir una vida estable y constante. ¡Bull shit! Bienvenidos sean los cambios, pues es a través de ellos que crecemos, vivimos y evolucionamos.

Si te encuentras remando mareas altas y sin brújula, aquí te dejo seis pasos para no sólo sobrevivir y aprender a surfear las olas que se vienen, sino para resurgir EMPODERADA de esta metamorfosis

1.   Ríndete.

Suelta el control/resistencia y entrégate a lo que tu alma está aquí para aprender. Acepta tu presente y no te identifiques con cualquier emoción negativa que venga de lo que estás viviendo en estos momentos. El sufrimiento viene de no dejar ir más que de perder lo que estás dejando ir. Deja de pelear con el hecho de que hay algo que te pide un cambio.

2.   Cree.

Cree que estás en donde tienes que estar. Que no hay nada que hubieras podido hacer o dejar de hacer para cambiar el presente. Todo es como tiene que ser, tan es así, que es. Deja ir arrepentimientos, reproches, culpas. Confía que como está pasando todo siempre tuvo que ser.

3.   Crea un sistema de soporte.

Busca el apoyo de alguien amoroso en quien confías, que te acompañe en tu búsqueda. Sentirse solo es una parte del porqué preferimos alimentar viejos hábitos y regresamos a lo conocido, aún cuando sabemos que no es lo mejor para nosotros.

4.   Canaliza tu intuición.

Para saber a dónde ir debes saber dónde estás y qué quieres. Y para eso, necesitas encontrar ese espacio de divinidad que existe en ti y escuchar la intuición. Levanta tus antenas, canaliza tu voz interna y deja que te guíe.

5.   Diagnostica.

Es momento para la honestidad y para aceptar la razón real de por qué estás como estás. Este paso es clave. No sigas hasta que lo tengas. ¡Sin miedo! Encuentra el coraje para reconocer, honestamente qué es lo que te tiene sintiéndote así. Rastrea esa sensación como si fuera un síntoma físico. ¿Qué siento? ¿Cuándo lo siento? ¿A raíz de qué lo siento? ¿De dónde viene? ¿Qué necesitaría para dejarlo de sentir? Indaga en tus profundidades, que es ahí donde está el tesoro. Verbalízalo, acéptalo, hazlo real.

6.   Prescribe.

Así como un doctor no puede recetar nada hasta que sepa qué tienes, este paso no vale sin tener la respuesta del paso anterior. ¿Qué es lo que tu cuerpo, mente y alma necesitan para sanarse? Explora tu creatividad y diseña un plan de acción. No esperes a que sea perfecto. Al principio te tomará tiempo para sentirte lista, pero ¡MUÉVETE!, sólo así empezarás a construir tu confianza. ¿Qué vas a hacer y adónde vas ahora que sabes qué te ha tenido nadando en mareas picadas?

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