Se acercan las festividades y con ellas, las reuniones familiares. Estos encuentros, que deberían ser momentos de celebración y conexión, a menudo se convierten en una fuente de estrés y tensión emocional. ¿Te has preguntado por qué? La respuesta está en las complejas dinámicas familiares y en cómo aprendemos (o no) a establecer límites saludables. Mi nombre es Gia Daniela soy life coach y hoy vamos a hablar sobre cómo llevar estas situaciones incómodas de la mejor forma y además, tips para fortalecer tu autoestima para fortalecer estos límites necesarios.
En nuestra cultura latina, las relaciones familiares tienen un peso especialmente significativo. Desde pequeños, nos enseñan que la familia es lo primero, que debemos honrar a nuestros padres y mantener la unidad familiar a toda costa. Si bien estos valores tienen su mérito, a veces pueden llevarnos a situaciones donde sacrificamos nuestro bienestar emocional en nombre de la armonía familiar.
Todos tenemos una necesidad natural de pertenecer, de sentirnos parte de un grupo. Es un instinto que se remonta a nuestra infancia, cuando dependíamos completamente de nuestra familia para sobrevivir. Sin embargo, como adultos, esta dependencia ya no es necesaria para nuestra supervivencia física, aunque el vínculo emocional permanezca. Es aquí donde radica uno de los mayores desafíos: aprender a equilibrar ese deseo de conexión con la necesidad de mantener nuestra individualidad y bienestar emocional.
¿Cómo saber si necesitamos establecer límites más claros con nuestra familia? Las señales suelen ser sutiles pero constantes. Quizás notes que después de cada reunión familiar te sientes emocionalmente agotado, como si hubieras corrido una maratón emocional. O tal vez observes que tus opiniones y decisiones son frecuentemente cuestionadas o minimizadas. Esos comentarios sobre tu peso, tu estado civil, tu carrera o tus decisiones de vida que, aunque vengan desde el "amor" o la "preocupación", te hacen sentir invalidado y juzgado.
La buena noticia es que existe una manera de manejar estas situaciones sin necesidad de romper lazos familiares: la asertividad con carácter. Esta habilidad nos permite comunicar nuestros límites de manera firme pero respetuosa. Por ejemplo, cuando alguien hace un comentario no deseado sobre tu peso, podrías responder: "Gracias por tu interés, pero me siento cómoda con mi cuerpo actual" y cambiar el tema de conversación. No es ser grosero; es proteger tu espacio emocional.
La culpa suele ser una compañera frecuente cuando comenzamos a establecer límites, especialmente con la familia. Nos han programado para creer que poner límites es una forma de falta de respeto o deslealtad. Sin embargo, es importante entender que una relación saludable, incluso entre padres e hijos, requiere reciprocidad y respeto mutuo. No eres responsable del bienestar emocional de otros adultos, incluso si son tus padres.
Cuando te prepares para las reuniones familiares, es útil tener un plan. Esto no significa ir a la defensiva, sino estar preparado. Puedes decidir de antemano cuánto tiempo planeas quedarte, tener un plan alternativo de alojamiento si las cosas se ponen tensas, y practicar respuestas asertivas para comentarios que sabes que probablemente surgirán.
Durante los encuentros, mantén la calma ante los comentarios provocadores. Recuerda que las personas actúan desde su propio nivel de consciencia y sus propias heridas. Sus comentarios dicen más sobre ellos que sobre ti. Si sientes que tus límites no están siendo respetados, está perfectamente bien tomar un descanso o retirarte de la situación.
El proceso de establecer límites saludables es justamente eso: un proceso. Habrá momentos incómodos, conversaciones difíciles y quizás algunas lágrimas. Pero con el tiempo, verás que es posible mantener relaciones familiares significativas mientras proteges tu bienestar emocional. No se trata de crear muros, sino de construir puentes más fuertes basados en el respeto mutuo.
La clave está en encontrar ese delicado equilibrio entre honrar nuestras raíces familiares y honrarnos a nosotros mismos. Porque al final del día, cuando aprendemos a cuidarnos y respetarnos, podemos ofrecer una versión más auténtica y saludable de nosotros mismos a nuestras relaciones familiares.
¿Sueles angustiarte pro cómo va a ser una reunión familiar por comentarios que puedan hacerte?
Recuerda: establecer límites no es ser egoísta; es un acto de amor propio que, paradójicamente, nos permite estar más presentes y genuinos en nuestras relaciones con los demás. Con práctica, paciencia y compasión hacia nosotros mismos, es posible crear dinámicas familiares más saludables que beneficien a todos los involucrados. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @soygialifecoach o en Tik Tok como @soygialifecoach
Portada: Yang Miao
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“Soltar para Renacer”
Está en tus manos transformar y sanar el sistema de creencias que te mantiene enganchada en vínculos tóxicos y dañinos contigo misma y los demás.
Toma acción y hazte cargo de tu bienestar emocional. Permíteme mostrarte el camino que yo tomé y acompañarte a hacerlo
Gia Daniela
Coach de vida con licencia IAC Experta Universitaria en Evaluación e intervención psicológica de problemas de pareja
“Desde que empezó a quererse no hay tormenta que la detenga, infierno que la haga arder, o cielo que ella no pueda conquistar. Lo tiene todo, se tiene a ella”
Roberth Colmenárez
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Quien soy:
(Sobre mi foto)
Soy Gia Daniela y me dedico a acompañar a mujeres a un viaje interior de despertar de consciencia, en el que puedan reencontrarse con su niña herida y darle el amor que necesitó, para renacer en una adulta consciente y madura emocionalmente
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Conoce un poco mi historia:
Toda mi vida me interesé en el estudio del comportamiento humano, de hecho cuando salí del liceo, fui aceptada en una prestigiosa universidad de mi país para estudiar psicología; pero en ese momento estaba por cumplir uno de mis más grandes sueños, formarme como bailarina profesional en el Instituto Universo de Danza de Caracas.
Me recuerdo en un escenario cantando, bailando y actuando desde muy pequeña, así que mi decisión fue escoger esa segunda opción.
Mi carrera como bailarina siempre fue mi prioridad. Logré viajar y conocer otras culturas mientras “trabajaba” haciendo lo que más amaba por más de 14 años.
Pero aunque por ese lado las cosas iban bien, la que ahora reconozco como una herida abandono de la que no tenia consciencia, y mucha inmadurez emocional me llevaban a conectar en relaciones no tan saludables y que terminaba para pasar a otra y otra, en una carrera por encontrar amor, y sobretodo un terrible miedo a la soledad.
Por más de 12 años seguidos estuve en relaciones, sin permitirme conocerme, y construir una relación saludable conmigo misma.
Y fue hasta el año 2018, cuando el día de nuestro 5to aniversario (con compromiso de boda incluido) mi pareja tomó la decisión de terminar la relación.
Para mi fue como si el mundo se me cayera a pedazos. Porque vivía en Marruecos (trabajando como cantante u bailarina en uno de los mejores “Diner shows” de la ciudad de Marrakech), y aunque tenía compañeros maravillosos y un trabajo soñado; esta persona era mi mundo.
Mi vida giraba en torno a esta relación, mi familia estaba en Venezuela y Estados Unidos, con un océano Atlántico separándome de ellos.
Fueron los meses más duros de mi vida, en los cuales toque fondo y no sabía cómo salir de allí.
No fue sino hasta que decidí buscar ayuda profesional con una terapeuta que me diagnosticó un cuadro depresivo, y con mucha paciencia y experticia me acompaño a salir de la tormenta.
El camino no fue fácil, pero ahora agradezco cada paso; porque fue necesarios para reconstruir a la Gia que soy hoy.
Aprendí tanto, crecí tanto, que ahora le agradezco a mi ex pareja por dar el paso que mi dependencia emocional no me permitía dar. Y aunque suene trillado, “perderlo” para encontrarme es lo mejor que me ha pasado.
Ahora descubrí un nuevo propósito, que sin esa tormenta no habría descubierto; ahora quiero acompañar a la gran cantidad de mujeres que al igual que yo, conectan en relaciones de pareja desde una herida de abandono no atendida, y desde un sistema de creencias social súper tóxico que no las permite gozar de relaciones saludables y satisfactorias.
Por eso me formé para hacerlo de la forma más responsable que pueda, y con todo mi amor.
Mi formación:
Soy Coach de autoestima y relaciones de pareja. Con una certificación en RCC Empowerment Coach y una licencia de la Asociación internacional de Coaching (IAC)
También soy Experta Universitaria en Evaluación e intervención psicológica de problemas de pareja de la Universidad Tecnológica (Tech)
Me mantengo en constante formación con distintos talleres y cursos de mentores como Nilda Chiaraviglio, Pepe del Río, etc…
Y soy una consumidora empedernida de libros, podcast y audiolibros de crecimiento personal, manejo de emociones, bienestar emocional, relaciónela de pareja y autoestima.
Mi propósito como Coach es darte las herramientas que tanto mis estudios como mis experiencias me han dado para alcanzar el equilibrio dinámico y proceso de evolución en el que me encuentro.
