La herida de abandono es una experiencia que puede dejar profundas cicatrices emocionales, afectando la manera en que nos relacionamos con los demás y con nosotros mismos. Puede surgir tanto de una ausencia física como de una sensación de abandono emocional, y su impacto puede perdurar a lo largo de la vida de una persona, moldeando su estilo de apego y generando una persistente sensación de inseguridad. Mi nombre es Elizabeth Salvatierra, soy coach informada en trauma; y hoy vengo a explicarte cómo manejar y tratar esta herida de la mejor forma.

Las manifestaciones más comunes de la herida de abandono se reflejan en la dependencia emocional en las relaciones íntimas y en una hipervigilancia constante. Las personas afectadas suelen estar en alerta continua, con las "alarmas prendidas", y tienen dificultades para pedir ayuda o apoyo cuando lo necesitan.

El origen de esta herida suele remontarse a la infancia, particularmente a los primeros años de vida, cuando uno o ambos cuidadores o figuras de apego están ausentes o no están presentes de manera consistente. Esta falta de presencia puede generar un profundo dolor emocional en el niño, que se traduce en una sensación de falta de amor, protección y cuidado, sembrando así semillas de miedo e inseguridad.

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El abandono emocional durante la infancia puede ocurrir de forma independiente o estar acompañado de otros tipos de maltrato, como el abuso físico o emocional. Es importante destacar que muchas veces los adultos que han experimentado este tipo de abandono no lo reconocen claramente, ya que pueden recordar su infancia como "normal" o incluso "feliz".

Reconocer la herida del abandono es el primer paso para sanar. A menudo, esta herida no se percibe de manera evidente, pero con el tiempo se arraiga en el subconsciente y afecta nuestras relaciones y comportamientos. Las personas afectadas tienden a restar importancia a sus propias necesidades, reflejando la dinámica vivida durante su infancia, donde sus necesidades emocionales tampoco fueron atendidas.

Para abordar el miedo al abandono, es crucial intervenir dependiendo de su origen:

Revisar esquemas maladaptativos: Muchas veces, el miedo al abandono se basa en esquemas maladaptativos que se desarrollaron durante la infancia. Es fundamental revisar estos esquemas, encontrar su origen y recopilar información que los contradiga para desafiar y cambiar estas creencias limitantes.

Procesar el origen emocional: Si el miedo al abandono proviene de experiencias de abandono emocional en la infancia, puede ser necesario tratarlo como una lesión emocional y procesar el recuerdo de su origen. Reconocer que estas experiencias pertenecen al pasado puede ayudar a la persona a sentirse más segura en el presente.

Reprogramación emocional: Las personas que han sufrido abandono emocional a menudo desarrollan patrones de pensamiento y reacciones emocionales automáticas. Es importante cuestionar estos pensamientos y reprogramar las reacciones emocionales para romper el ciclo del miedo al abandono.

Existen diversas herramientas y técnicas para sanar la herida del abandono y desarrollar un apego más seguro:

• Movimientos conscientes y atención plena.
• Ejercicios de relajación muscular progresiva.
• Técnicas de liberación emocional y somática.
• Técnicas específicas de respiración consciente.

Estas herramientas pueden adaptarse según las necesidades individuales de cada persona y se pueden utilizar en sesiones individuales de terapia para facilitar el proceso de sanación.

Prevenir la herida del abandono en las generaciones futuras requiere un esfuerzo consciente por educarnos emocionalmente y desarrollar un apego seguro. Es fundamental que los padres y cuidadores se involucren en su propio proceso de sanación emocional para poder brindar un ambiente seguro y afectuoso a sus hijos.

Reescribir nuestra historia y dar sentido a nuestra narrativa personal puede ser un paso crucial en el camino hacia la sanación. Al enfrentar nuestros traumas y heridas emocionales, podemos cambiar la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás, rompiendo así los patrones de apego poco saludables y transmitiendo un legado de amor y seguridad a las generaciones futuras. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @Soyelisalvatierra 

Portada: Dilma Valkov