Sí oíste bien, ¡mantequilla de cebollas!
No sé por qué lo llaman mantequilla pues no tiene su textura, tal vez por lo suavecitas que quedan las cebollas. Este es un plato que según la cocina macrobiótica relaja el páncreas; órgano fundamental para la buena digestión y la regulación del azúcar en la sangre.
¿Qué necesitas?
-10 cebollas cortadas en medias lunas

-Pizca de sal marina

-Un chorrito de aceite de oliva o agua

-Un sartén con tapa

-Un difusor de calor

¿Cómo hacerla?

- Pon el sartén a fuego alto.
-Una vez caliente agrega el aceite o el agua para saltear (saltear significa que está en constante movimiento “saltando”).

-Una vez el aceite esté caliente o el agua hirviendo agrega una parte de las cebollas y la pizca de sal. No satures el sartén.

-Revuelve constantemente hasta que las cebollas se pongan transparentes

-Una vez transparentes estás lista para agregar la siguiente capa de cebollas crudas (esta vez menos cantidad que la primera vez).
-Repite este proceso hasta terminar con toda la cebolla.
-Una vez todas las cebollas están transparentes y soltaron su jugo (sudaron) lleva el sartén al fuego mínimo sobre el difusor de calor de 2-3 horas (esta vez sin revolver pero debe ser el fuego más bajito que tenga tu estufa). Mientras más tiempo se cocinen más dulces van a quedar.
Este platillo es muy buena base para otras preparaciones, también lo puedes usar sólo como acompañamiento para tus comidas. Lo puedes guardar en la nevera (una vez se enfríe) ¡hasta por una semana!
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¡Bon Apetit!

Fotografía:WilhelmGunkel