La vulva, a menudo relegada a un rincón desconocido de nuestra anatomía, merece una atención cuidadosa que muchas mujeres tienden a pasar por alto. Es tiempo de cambiar esa perspectiva y reconocer la importancia de este componente vital de nuestra anatomía femenina. Al mirar nuestra vulva, compuesta por los labios mayores, los labios menores, el clítoris y la entrada de la vagina, podemos comprender su complejidad y función. Soy la Dra. Matilde Gómez Frieiro, ginecóloga. Hoy abordaremos la necesidad de cuidar nuestra vulva y desentrañar los errores comunes que las mujeres suelen cometer en el cuidado de su área genital. Desde la forma correcta de limpiar la vulva hasta la frecuencia recomendada de higiene, exploraremos consejos prácticos para garantizar la salud de esta parte íntima de nuestro cuerpo.
En los últimos años, la depilación total se ha vuelto popular, pero es fundamental recordar que el vello cumple una función protectora. Médicamente, se recomienda al menos dejar vello alrededor del orificio de entrada de la vagina. La vulva merece ser cuidada, y este artículo explora por qué y cómo hacerlo.
Un error común es pensar que la vulva no requiere cuidados específicos. La piel de la vulva es más delgada, lo que la hace propensa a irritaciones por el uso inadecuado de detergentes, suavizantes u otros productos no diseñados para la zona. Este descuido puede resultar en molestias que podrían evitarse fácilmente.
La limpieza de la vulva debe realizarse con agua, evitando toallitas o esponjas especiales. Es esencial lavarse siempre de adelante hacia atrás para prevenir la transferencia de gérmenes. Se deben utilizar productos con pH ácido específicos para la zona íntima, evitando el exceso de limpieza o la introducción de objetos en la vagina.
Es fundamental evitar la humedad prolongada, optar por ropa interior de algodón, y prescindir de tangas, ya que pueden facilitar la migración de gérmenes. La elección de ropa interior de fibras artificiales y tintes debe ser cautelosa para evitar irritaciones en la piel sensible de la vulva.
La higiene vulvar diaria con agua y la mano es suficiente, utilizando productos específicos solo si es necesario. Durante la menstruación, pérdidas de orina o después de relaciones sexuales, se puede aumentar la frecuencia de cuidados.
Se deben evitar productos con pH alcalino, perfumes y ingredientes desconocidos. La vulva no necesita perfumes ni desodorantes. El uso de lejía en la ropa interior, detergentes fuertes o suavizantes también debe evitarse.
El picor o la sequedad vulvar pueden deberse a infecciones, enfermedades de la piel como psoriasis o eccemas, pérdidas de orina o liquen vulvar. La prevención implica detectar problemas a tiempo y aplicar tratamientos específicos según la causa.
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Cuidados en Diferentes Etapas de la Vida
Cuidar la vulva es fundamental para la salud femenina en todas las etapas de la vida. Con conocimiento y prácticas adecuadas, las mujeres pueden garantizar el bienestar de esta parte crucial de su anatomía. Si te quedo alguna duda o quisieras una asesoría, me puedes encontrar en Instagram como @dr.matildegomez
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Soy Matilde Gómez Frieiro, doctora en Medicina y especialista en Ginecología y Obstetricia con más de 30 años de experiencia. Me gusta definirme como ginecóloga de cabecera pues he tenido la suerte de acompañar a muchas mujeres en todas las etapas de su vida desde la adolescencia a la postmenopausia. Son mis pacientes las que me han hecho crecer con sus preguntas, muchas veces con cuestiones fuera de la ginecología clásica pero que me llevaron a investigar más allá para poder ofrecerles una respuesta. Por eso me introduje en los estudios de ginecología funcional y regenerativa para adaptarme a lo que demandaban mis pacientes. Actualmente estoy haciendo una labor divulgativa en Instagram y en diferentes medios de comunicación donde comparto lo que sé de una manera rigurosa pero asequible a cualquiera para que se todas conozcamos como funciona nuestro cuerpo y así aprender a cuidarlo.
