En el complejo tejido de la existencia humana, la energía femenina juega un papel fundamental, aunque a menudo incomprendido. Más allá de los estereotipos de género, esta energía es una fuerza vital presente en todos los seres humanos, independientemente de su sexo biológico o identidad de género. Comprender y cultivar esta energía puede ser la clave para alcanzar un equilibrio personal y profesional más profundo y satisfactorio. Mi nombre es Alexandra Tejada, soy coach en Autoestima y Relaciones de Pareja; hoy vengo a darte consejos y tips para conectar con tu energía femenina y encontrar una dualidad entre ambas energías.
Para comenzar nuestro viaje hacia la comprensión de la energía femenina, es crucial reconocer que todos los seres humanos poseen tanto energía masculina como femenina. Esta dualidad es inherente a nuestra naturaleza y no está ligada a nuestro género o orientación sexual. Podemos pensar en estas energías como polaridades complementarias, similares a la luz y la sombra, o lo positivo y lo negativo. Cada una tiene su lugar y propósito en nuestras vidas.
La energía masculina se asocia comúnmente con la acción, la creación y la construcción. Es la fuerza que nos impulsa a hacer, a lograr objetivos y a manifestar nuestras ideas en el mundo físico. Por otro lado, la energía femenina se relaciona con el cuidado, la intuición, la emocionalidad y la receptividad. Es la energía que nos permite nutrir, sentir profundamente y conectar con nuestro entorno de manera intuitiva.
Una metáfora interesante para entender esta dualidad es observar la anatomía humana. El pene, símbolo de la masculinidad, se proyecta hacia el exterior, representando la acción y la proyección hacia el mundo. En contraste, la vagina, símbolo de la feminidad, es receptiva, representando la capacidad de recibir y crear vida. Esta dualidad se refleja en nuestras energías internas, independientemente de nuestro género.
En nuestra sociedad contemporánea, existe una tendencia a valorar y premiar más las cualidades asociadas con la energía masculina. Admiramos a las mujeres "exitosas" que muestran rasgos tradicionalmente masculinos: competitividad, resistencia, ambición desmedida. Este desequilibrio ha llevado a muchas mujeres a desarrollar fuertemente su energía masculina, a veces a expensas de su energía femenina.
Este fenómeno tiene raíces históricas y sociales. En un mundo donde tradicionalmente los hombres han sido los proveedores y protectores, las mujeres han tenido que adoptar características masculinas para sobrevivir y prosperar en diversos ámbitos, especialmente en el profesional. Sin embargo, este enfoque unilateral puede llevar a un desequilibrio personal y relacional.
Reconocer la importancia de la energía femenina es el primer paso para cultivarla. Aquí hay algunas estrategias para conectar con esta energía vital:
La forma en que manifestamos nuestra energía femenina tiene un impacto significativo en nuestras relaciones personales y románticas. Cuando estamos demasiado en nuestra energía masculina, tendemos a atraer "niños" a nuestras vidas, es decir, parejas que requieren constante dirección y cuidado. Esto puede llevar a relaciones desequilibradas donde nos encontramos constantemente dando órdenes y controlando, en lugar de fluir y recibir.
Un aspecto importante a considerar es cómo nuestras experiencias pasadas, especialmente con figuras paternas, influyen en nuestras expectativas y comportamientos en las relaciones. Si no hemos tenido modelos de límites saludables, podemos caer en patrones de exigencia excesiva o manipulación sutil.
La clave está en encontrar un equilibrio. Permitir que nuestra pareja tome iniciativas y nos sorprenda, en lugar de intentar controlar cada aspecto de la relación. Esto no significa hacerse la "tonta", sino dar espacio para que el otro se exprese y contribuya de manera significativa a la relación.
En el mundo profesional, especialmente en posiciones de liderazgo, la energía femenina puede ser un activo poderoso cuando se equilibra adecuadamente con la energía masculina. Las líderes que logran este equilibrio no solo dan órdenes y establecen metas (energía masculina), sino que también nutren, apoyan y crean un ambiente de colaboración (energía femenina).
Una líder que incorpora su energía femenina:
Este estilo de liderazgo, que integra lo mejor de ambas energías, puede llevar a equipos más cohesionados, creativos y productivos.
El objetivo último no es suprimir nuestra energía masculina en favor de la femenina, sino encontrar un equilibrio armonioso entre ambas. Este equilibrio nos permite ser más completos, adaptables y efectivos en todos los aspectos de nuestras vidas.
Algunas estrategias para lograr este equilibrio incluyen:
Es importante reconocer que el camino hacia el equilibrio energético no está exento de desafíos. Nuestra sociedad todavía tiende a valorar más los atributos asociados con la energía masculina, lo que puede hacer que cultivar y expresar nuestra energía femenina se sienta vulnerable o incluso arriesgado.
Además, es crucial evitar caer en estereotipos o generalizaciones excesivas. La expresión de la energía femenina es única para cada individuo y no debe confundirse con roles de género tradicionales o limitantes.
La energía femenina es una fuerza poderosa y transformadora presente en todos nosotros. Cultivarla y equilibrarla con nuestra energía masculina puede llevarnos a una vida más plena, relaciones más satisfactorias y un liderazgo más efectivo y compasivo.
El viaje hacia este equilibrio es personal y continuo. Requiere autoconocimiento, práctica y, sobre todo, paciencia y compasión hacia uno mismo. A medida que aprendemos a honrar y expresar nuestra energía femenina, no solo nos transformamos a nosotros mismos, sino que también contribuimos a crear un mundo más equilibrado y armonioso.
¿Cuál energía crees que tienes más alta?
En última instancia, el poder de la energía femenina reside en su capacidad para nutrir, conectar y crear. Al abrazarla plenamente, nos abrimos a una forma más intuitiva, colaborativa y holística de vivir y liderar. En un mundo que a menudo parece desequilibrado hacia lo masculino, cultivar nuestra energía femenina no es solo un acto de crecimiento personal, sino también una contribución vital a la evolución de nuestra sociedad hacia un futuro más equilibrado y compasivo. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @wellness.withalex o en Tik Tok como @wellness.withalex
Portada: Omar López
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