La crianza de los hijos es un viaje único, moldeado por las experiencias y valores individuales de cada padre. La diversidad en las preferencias de crianza entre parejas es algo común y, aunque puede generar tensiones, una comunicación abierta y respetuosa puede ser la clave para navegar este desafiante pero gratificante camino. Este trayecto implica la creación de una base sólida para el desarrollo de los hijos, donde se entrelazan las distintas visiones y enfoques parentales. En este tapiz complejo de experiencias y perspectivas, se gesta la oportunidad de construir un entorno en el que los hijos puedan florecer y desarrollarse plenamente, aprovechando lo mejor de ambas trayectorias parentales. Mi nombre es Berta Cortez-Lobao, soy experta en Bimaternidad & Crianza. Hoy vengo a hablarte cómo manejar las diferencias de preferencias al momento de criar nuestros hijos de la mejor forma.
Cada uno de nosotros ha sido educado de manera única, con experiencias y enseñanzas que influyen en nuestra visión sobre la crianza de los hijos. Cuando nos convertimos en padres, reflexionamos sobre nuestra propia infancia y tomamos decisiones conscientes sobre cómo queremos criar a nuestros hijos. Aunque las preferencias pueden variar entre padres, la comunicación efectiva es esencial para llegar a un consenso que beneficie a la familia.
La discrepancia en la rigidez de la disciplina y la forma de establecer límites es un terreno común para diferencias entre parejas. Algunos abogan por límites sin recurrir a castigos, mientras que otros pueden creer en enfoques más estrictos. Es esencial reconocer que ser estricto no implica necesariamente recurrir a castigos, y encontrar un equilibrio puede ser clave.
La exclusividad en las decisiones de crianza entre padres puede minimizar conflictos. Evitar la influencia excesiva del entorno cercano y permitir que cada padre viva su maternidad/paternidad de manera única contribuye a un ambiente más armonioso. Cada progenitor tiene el derecho de aprender y crecer en su rol parental, sin ser juzgado por opiniones externas.
El respeto y la comprensión mutua son fundamentales para evitar conflictos innecesarios. A pesar de las diferencias, recordar que la familia que se ha creado es prioritaria puede ayudar a mantener la unidad. La comunicación abierta y la resistencia a la influencia externa son herramientas clave para navegar las discrepancias sin afectar la estabilidad familiar.
Establecer límites comunes y determinar líneas que no se pueden traspasar puede ser una estrategia efectiva para encontrar un equilibrio en las preferencias de crianza. Aunque idealmente ambos padres deberían seguir una línea de crianza similar, comprender y respetar las diferencias individuales es igualmente importante para construir un hogar armonioso.
La sensación de preferencia por un hijo sobre otro puede surgir debido a las diferentes etapas de vida en las que llegaron. Sin embargo, es crucial reconocer que el amor hacia cada hijo es igual. Explorar y entender las contribuciones únicas que cada hijo aporta a la vida de los padres puede ayudar a manejar estas percepciones.
Las diferencias sustanciales en las preferencias de crianza entre los padres pueden impactar a los hijos. Los niños ven a sus padres como modelos a seguir, y la inconsistencia en la crianza puede generar confusión. Establecer un frente unido, aunque con diferencias, puede brindar estabilidad y seguridad emocional a los hijos.
En última instancia, la crianza de los hijos es un viaje de aprendizaje constante. La comunicación, el respeto y la flexibilidad son herramientas esenciales para superar las diferencias de preferencias y construir un hogar sólido y amoroso para la familia. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @sincerely.be
Portada: Pavel Danilyuk
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Mamá de 3. Soy Berta Cortez-Lobao, una chica de 34 años que en el 2018 se adentró de lleno en el mundo de la infertilidad. Sincerely Be es mi pequeño rincón en el que os contaré mi experiencia con el objetivo de ayudar a otras parejas pero también para darle visibilidad a un tema que sigue siendo tabú y del que es muy necesario hablar. En esta aventura me acompañan mi compañero de vida, Manu, nuestra perrita Gossa y nuestros hijos Tiago y Nico. Ellos son los motores de mi vida. Soy super cabezota y si quiero algo lucho por ello hasta el final. Así conseguimos tener a Tiago y a Nico con nosotros. Desde entonces siempre repito lo mismo, LOS MILAGROS SI EXISTEN.
