El divorcio es, sin duda, una de las experiencias más desafiantes que una persona puede enfrentar en su vida. En muchas oportuniddes se percibe como el final de un capítulo importante, acompañado de sentimientos de fracaso, tristeza y miedo al futuro. Pero, ¿qué pasaría si pudiéramos cambiar esta manera de pensar? ¿Y si, en lugar de ver el divorcio como el fin de una vida, lo viéramos como la oportunidad para un nuevo comienzo? Mi nombre es Karina Fischel, mentora de relaciones humanas dedicada al crecimiento personal y la transformación; y quiero que exploraremos cómo podemos transformar la perspectiva sobre el divorcio, ofreciendo estrategias prácticas para sanar, crecer y redescubrirnos a nosotros mismos en este proceso. Abordaremos los primeros pasos para comenzar a sanar, cómo manejar las emociones difíciles, y cómo utilizar esta experiencia para redefinir nuestras metas y prioridades de vida.
El divorcio es indudablemente una etapa dura, una pausa significativa en nuestra vida que viene acompañada de una mezcla de emociones intensas: tristeza, ansiedad, angustia, y a veces, incluso alivio. El primer paso crucial en este proceso es la aceptación. Debemos aceptar lo que nos está pasando, nos guste o no, para poder comenzar a procesar y avanzar.
Es natural que el divorcio se sienta como el fin del mundo, el cierre de una etapa muy significativa de la vida. Sin embargo, es precisamente en este punto donde podemos comenzar a cambiar nuestra narrativa. En lugar de ver el divorcio únicamente como un final, podemos empezar a verlo como una oportunidad para un nuevo comienzo.
Una palabra clave en este proceso es "resignificar". Resignificar implica darles un nuevo significado a nuestras experiencias, especialmente aquellas que inicialmente percibimos como negativas. En el contexto del divorcio, resignificar nos permite ver esta crisis como una puerta abierta hacia una renovación personal y un redescubrimiento de quiénes somos realmente.
Este proceso de resignificación nos permite:
1. Iniciar una autorreflexión profunda
2. Reevaluar quiénes somos fuera de la relación
3. Alinear nuestra vida con nuestros deseos y valores actuales
4. Construir una versión de nosotros mismos más auténtica y satisfactoria
Aunque el proceso de sanar y reconstruirse después de un divorcio es indudablemente difícil, si lo vemos como una transición en lugar de un final definitivo, podemos abrirnos a un mundo de posibilidades. Esta perspectiva nos permite aprender nuevas lecciones sobre nosotros mismos y las relaciones, descubrir oportunidades de crecimiento personal, desarrollar resiliencia, fortaleza emocional y redefinir nuestras metas y prioridades de vida.
Me gusta utilizar la frase “siempre se puede estar mejor no importa donde estes” tanto en la cima como en un hoyo que no ves salida podemos mejorar.
Primeros Pasos para Comenzar a Sanar
Una vez que hemos comenzado a cambiar nuestra narrativa sobre el divorcio, es importante dar los primeros pasos concretos hacia la sanación. Estos pasos nos ayudarán a procesar nuestras emociones de manera saludable y a sentar las bases para nuestro nuevo comienzo.
1. Aceptar las Emociones sin Juzgarlas. Es completamente normal experimentar una amplia gama de emociones después de un divorcio: tristeza, ira, miedo, confusión, e incluso alivio en algunos casos y posiblemente algo inevitable es el sentimiento de fracaso que nos produce por el hecho que, es un proyecto que iniciamos pensando generalmente que seria “para siempre”. El primer paso crucial es aceptar estas emociones sin juzgarlas. Reconocer y aceptar nuestras emociones nos permite procesarlas de manera más efectiva, evitando quedarnos atrapados en ellas.
2. Enfocar las Perspectivas. En lugar de concentrarnos únicamente en lo que hemos perdido, es importante comenzar a enfocar nuestra atención en lo que podemos ganar. Podemos hacernos preguntas como: ¿Qué oportunidades tengo ahora que antes no tenía? ¿Qué aspectos de mi vida puedo explorar ahora? Este cambio de perspectiva nos ayuda a visualizar un futuro lleno de posibilidades. Y también y no menos importante, reconocer todo aquello que aprendí en esta relación que si quisiera me acompañe en la vida, ósea formas de vivir en convivencia que me gustan y no debo de dejar de lado. Porque aunque el divorcio es el fin de una etapa, no quiere decir que todo fue malo y podemos no solo agradecer lo bueno sino honrarlo.
3. Redefinir Nuestra Identidad. El divorcio nos brinda la oportunidad de redescubrirnos y redefinir quiénes somos como individuos. Es el momento de preguntarnos: ¿Quién soy yo fuera de mi rol anterior de esposo/a o pareja? ¿Qué valores y metas personales quiero priorizar ahora?
4. Buscar Apoyo. Buscar apoyo es crucial para nuestra sanación y crecimiento. Esto puede incluir hablar con amigos y familiares de confianza, unirse a grupos de apoyo, o buscar la guía de un terapeuta o coach. Un profesional puede proporcionarnos herramientas valiosas para procesar nuestras emociones y desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas.
5. Establecer Nuevas Metas. Establecer nuevas metas nos da un sentido de dirección y propósito. Estas metas pueden ser personales o profesionales, y pueden incluir retomar estudios, establecer objetivos de salud y bienestar, o planificar nuevas experiencias.
6. Practicar la Gratitud. Aunque puede parecer difícil al principio, practicar la gratitud puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar emocional. Podemos comenzar por agradecer las pequeñas cosas de cada día, y gradualmente expandir nuestra práctica para incluir las lecciones aprendidas y las nuevas oportunidades que se presentan.
7. Adoptar una Mentalidad de Crecimiento. Ver el divorcio como una experiencia de aprendizaje en lugar de un fracaso nos permite adoptar una mentalidad de crecimiento. Esta perspectiva nos ayuda a valorar las lecciones aprendidas, desarrollar mayor sabiduría y fortaleza emocional, y prepararnos mejor para futuros desafíos.
El proceso de sanación después de un divorcio es profundamente personal y puede variar en duración e intensidad para cada individuo. Sin embargo, existen estrategias que podemos implementar para transformar el dolor y la tristeza en motivación para un nuevo comienzo.
Permitirse Sentir y Procesar
Es crucial crear espacios para reflexionar y procesar nuestras emociones. Algunas técnicas útiles incluyen:
● Meditación diaria para conectar con nuestros pensamientos y sentimientos
● Llevar un diario para expresar y analizar nuestras emociones
● Practicar la autocompasión, reconociendo que es normal sentir dolor y que merecemos comprensión y cariño
Establecer límites claros, especialmente con la ex pareja, es fundamental para proteger nuestro bienestar emocional. Esto puede incluir definir formas de comunicación apropiadas y decidir qué temas son necesarios discutir y cuáles no.
El cuidado personal implica atender nuestras necesidades físicas, emocionales y espirituales. Algunas prácticas de cuidado personal pueden incluir mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, practicar técnicas de relajación, y asegurarnos de dormir lo suficiente.
Crear nuevas rutinas puede ayudarnos a establecer un sentido de normalidad y propósito en nuestra vida. Podemos establecer una rutina matutina que nos energice, planificar actividades semanales que nos brinden alegría, y crear un espacio de trabajo o estudio que fomente la productividad y la creatividad.
Hacer cambios en nuestro entorno físico puede tener un impacto positivo en nuestro estado de ánimo y perspectiva. Algunas ideas incluyen redecorar una habitación, incorporar elementos inspiradores, o reorganizar los muebles para crear un nuevo flujo de energía en el espacio.
Utilizar este tiempo para invertir en nuestro crecimiento personal puede ser enormemente gratificante. Podemos tomar cursos o talleres, leer libros de desarrollo personal, o aprender una nueva habilidad o hobby.
Después de un divorcio, muchas personas se encuentran luchando con su sentido de identidad. La construcción de una nueva identidad es un proceso de autodescubrimiento y crecimiento que puede ser enormemente enriquecedor.
Este es un momento ideal para reflexionar profundamente sobre nuestros valores y creencias personales. Podemos preguntarnos: ¿Qué es realmente importante para mí en la vida? ¿Cuáles son mis valores fundamentales? ¿Cómo han cambiado mis creencias a lo largo del tiempo?
Redescubrir o explorar nuevas pasiones puede ser una parte emocionante de construir nuestra nueva identidad. Podemos hacer una lista de actividades que nos hacen sentir vivos, probar nuevas experiencias, y reflexionar sobre nuestros talentos naturales y cómo podemos desarrollarlos.
Establecer metas a largo plazo nos da un sentido de dirección y propósito. Es importante preguntarnos: ¿Dónde me veo en 5, 10 o 20 años? ¿Qué quiero lograr en mi vida personal y profesional? ¿Cómo puedo alinear mis acciones diarias con estas metas a largo plazo?
Es importante que nuestra nueva identidad conllevedesarrollar una relación amorosa y compasiva con nosotros mismos. Esto implica practicar la autoaceptación, reconociendo tanto nuestras fortalezas como nuestras áreas de mejora, y aprender a establecer límites saludables en todas nuestras relaciones.
El miedo al futuro y la incertidumbre son sentimientos comunes después de un divorcio. Sin embargo, existen estrategias para manejar estos temores y avanzar con confianza.
Una forma efectiva de manejar el miedo es enfrentarlo directamente a través de la acción. Esto significa identificar acciones concretas que podemos tomar hacia nuestras metas y dar pequeños pasos cada día, incluso cuando nos sentimos temerosos.
En lugar de centrarnos en lo que podría salir mal, podemos enfocar nuestra energía en visualizar las posibilidades positivas que el futuro puede traer. Esto implica practicar el pensamiento positivo y la visualización creativa.
La resiliencia emocional es nuestra capacidad para adaptarnos a situaciones difíciles. Podemos desarrollar esta habilidad a través de prácticas como la meditación, el mindfulness, y el aprendizaje de técnicas de manejo del estrés.
El divorcio no solo afecta nuestra relación con nuestra ex pareja, sino que también puede impactar otras relaciones en nuestra vida. Este es un buen momento para reevaluar y redefinir nuestras relaciones.
Las relaciones de apoyo son cruciales durante este tiempo. Podemos fortalecer los lazos con familiares y amigos que nos brindan apoyo positivo y comprensión.
Este también puede ser un momento para establecer nuevas conexiones basadas en intereses y valores compartidos. Unirse a grupos o clubes relacionados con nuestras pasiones puede ser una excelente manera de conocer personas afines.
Cultivar una relación positiva con nosotros mismos es fundamental. Aprender a disfrutar de nuestra propia compañía y desarrollar independencia emocional son habilidades valiosas que pueden enriquecer todas nuestras relaciones futuras.
Si hay hijos involucrados en el proceso de divorcio, es crucial abordar sus necesidades emocionales y mantener una comunicación abierta y honesta con ellos.
Los niños necesitan sentirse seguros y amados durante este tiempo de transición. Es importante:
● Mantener una comunicación abierta y apropiada para su edad
● Asegurarles que ambos padres los aman y que el divorcio no es su culpa
● Mantener la mayor estabilidad posible en sus rutinas diarias
Aunque la relación de pareja haya terminado, la relación como padres continúa. Es crucial:
● Mantener una comunicación respetuosa y centrada en los niños
● Evitar hablar negativamente del otro padre frente a los hijos
● Trabajar juntos para tomar decisiones importantes sobre la crianza
En algunos casos, puede ser beneficioso buscar el apoyo de un terapeuta familiar o un consejero infantil para ayudar a los niños a procesar sus emociones y adaptarse a los cambios.
El divorcio, aunque doloroso, no tiene por qué definir negativamente el resto de nuestra vida. Al cambiar nuestra perspectiva y ver esta experiencia como una oportunidad para el crecimiento y la renovación personal, podemos emerger más fuertes, más sabios y más alineados con nuestros verdaderos deseos y valores.
Recordemos que la sanación es un proceso que lleva tiempo y que es normal tener altibajos. Ser pacientes y compasivos con nosotros mismos es fundamental. Cada pequeño paso que damos hacia nuestro bienestar y crecimiento personal es un logro significativo.
Al final, el divorcio puede ser el catalizador para una vida más auténtica y satisfactoria. Cuando aprendemos con una mentalidad positiva a ver oportunidad en la crisis y veremos formas de redescubrirnos y de cultivar relaciones más saludables, lo que incluye como principal relación la propia, nuestra relación personal, con amor propio para así, poder dar lo mejor, “no podemos dar lo que no tenemos y si no nos damos lo mejor primero a nosotros no podremos darlo a nadie más” y de perseguir nuestros sueños y metas, llevándolos a acciones concretas y hábitos saludables con renovada energía y claridad.
¿Has pasado por un divorcio?
Ten siempre presente que solo podemos controlarnos a nosotros mismos y que, cuando soltamos situaciones y nos enfocamos en ser nuestra mejor versión es cuando sucede la magia, no por suerte, sino por mente, una mentalidad proactiva hacia nosotros mismo es lo que hará que lo demás llegue por añadidura, “si yo cambio todo cambia sin que nada haya cambiado” te prometo que veras los frutos en tu vida si lo pones a prueba porque como piensas sientes, como sientes actúas y como actúas vive, no te quedes sin dar todo lo que viniste a entregar a este mundo, las situaciones no nos definen, esa definicion nos lo damos cada uno de nosotros. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @karina.fischel o en Tik Tok como @karina.fischel
Portada: Olly
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Soy Karina Fischel, Mentora en Relaciones Humanas dedicada al crecimiento personal y la transformación. Mi enfoque se centra en el amor propio, la sanación de heridas pasadas y la liberación de las cadenas que nos impiden avanzar.
A través de mi método, el "Factor C", guío a las personas hacia la creación de cambios positivos mediante acciones inmediatas, convirtiendo así sus visiones en realidades tangibles.
El éxito, para mí, va más allá de alcanzar metas; se trata de sentirme plena en lo que hago y disfrutar del proceso. Me rodeo de personas exitosas porque creo en la naturaleza contagiosa del éxito y en la importancia de compartirlo. Mi experiencia personal me brinda la autoridad y la seguridad para inspirar a otros a seguir el camino del amor propio y el cambio positivo.
En mi práctica, enfatizo la responsabilidad personal y el autoconocimiento como pilares del desarrollo. Con dedicación y esfuerzo, sé que la transformación es posible. Mi mensaje es claro: el cambio positivo comienza con acciones concretas y un profundo amor por uno mismo.
Mis tres Rutinas de Éxito personal son:
Despertar todos los días con pasión.
Ser coherente con lo que digo y hago.
Cultivar abundancia en todas las áreas de mi vida.
El amor propio es la fortaleza que impulsa nuestro poder interior. Creer en uno mismo y en el propio potencial es fundamental para moldear nuestra vida con propósito. Cada elección y acción se convierte en parte de nuestra misión, guiada por nuestros valores.
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