Me llamaron PUTA. Me tocaron en la calle cuando era adolescente sin mi consentimiento y, creyeron que porque soy hermosa no puedo ser inteligente o que siendo mujer no puedo querer vivir en una casa más grande o ganar más dinero porque me hace ambiciosa. Creyeron que sí expresó lo que siento soy histérica. Hasta que un día me canse de complacer y decidí que si mi éxito, mi belleza, mi sensualidad o mi inteligencia afectan a alguien, ese alguien debe aprender a lidiar con sus emociones porque no estoy dispuesta a disminuirme por encajar o por hacerle sentir bien. Yo ya no me soy infiel. Mi nombre es Diana González, soy astróloga especializada en el Método Huber de Psicología Astrológica; en este artículo, vengo con la intención de resignificar nuestro poder femenino para que sanemos esas creencias generacionales.
Sin embargo, no lo logré de la noche a la mañana sino que ha sido un proceso en el que me he encontrado con patrones femeninos que vienen de otras vidas, aprendidos en esta o que elegí repetir por lealtades, de las que una vez más me libero, con ancestras que a su vez tuvieron lealtades con más ancestras hasta el inicio de la humanidad o más allá si estamos dispuestos a seguir excavando.
Este descubrimiento no sólo me llevó a cuestionar esas maneras de encarnar el femenino en mi, en mi familia, con personas cercanas y en las mujeres que vienen a consulta, sino que también me permitió darle una revisión a las historias que escuche desde niña y que, para unos oídos inocentes y confiados, ingresaron sin filtro e impactaron mi manera de ver el mundo. Afortunadamente “no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista” y, luego de leer Mujeres que corren con Lobos, comencé a darle una nueva mirada a los mitos más conocidos y populares de la historia. Cuando uno los mira más detenidamente, no tienen tanto de virtuoso y sí mucho de semilla de una realidad en la que las mujeres, y las diosas de esos mitos, han sido disminuidas, violentadas, juzgadas, atacadas y además de víctimas del ataque, responsables del mismo, porque es bella, porque es provocativa, porque no puede tener una posición de poder, etc.
Si miramos en el Olimpo, sí había Diosas pero quienes realmente ejercían el poder eran los Dioses. De forma que, para alguien que fue muy cercana de las civilizaciones Griega y Romana, por una de las carreras que estudié, abrir los ojos a ver el verdadero significado de esos mitos, que además no está oculto sino que se expone sin ningún tipo de vergüenza, ha traído la consecuencia de RE-ESCRIBIRLOS para RE-SIGNIFICARLOS. En este proceso he entendido lo que eso ha generado en el inconsciente femenino y masculino que, como su nombre lo indica, crea realidades con acciones humanas que vienen desde un lugar de sombra. Esta es la razón por la cual es necesario hacerlo visible para que podamos crear algo diferente por nosotras, por las que nos antecedieron, por las que vienen en camino y por ellos.
La historia que conocemos en la que son los hombres quienes ejercen el poder, en la que la guerra y la competencia son cosas de todos los días y, los niños, las mujeres, el planeta y los animales son violentados y explotados, no siempre fue así.
Hubo una época en la que los jeroglíficos que se dibujaban en las cuevas y en vasijas eran de la naturaleza, de animales y de los cuerpos femeninos, haciendo honor al nacimiento y a la vida. No veíamos imágenes de lanzas, de héroes matando animales o de sacrificios humanos. Esos dibujos honraban a la Madre y a lo femenino que tenía una posición especial pues era considerado sagrado. Estos honran la violencia y el poderío que lleva a unos a estar por encima de otros. De esa época se sabe poco porque se trató de borrar y cambiar por medio de intimidación y de miedo, silenciando con amenazas y masacres a generaciones y generaciones de mujeres, hombres y niños durante milenios.
Hubo una época en la que en la Tierra las mujeres vivían en un mundo en el que se sentían seguras, eran respetadas, valoradas y podían ser libremente ellas. Reinaban las culturas matriarcales en dónde mujeres y hombres se consideraban iguales, desde su propia naturaleza esencial, y cada uno ejercía el rol que le correspondía. Las mujeres ejercían funciones de poder desde su femenino, que las llevaba tanto a guiar a las comunidades como a ser las sabias qué, conectadas con su intuición y conociendo el lenguaje de la naturaleza y sus ciclos, podían tomar decisiones en justicia e igualdad. Estaban en contacto con la sabiduría de la muerte y el renacimiento que conoce y respeta los ciclos naturales en los que sabemos cuando algo debe comenzar y cuando algo termina definitivamente.
Con el tiempo, la persistencia y constancia en la violencia, la destrucción de las culturas matriarcales y la sed de poder ciego, las mujeres perdieron su lugar de respeto en el mundo. Esto sucedió luego de muchos años de muerte y agresiones, con la entrada del Patriarcado con Grecia y Roma. Ya no eran ciudadanas, no podían estudiar o tener propiedad, debían negar y reprimir su intuición y contacto con la naturaleza, dependían de un hombre (bien fuera el padre o el esposo), no podían votar o tomar decisiones, su cuerpo se considero pecaminoso negándoseles el derecho a sentir placer pero atribuyéndoles, por incitadoras, la responsabilidad por los actos atroces del hombre que no sabía controlar su deseo y, peor aún, fueron consideradas, únicamente, el recipiente en el que la semilla del hombre se deposita para que la vida tuviera lugar. Así que la mujer pasó a ser descartable y la descendencia dejó de ser matrilineal para convertirse en patrilineal. Esto está tan gravado en el inconsciente colectivo que, incluso el autocorrector de mi computador no reconoce la palabra matrilineal e inmediatamente la cambia por patrilineal y, al volver a escribirla, queda subrayada en rojo.
De eso a ahora, las cosas han cambiado muchísimo y, sin embargo, aunque hemos ganado terreno si comparamos lo que vivimos en este tiempo con la manera en que vivían nuestras abuelas y tatarabuelas, aún quedan mentes por abrir, corazones por tocar y vidas por crear que estén acorde a este cambio que entre todos estamos gestando.
Creo que aún no somos conscientes de la fuerza de las palabras, del poderío de las historias que nos contamos (sin cuestionar), de los mundos que creamos con nuestras creencias, doctrinas, religiones o las filosofías que seguimos. No obstante, si prestamos atención a los mitos y los comparamos con la realidad que vivimos en la actualidad o la historia que conocemos y aparece hasta en wikipedia, reconoceremos patrones que no pueden pasar desapercibidos. Pero antes de entrar en eso, quiero aclarar algunos significados que en la actualidad se usan para descalificar a las mujeres pero cuyo origen denota cualidades intrínsecas a la naturaleza femenina como lo son: Prostituta, Amante, Consorte, Bruja y Virgen. Aunque sólo hablare del primero y el cuarto. Todas ellas son cualidades de un femenino al que sólo se le permite expresarse desde la niña, así que no tenemos permiso de envejecer y debemos ser inocentes, la doncella que siempre debe estar bella, complaciente, sonriente y tonta y, la madre, que pierde su soberanía sexual para convertirse en una mujer abnegada y dedicada a su hogar, su esposo y sus hijos. Una virgen santa que vendió su individualidad, creatividad e independencia por seguridad y miedo. Y se preguntan ¿Por qué a las mujeres se les baja el deseo sexual? O, ¿por qué los hombres buscan una amante? Si es que, en su mayoría, porque las cosas han ido cambiando afortunadamente, esa amante que todas llevamos dentro y con la que nos divertimos estando solteras, termina guardada en el baúl de los recuerdos acumulando polvo, y no del bueno, sino de ese que envejece el alma, haciendo que la piel se reseque, los ojos pierdan el brillo y los gritos, pasen de ser aullidos de placer a expresiones de una histeria que no se pueden controlar y, ojalá que no se sigan ahogando porque es en esa histeria donde podemos reconocer el alma salvaje de lo que una vez fuimos y extrañamos. Allí se encuentra la loba que late dentro y que quiere regresar. Es ese el lugar, que si permitimos que vuelva a encenderse, hará que la piel sude vida, que las caderas bailen alegría y la boca exhale placer con ojos que miran con furia de pasión y no de rabia.
Así que cuando te llamen Puta por cualquier motivo, no te ofendas porque su significado viene de Whore, cuya raíz “Hor” o “Hur” significa Útero. Alguna vez la Gran Madre fue conocida como la Gran Prostituta y, en Sumeria, Ishtar e Inanna fueron llamadas las Prostitutas Sagradas del cielo. De tal forma que en lugar de enojarte, repite para tus adentros. Señor, Señora, perdonales porque no saben lo que hacen.
Ahora, si el adjetivo que te han lanzado es el de Bruja. Da las gracias, porque es un halago maravilloso en la medida en que te están llamando Mujer Sabia.
Ya ves, toda mujer que encarna su ser más auténtico y libre ha sido señalada de manera despectiva como Puta, Bruja, Bruta, o cualquier calificativo que “disminuya” su acto de independencia y rebeldía.
Pero rebélate, porque la rebeldía viene de re-velar que significa permitir que tu luz se muestre. Re-velate y alza la voz para que el arquetipo de la siguiente sacerdotisa sea conocido, comprendido y colocado en el lugar que le corresponde.
Señoras y señores. Con ustedes (por favor, léanlo imaginando que suenan bombos y platillos de fondo)
La sensual, maravillosa, terrorífica, temida y poderosísima…
MEDUSA
Pero quédense hasta el final porque las editoras me han solicitado que les escriba las herramientas con las que pueden integrar este conocimiento para que no se lo termine llevando el viento.
Vuelvo entonces pero les pido que antes de leer el mito cierren los ojos y traigan las imágenes y los recuerdos que tienen de ella.
Este es el mito emblemático, aunque no el único ni el primero, con el que se admite la agresión sexual contra la mujer pero al mismo tiempo, a quien se castiga es a ella.
Resulta que Medusa era una sacerdotisa hermosísima que trabajaba en el templo de Atenea. Lo de sacerdotisa no te lo cuentan, por supuesto. Uno de los Dioses principales, Poseidón (Neptuno) la viola en el templo. Así que Atenea castiga a Medusa haciendo que a todo aquel a quien mire a los ojos sea convertido en piedra. Posteriormente, fue asesinada por Perseo estando en embarazo y mientras dormía. Lo que resulta ser un choque esperado más que una sorpresa que nunca podríamos haber imaginado, es que el mal llamado “Héroe”, Perseo, recibió ayuda de los Dioses del Olimpo que le entregaron las armas para cometer el homicidio. ¿Deberíamos llamarlo feminicidio? Luego de matarla, usó su cabeza como arma de guerra antes de entregársela a Atenea quien la incrustó en su escudo.
¿Leyeron con detenimiento el mito? Ahora es el momento de volver sobre la manera en que recordamos a Medusa porque sin lugar a dudas la memoria debió traer la imagen monstruosa de una mujer con serpientes en la cabeza y mirada diabólica a quien debíamos temer y de quien debíamos huir o mejor, a quien debíamos matar. Sin embargo, conociendo su historia, continuas viéndola como un monstruo? Ahora que conocemos el mito, podemos comprender la razón por la cual su divulgación durante milenios logró sembrar terror en el inconsciente colectivo de las mujeres, víctimas de una violación, al mismo tiempo que sembró una sensación de tranquilidad en el inconsciente colectivo del masculino resultante de la impunidad tanto del agresor como del asesino. No es de extrañar que luego de matarla, habiendo sido violada, responsabilizada y convertida en monstruo, se llevara su cabeza como trofeo de guerra o ejemplo para sembrar miedo. Esto es similar a lo que se hacía una vez terminaba una invasión cuando clavaban las cabezas de los muertos a palos que eran colocados en los lugares de mayor visibilidad con el fin de ejemplificar. Y bueno, llego una palabrita que nos recuerda un tiempo muy sombrío para las mujeres, evangelizar.
Re-escribir a Medusa es comprender que en lugar del monstruo en el que nos quisieron hacer creer y que aún replicamos en películas o libros, se trata, en realidad, de la víctima de una violación que nunca tuvo una oportunidad de justicia verdadera. Resarcirla es abrazar el dolor de miles de mujeres que hemos vivido algo similar y que nos hemos parado nuevamente con la cabeza en alto, sin culpa y con una sonrisa en la boca, habiendo llorado y, acogiendo nuestros miedos y sombras, dándonos el permiso de sanar y volver a comenzar. El área en el que se encuentra el asteroide llamado Medusa en la Carta Natal, ya no sería un lugar en el que somos violadas (de cualquier forma), vulneradas, monstrousamente señaladas como responsables de algo que no hicimos, en el que somos vengativas y no sabemos controlar la ira sino, el área en la que nos empoderamos haciéndonos más fuertes que los Dioses mismos, un área en la que aprendemos a hacernos respetar integrando la sabiduría que el abuso trajo, un área en la que nos permitimos ser tan bellas como queramos, tan inteligentes como seamos y tan sensuales como deseemos sin miedo sino con la seguridad de exigir, de cualquiera, que controle su deseo.
Como este arquetipo hay muchos, pero entre los más famosos están: Lilith, Perséfone, Hera, Demeter, Pandora, Morgana, Calipso, etc. Cada una tiene su propia historia tergiversada, que a su vez ha germinado en formas en las que las mujeres hemos vivido hasta estos días. Así que aprender de ellas hará que sepamos con cual de estas Diosas nos identificamos porque allí encontraremos respuestas a situaciones que hemos vivido. Sin embargo, como las mujeres llevamos un tiempo trabajando en nosotras, esas historias han ido evolucionando y generando finales diversos de los que estamos acostumbradas a escuchar. ¡Afortunadamente!
Pero para que te hagas una idea general miremos, por encima porque a profundidad lo podrás aprender en el taller que dictaré próximamente, a algunas de ellas:
- Si te has identificado con la esposa abnegada en un matrimonio con un marido infiel que por más que lleguen a acuerdos, no cambia y, tienes miedo de divorciarte pese a que tienes una carrera profesional y eres talentosa… Bueno, el arquetipo a trabajar es Hera, que siendo esposa de Zeus, prefería vengarse de las amantes de su marido en lugar de tomar la decisión de dejarlo y tomar el puesto de Diosa del Olimpo. Así que aprender de ella, conocer su potencial y trabajar con una terapia en la que puedas sanar tu linaje, encender el fuego de tu útero y tu confianza personal, ayudará a que escribas otro final que fortalecerá al femenino que se está creando en este momento, haciéndolo desde la sutilidad, belleza y receptividad femenina y no más desde una energía masculina y de lucha.
- Si te identificaste con Lilith que quiso encarnar su sexualidad libre en igualdad de condiciones con el hombre y fue expulsada y señalada de puta o de masculina por pedir lo que le gusta y exigir respeto… bueno ahora, que es el año de Lilith en Escorpio, puedes encarnar la Diosa tántrica que eres, segura de tus encantos y hechizos sin ser juzgada, más bien, sabiendo que cada vez existen más hombres que también trabajan en sí y que no saldrán corriendo en búsqueda de una niña abnegada que se deje mandar y con la amante a escondidas, sino que, sabrán estar a la altura de una mujer femenina que encarna tanto a la esposa como a la amante. Así que trabajar en la expresión libre y creativa de tu verdadero ser y, en la sanación de la ira para que se convierta en la fuerza de la cual emerge tu esencia, ayudará a que camines sin necesidad de esconderte o disminuirte.
Vivimos la sombra con la que nuestros cuerpos se encorvaron, engordaron y tomaron la imagen que los demás necesitaban que fuéramos, nuestra voz se acostumbró a pedir permiso y nuestra vagina aprendió a negar el placer y su poder. Cansadas, las mujeres se alzaron y usaron más su masculino para autoafirmarse, logrando estudiar y trabajar pero sacrificando mucho de nuestra esencia. Ahora la invitación es diferente. Es a vivir libres y seguras desde nuestra esencia femenina más hermosa y sensual, desde la dulzura y honrando el privilegio de haber nacido mujeres. Honrando a su vez a lo masculino desde su luz, entendiendo que también sembramos en el masculino en sombra que entre todos creamos y, sabiendo que pedir y recibir es nuestro derecho y dar y proteger es la función que más les engrandece a ellos cuando sanos están.
Si deseas saber con cuál de las Diosas te has identificado, cómo ello ha influido en tu vida y cuál es el regalo que está disponible para ti si decides dejar de verla/verte desde la sombra que te lleva a seguir andando en círculos desde la víctima, te invito al taller que estaré dictando en Marzo y Abril de este año 2025. Lo titulé “Re-escribiendo la Puta, la Bruja y la Virgen que hay en mi” Info en www.alquimiadeestrellas.com o en Instagram @alquimiadeestrellas o en Tik Tok como @alquimiadeestrellas.
Corazón a corazón
Útero a útero
Di
Portada: CoWoman
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Astróloga especializada en el Método Huber de Psicología Astrológica. Asesorías desde perspectiva holistica que integra diversas técnicas astrológicas de forma coherente y amorosa Docente enfocada en la enseñanza del Método Huber de Astrología Facilitadora de Access Bars Neurofacilitadora Master de Autoobservación Neutro Consciente (AONC) Facilitadora de procesos de acompañamiento con diversas tecnicas entre las que se encuentran Constelaciones familiares, eneagrama, Aonc, tecnicas de la consciencia de Grigori Grabovoi, etc. Abogada Guia Montessori con formación en el North American Montessori Center de Canada Tallerista de cursos y talleres enfocados al renacimiento de volver a vivir desde la inocencia, la dulzura y la alegría. Facilitadora de círculos de mujeres con Certificación Internacional.