¿Por qué nos cuesta aceptarnos tal y cómo somos?

¿Por qué nos cuesta aceptarnos tal y cómo somos?

Por: Natalia Hoyos

Las redes sociales, las fotos, los eventos, la sociedad en general nos ha hecho alimentar cada vez más nuestras heridas y vacíos. Hoy en día nuestra imagen es todo para la vida, es esa carta de presentación que dice cuánto vales, porque vales, sin importar lo que realmente importa, uno mismo. Mi nombre es Natalia Hoyos, soy coach, terapeuta y formadora especialista en reprogramación mental, hipnosis, creación de hábitos y manifestación. Hoy vengo a contarte porque nos cuesta tanto aceptarnos tal y cómo somos. 

Entendamos que la aceptación, según el diccionario, es la consideración generalizada de que algo es bueno o válido. Si vemos a profundidad solo con saber qué es aceptación tenemos esa respuesta. Nos cuesta aceptar lo que creemos y no digo de algo que ES O NO ES, por que eso habla de generalización, sino que hablo de creer que viene de la creencia que es feo, malo, o inválido. 

 

También te puede interesar

Hoy en día estamos sumidos a muchas fuentes de información, que distorsionan nuestra propia visión de la realidad, de nosotras mismas, nuestra percepción y de manera inconsciente nos programamos o persuaden a tener ciertas creencias culturales y sociales, las cuales adoptamos por nuestra gran necesidad instintiva de pertenecer, de hacer parte, ya que como seres humanos somos seres sociales y necesitamos de la manada, del grupo, evitamos a toda costa la exclusión, puesto que eso  para el instinto representa amenaza, un ser humano o viviente solo, es un ser en peligro.

 

Todos los días estamos siendo bombardeadas como mujeres de información, de estereotipos o modelos "perfectos" llenos de retoques que nos lleva a ver nuestra piel como imperfecta por como se ve con filtros o por como vemos a modelos o personas que nos influencian en portadas o fotos también retocadas y con filtros. Nuestros rostros con falencias por cómo se “perfecciona” nuestro rostro con los filtros, nos lleva a tener ideas para cambiar cómo nos vemos o mejorar, pero todo en torno a unas tendencias o modas y promoviendo en nosotras las inseguridades, el auto rechazo y la comparación. 

 

Las tendencias cambian, lo que hoy es NORMAL y aceptado, antes no lo era o después no lo será y así va cambiando; nuestra mente lo verá como inválido, malo o feo, lo que antes era bueno, bonito, válido o incluso lo que hoy es aceptado, después puede ser rechazado.

 

Lo que no aceptamos es lo que vemos como malo y la dualidad, lo bueno o lo malo, perfecto o imperfecto es un concepto que viene de la creencia, las creencias no son universales, ni son verdades generalizadas, son solo verdades para quien cree en ellas y cree que son verdad; estas ideas están impregnadas del entorno, de la cultura, de la religión. Son divididas por el juicio, la satanización de unas cosas que se repudian y la adulación de otras que se aceptan y son bien vistas. Hay países donde una mujer delgada es fea, hay otras donde adulan la delgadez, lo mismo con los rasgos faciales, colores de piel, texturas, etc.. Son conceptos, los que nos conectan con el miedo son los que vemos como malos, lo que nos conecta con la sensación de inclusión o reconocimiento son lo que las personas admiran, adulan, aprecian y aceptan. 

 

No es que no nos aceptemos, es que tenemos miedo de ser rechazadas, de no ser suficientes, o no encajar y buscamos en exceso el reconocimiento y la aprobación en lo que la mayoría ve como valido, por esto es que estamos dejándonos llevar en exceso por las influencias externas y nos convertimos en manipulables, moldeables al gusto o beneficio de otros, dependientes de la aprobación externa, del reconocimiento. Luego no solo nos sentimos inseguras de nuestro físico, si no de nosotras mismas e insatisfechas de quienes somos, por que desde lo externo jamás seremos suficientes, las tendencias siempre cambian y tener que amoldarte es agotador además de que te desconecta de tu autenticidad, esencia y valor propio que es lo que te llenara de confianza en ti. Todo vuelve al concepto de la autoestima, de la autoimagen y del auto concepto de donde tenemos nuestro verdadero valor, la atención está desenfocada, lo que nos hace valiosas no es la textura de nuestra piel, la forma de nuestros labios, de nuestros ojos, nuestro color o forma de cuerpo, lo que nos hace valiosas es nuestros valores, lo que somos internamente. 

 

Desde ese amor propio, cuidaremos de nosotras de nuestro cuerpo y podremos sacar la mejor versión de él. El maquillaje no nos hace postizas, podemos resaltar nuestra belleza física con él, el problema siempre va a residir en creer que sin él somos feas. La dependencia a cosas externas para sentirnos bien, amadas, suficientes, o reconocidas es lo que nos hace influenciables y manipulables, porque nuestro bienestar depende de algo externo. Tampoco somos culpables de sentirlo así, hemos sido influenciadas a ver lo natural como malo, a vernos imperfectas porque toda esa información que recibimos tiene esa intención de hacernos sentir que necesitamos todo eso para que compremos, la publicidad busca vendernos por medio de nuestras carencias, entonces después de usar filtros, maquillaje nuestra percepción se distorsiona, pensamos que con ese maquillaje nos vemos mejor o somos más bellas, así somos manipuladas. Esto significa que la publicidad no crea el vacío, despierta la inseguridad que ya está en nosotras y la refuerza.

 

Los filtros, el maquillaje, la estética, los tratamientos de belleza no están mal, no es algo malo, lo que hace que algo sea malo para nosotros es lo que nos vuelve adictas o dependientes: esta dependencia es creada por el vacío interno de nosotras, a menos amor propio, autoestima, a más mal autoimagen y autoconcepto más factible es la probabilidad de que seamos adictas a querernos remodelar, tapar, a usar más máscaras, que nos queremos poner porque sentimos que somos imperfectas, insuficientes, poco valiosas. Todo depende desde dónde lo haces. 

 

Si apagamos la moda, la influencia externa y piensas ¿Qué te gusta a ti? ¿Qué necesitas para aceptarte? ¿Qué necesitas para sentirte bien y feliz desde tu interior? ¿Qué te hace sentir bien? ¿Cómo quieres sentirte hoy? ¿Cómo expresarías estas respuestas por medio de cómo te ves, cómo te vistes y cuidas de ti, por medio de tu imagen? Se trata de ti, de ser feliz realmente, de amarte, de tomarte y de construir tu historia, no de algo que muestras, si no de algo que vives y eres realmente, eso realmente te llenara de seguridad. Realmente como vemos la imagen es una proyección, así nos pongamos maquillaje, filtros o capas de ropa de marca, nos hagamos tratamientos de belleza; si nos sentimos mal, lo vamos a reflejar y nada de esto lo va a cambiar, por fuera podemos parecer perfectas pero por dentro sentirnos vacías.  Sí nos sentimos bien, también se notará y se reflejará.

 

Se trata de conectarte contigo, con tu esencia, dejar de ser seguidoras de modas, tendencias y empezar a ser un reflejo de nuestra verdadera esencia, a eso le llamamos autenticidad; desde ese amor, ese buen concepto de nosotras, esa buena autoimagen construir un exterior que comunique lo que somos y no que sea una máscara que muestre algo que tratamos de ser para ser aceptadas, pero que realmente no somos. 

 

Que uses filtros y maquillaje no significa que seas una persona insegura,  que sin ellos te sientas mal sí. Que quieras cambiar la forma de tu cuerpo, que quieras cambiar la forma de tu rostro y tus verdaderos rasgos por un like o por la aprobación de otros sí, que quieras transformar algo de ti, que es posible hacerlo para tu sentirte mejor NO. Si tu hoy aún necesitas del maquillaje para sentirte bien, quiero que sepas que no está mal tampoco; sin embargo, ten claro que el maquillaje es como una muleta, que hace que te sientas en equilibrio como apoyo, pero no te va a curar de las inseguridades, lo que lo va a hacer es que sanes lo que está generando la pérdida de equilibrio en tu interior y hay veces necesitamos muletas y dependemos de ellas para movernos en el proceso de sanación. Eso tampoco está mal.

 

No está mal que no te gusten rasgos de ti, pero que eso represente para ti una baja de autoestima, te da dos opciones: la primera que es que debes de aceptarlo y esto es cuando no lo puedes cambiar, es decir, transformar la percepción o creencia que tienes de esa parte de ti o de tu cuerpo, o en segundo lugar si se puede transformar hacer un plan para lograrlo y actuar en pro de ello. Sin embargo, si te enfocas en lo que más te gusta de ti y resaltas esos rasgos, te enfocas en tu verdadero valor, en estar bien en tu interior, es decir en tu bienestar, eso se verá reflejado en tu exterior minimizando la atención en tus defectos. TODOS TENEMOS DEFECTOS O IMPERFECCIONES y eso es lo que te hace perfecta, la naturaleza es perfecta y lo que la hace ser perfecta es que no es perfecta, la perfección son ideas de la moda, conceptos, una creencia o tendencia y cambian. No dejes que tu autoestima dependa de las tendencias externas, ni tu valía, ni tu tranquilidad, ni tu bienestar, si sabes cuánto vales, no necesitas ir en la tendencia, sino ser tu misma y eso realmente será lo que te hará sentirte aceptada, amada, reconocida, no lo que piensen otros, lo que pienses y sientas tú, porque eso determinará lo que tú sientes.

 

Cuando no te aceptas te rechazas a ti misma, cuando te rechazas te sientes rechazada, cuando te sientes rechazada; buscas ser aceptada externamente, eso lo que te lleva a amoldarte y querer encajar. Eso te desconecta de tu poder interior, te hace dependiente de otros para sentir aceptación. Ahí es cuando te montas en las modas, tendencias y tratas de cambiar para que te vean, te reconozcan porque tú te estás rechazando y necesitas sentirte aceptada para estar bien. Nuevamente, esto es una distorsión que aumente tu vulnerabilidad, te hace perder poder, te hace susceptible, manipulable y dependiente de la aceptación externa. 

 

La cura está nuevamente en nuestro interior, en el amor propio, en retomar el poder sobre nosotras nuestra vida, como queremos vivir, como nos queremos sentir y quienes elegimos ser, trabajar en la transformación de nuestro sistema de creencias, en reconocer cuáles de ellas son sabiduría porque me hacen bien o cuáles de ellas me hacen mal y al descubrirlo hacer un cambio de hábitos, de acciones y comportamientos (esto es lo más difícil y lo que realmente determina el buen resultado); poner nuestro foco de atención en nuestro verdadero valor y desde ahí nos aceptamos con nuestras debilidades y fortalezas, con nuestros defectos y nuestras virtudes, dejamos de criticarnos, juzgarnos, rechazarnos. Esto hace que no necesitemos aprobación en nuestro exterior, porque nos aceptamos completamente, no tenemos nada que ocultar, ni necesitaremos ponernos máscaras o filtros y cuando nos maquillamos, ponemos prendas será para resaltar nuestra belleza, para proyectar nuestra esencia para explorarnos y no por ser reconocidas o aceptadas. 

 

La base está en sanar también esa relación donde me sentí rechazada en la niñez, cuál de mis padres me criticaban, me juzgaba o para cuál de ellos sentí que no era suficiente jamás por lo que era, que necesitaba notas, o belleza o trofeos para ser vista, amada o reconocida entendiendo que a ese padre o madre le paso lo mismo que a mí con sus padres, desde la aceptación y no nuevamente desde el juicio o el rechazo. Decido romper la cadena sabiendo que no lo puedo cambiar, que su muestra de amor a mí es así, me critica eso en lo que el o ella fue criticado pues le da miedo que yo sufra o sienta el rechazo que sintió, sin saber que de manera inconsciente en que actúa te rechaza, no quiere que sufras por ser insuficiente o imperfecta, desde su dolor. 

Así que es el amor lo que va a sanar mi dolor y este vínculo, el entendimiento, la comprensión, la interpretación que le doy a lo que el otro hace, si miro con mi corazón puede ver que mis padres también tienen heridas, como yo y como todos los seres humanos. El aceptar es la magia que le va a dar paz a nuestras vidas. 

 

Para no seguir alimentando esta ola en que cada día la inseguridad en nosotras aumenta, Elimina los juicios, deja de criticar a otras mujeres por cómo se visten, por cómo se ven, por cómo es físicamente, elimina de tus conversaciones las críticas o el humillar a alguien por su aspecto físico o por sus gustos. Está bien no estar de acuerdo, que no te guste algo, pero eso no nos da el derecho de acribillar a otros con nuestras ideas, pensamientos o conceptos o a opinar. No significa esto que tu gusto sea el indicado, todos somos diferentes y es eso lo que hace especial la vida, que podamos ser amados como somos y ser nosotros mismos libremente.

 

Ahora, podemos re aprender, creemos el hábito de buscar lo valioso en una persona, en lugar de buscar el error, enfoquémonos en buscar algo bueno o bonito y si no lo vemos pongamos nuestra atención en otra parte. Quítale el valor a reforzar esas ideas de imperfección con tu enfoque y ponlo en lo bonito, si un día estás en una conversación y empiezan a acabar con la imagen de una persona o reputación, no hagas parte de esa conversación, no alimentes ese monstruo que no solo lastima a la otra persona, sino a ti misma y a la sociedad. 

 

Sal sin filtros, pon fotos sin retocar tu apariencia, no tienen que ser todas, puedes hacerlo con algunas, es una terapia y puede que se sienta incómodo al principio, no se trata que lo hagas diariamente, puedes hacerlo un día a la semana y cada vez te sentirás más cómoda siendo tu misma y fluyendo con como te quieras expresar cada día por medio de tu imagen. Cuando te pilles criticándote en el espejo, en tus pensamientos pon tu atención en otra cosa que te gusta de ti o ponte a hacer otra cosa que te encante y te haga sentir feliz. 

 

Este proceso no es cómodo, como todo cambio nos mostrará muchos miedos y emociones; sin embargo, nos dan la oportunidad de sanar, de elevar nuestro bienestar y autoestima, una vez atravesamos el umbral del dolor y construimos nuevas ideas más poderosas, sabias de nosotras mismas y del concepto de la belleza.

¿Te gusta lo que ves cuando te miras en el espejo?


Eres bella tal y cómo eres, sin ese filtro, sin esa máscara y sin esa capa de maquillaje. La belleza va mucho más allá de estos factores. Quien te ama, te amará recién levantada, antes de acostarte, en la salud y en la enfermedad. El maquillaje te sirve para resaltar tu belleza, para expresar cómo te sientes, puede ser arte, pero tu belleza real y valor real reside en tu interior, en lo que eres. Cuando lo reconozcas te sentirás bien con maquillaje y sin maquillaje, es un proceso que no está de la noche a la mañana. Si necesitas algún tipo de asesoría, me puedes encontrar en Instagram como @nataliahoyos.coach

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Portada: Baran Lotfollahi

Comentarios:

LO MAS VISTO

Nuestra Misión

Somos un mundo creado para la mujer actual, una fuente de inspiración que nutre la mente, el cuerpo y el alma. Reunimos a todas aquellas personas, marcas y estilos de vida que nos inspiran, motivan y admiramos para impulsarte a encontrar tu valor y poder personal.

Coach, terapeuta y formadora en las 5 inteligencias, especialista en manifestación, re programación mental y creación de habitos.