En un mundo que premia la acción, la productividad y el control, muchas mujeres han perdido la conexión con su lado más intuitivo, receptivo y creativo. La energía femenina nos invita a fluir, sentir y abrazar la vida con mayor sensibilidad, pero en ocasiones queda relegada a un segundo plano. ¿Cómo podemos recuperarla y encontrar un equilibrio que nos ayude a vivir en armonía con nuestra esencia? Mi nombre es Maite Domènech, soy terapeuta integral y de bienestar; hoy vamos a  explorar su significado, cómo identificar bloqueos y qué prácticas pueden ayudarte a despertar su poder en tu día a día.

Más que una categoría rígida, la energía femenina es una cualidad que se expresa de muchas maneras. Se relaciona con la receptividad, la intuición, la creatividad y la fluidez. No se trata de una energía pasiva o débil, sino de una forma de estar en el mundo que prioriza la sensibilidad, el cuidado y la conexión con el presente. La energía masculina, por otro lado, está más ligada a la acción, la lógica y la estructura. Sin embargo, ambas existen dentro de cada persona y pueden manifestarse de manera diferente según el contexto y la necesidad.

Por ejemplo, cuando trabajas en un proyecto, es natural que surja una energía enfocada y determinada. Pero cuando se trata de descanso, conexión emocional o creatividad, la energía femenina toma protagonismo. Lo ideal no es dividirlas en extremos opuestos, sino reconocer que ambas pueden convivir y complementarse para un mayor bienestar.

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Cuando una mujer ha desarrollado un predominio de energía masculina, es posible que sienta una constante presión por hacer, lograr y controlar. Esto puede manifestarse como:

• Dificultad para relajarse y disfrutar el presente.
• Necesidad de tener todo bajo control.
• Sensación de desconexión con el propio cuerpo y las emociones.
• Fatiga, tensión o problemas hormonales.
• Dificultad para recibir apoyo y placer sin sentir culpa.

Volver a conectar con la energía femenina no significa rechazar la acción o la productividad, sino permitirnos también espacios de escucha interna, disfrute y creatividad.

Si eres mujer, potenciar esta energía te ayudará a encontrar calma, equilibrio y una mayor conexión contigo misma. Algunas formas de hacerlo incluyen:

• Conectar con el cuerpo: Bailar, practicar yoga o simplemente moverte con consciencia ayuda a liberar tensiones y a sentirte más presente.
• Respirar profundamente: La respiración consciente favorece la relajación y la apertura a la intuición.
• Pasar tiempo en la naturaleza: Caminar descalza, estar en contacto con el agua o simplemente observar el entorno natural pueden ayudarte a reconectar con tu esencia.
• Aprender a recibir: Permitirte aceptar ayuda, cariño y reconocimiento sin sentir que debes retribuirlo de inmediato.
• Expresar las emociones: Escribir, pintar, hablar o cualquier otra forma de canalizar lo que sientes te ayudará a fluir con mayor facilidad.

Al equilibrar esta energía en tu vida, puedes experimentar:

• Mayor bienestar emocional y paz interior.
• Relaciones más armoniosas basadas en la empatía y la conexión.
• Una creatividad más libre y natural.
• Sensación de abundancia y apertura a nuevas oportunidades.
• Mayor capacidad de adaptabilidad y disfrute del presente.

Cada mujer tiene su propio ritmo y manera de vivir su energía femenina. Lo importante es recordar que no se trata de encasillarse en un modelo fijo, sino de descubrir qué te hace sentir más alineada y en equilibrio. En una sociedad que valora la rapidez y la acción, recuperar este espacio interno es un acto de amor propio.

Si te quedó alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @tantra_maite_domenech 

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