Según la psicóloga Paulina López, “las relaciones tóxicas son relaciones en las que ambas partes son incapaces, por alguna razón, de impedir hacerse daño. Puede tratarse de una relación de pareja, pero también de amistad, de trabajo, incluso de una relación familiar. Los signos que deben alertar de que se está en una relación tóxica con frecuencia son indirectos y subjetivos, lo que dificulta a las víctimas alejarse de la relación tóxica antes de que sea demasiado tarde.”
Pero, ¿por qué toleramos el maltrato? Resulta que toleramos el maltrato y el abuso al que ya hemos sido expuestos en nuestra vida temprana (Dr. Gabor Maté), por eso es tan difícil identificar el maltrato y nos sentimos confundidas; nuestra intuición, o tal vez una amiga, nos dice que algo no está bien, tenemos sensaciones de incomodidad y malestar pero no sabemos qué es, y muchas veces tratamos de no ponerle atención a esa incomodidad. En gran parte porque hay algo en esa relación que nos proporciona algo que necesitamos, cariño, compañía, estabilidad económica, sexo… puede ser cualquier cosa, es importante que la identifiques.
Cuando empezamos a experimentar cambios como pasar de ser una persona extrovertida a una introvertida, o te sientes desorientada, es como un malestar en el ambiente que no puedes explicar. si después de verte con esa persona te sientes juzgada, desvalorizada, acosada, manipulada, es momento de analizar los comportamientos de cada uno y buscar ayuda. No es fácil hacer esto sola, es muy fácil confundirse; ¡ya estás confundida!
Estas son algunas de las conductas tóxicas que se encuentran en los diferentes tipos de relaciones, según la psicóloga Paulina López.
Menosprecio y denigración
En una relación tóxica, una persona puede tener la tendencia a denigrar y menospreciar constantemente a la persona con la que está, ya sea pareja, amigo o incluso familiar. El menosprecio se puede dar a través del humor o las bromas, emitiendo juicios sobre las cualidades, competencias o la personalidad del otro, o bien mediante la burla explícita, implicando con esto que todo lo que expresa la otra persona, sus ideas, sus creencias o sus deseos, es algo estúpido. También puede hacerlo mediante la crítica discreta pero intensa. Aun en los casos en que se logra confrontar a la persona que denigra, ésta se muestra evasiva y disfraza su actitud diciendo que simplemente está bromeando. Al lado de una persona que denigra, la persona que creías ser habrá perdido poco a poco toda importancia. Te vuelves banal, poco interesante, extremadamente inferior.
Intimidación y control mediante "mal carácter"
En una relación tóxica, una persona puede tender a mostrarse furiosa simplemente por recibir alguna crítica o porque no se esté de acuerdo con algo de su persona, y podrá permanecer molesta durante días. Esta es una forma que tiene de controlar y chantajear emocionalmente. Nunca se sabe qué puede hacer que pierda el control y se enoje. Las parejas de estas personas tienden a describir su relación como constantemente estar cuidando no decir o hacer algo inapropiado, pues es impredecible cuando la pareja de mal carácter puede estallar en furia. Esta vigilancia e incapacidad para saber cuando su pareja se enojará y por qué razón, desgasta emocional y físicamente su salud. Por otra parte, la pareja de "mal carácter" tiende a responsabilizar a los demás por sus enojos, que es su culpa que él/ella grite e insulte. Este renegar de la responsabilidad por su comportamiento disfuncional es un rasgo típico de una relación tóxica.
Inducción de culpa
En una relación tóxica, una de las personas puede inducir la culpa en el otro, y con esto, trata de obtener control. Cada vez que hace algo que hace sentir mal a la otra persona, intentará hacerle sentir culpable por la situación, por lo que la hace sentir mal. Esto puede ocurrir en relaciones de pareja, pero también es frecuente en la relación de los padres con sus hijos adultos. Es frecuente que los padres busquen poner a otro a su lado para hacer más efectivo el hacer sentir culpable: por ejemplo, cuando el padre llama al hij@ para decirle lo mucho que está dolida su madre por no haber asistido a la reunión familiar. Esta es una forma muy usual de los padres para controlar tóxicamente a sus hijos. Como todos los comportamientos y dinámicas tóxicos, inducir culpa tiene la finalidad de controlar la conducta del control, de modo que el padre, el amigo o la pareja haga lo que quiera.
Excesiva independencia, no tener en cuenta al otro
En una relación tóxica, una de las personas de la relación puede llevar su independencia demasiado lejos. Para esta persona, compartir lo que hizo en su día o anunciar lo que va a hacer, lo expone a que el otro lo controle, y por lo tanto a perder su independencia. Esto necesariamente hace sentir insegura a la persona que está a su lado. No solo se trata de que su comportamiento sea impredecible, sino que tampoco se está seguro nunca de que esta persona esté comprometido emocionalmente con uno, de que la relación que tiene con uno es una prioridad en su vida. Incluso en los momentos en que se le pregunta explícitamente acerca de su compromiso, si ama a su pareja, si la encuentra atractiva, o si está comprometida en la relación, su respuesta tiende a ser vaga, incluso defensiva, lo cual por un lado genera más inseguridad en la otra persona, y tiene la finalidad de hacer que la otra persona siga haciendo cosas para "ganarse" su compromiso. La ansiedad que genera todo esto, necesariamente debilita emocionalmente a la persona víctima de tal comportamiento y puede afectar tanto la salud física como la emocional.
Actitud utilitaria
Una relación tóxica puede ser entre dos personas de las cuales una utiliza al otro para obtener lo que quiere, y la otra intenta complacerlo constantemente sin nunca conseguirlo. Lo que hace tóxica este tipo de relación es que sea una relación solo en un sentido, sólo uno obtiene beneficios, y el hecho de que la otra persona nunca saciará la necesidad del otro de ser complacido. Las personas que utilizan a otros realmente absorben la energía de los otros, y tienden a dejar sus relaciones si encuentran a alguien más que pueda hacer más por ellas.
Actitud posesiva y controladora
Las relaciones que tienen una confianza deteriorada tienden a ser relaciones tóxicas en las que uno de los dos es posesivo, y el otro sufre los celos y la desconfianza de su pareja. Si se deja que simplemente pase el tiempo, las personas posesivas serán cada vez más sospechosas y controladoras. Un ejemplo puede ser revisar el celular, incluso el kilometraje del automóvil para asegurarse que no haya ido a algún lugar que no debiera. Más que estar con alguien en una relación, estas personas quieren poseerla. Los esfuerzos de su pareja de asegurarle su fidelidad y compromiso serán en vano. Quedarse en una relación aceptando el ser tratado como una persona no confiable tendrá como resultado el perder cualquier espacio personal y propio.
Si te identificas con varios de estos comportamientos y sensaciones es importante que busques ayuda profesional para que te ayuden a descifrar si realmente estás en una relación tóxica y para que te ayuden a salir de allí de la manera más segura.
Crédito fotografía: Anthony Tran
Fuente: R&A Pscicólogos
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