Muchas veces no nos damos cuenta de cuando nuestro cuerpo empieza a hablarnos ¿Sabías que existe una conexión entre nuestro cuerpo y emociones? Soy Mariana Navarro, experta en bienestar físico, mental y espiritual, vengo a explicarte lo importante qué es escuchar y entender nuestro cuerpo.
 

A mi me encanta esta frase que siempre digo en mis asesorías “El cuerpo habla, lo que las emociones callan” ese es el resumen de porque el cuerpo está conectado con las emociones. No sé si te has dado cuenta que cuando sientes miedo, ansiedad o nervios todo se somatiza en el estómago, y así sucesivamente con todas las partes del cuerpo. Digamos que el cuerpo tiene un lado izquierdo, que nos conecta con el lado maternal, femenino, el lado receptivo y por el contrario, el lado derecho nos conecta con el aspecto masculino, padre y exterior; cuando sentimos más dolor en un lado que en el otro es porque hay algo emocional que viene detrás. Muchas veces pensamos “Me duele la cabeza, porque sí” pero, ¿Qué es eso que te está causando el dolor? ¿Estrés? ¿Tristeza? o una rabia interna que siempre te genera ese dolor de cabeza. Pasa también al revés, cuando te sientes bien y te levantas feliz, ¿Qué está pasando internamente en el cuerpo? ¿Emocionalmente? ¿Qué te ayuda a levantarte feliz? 

Así es como se reflejan nuestras emociones y sentimientos en nuestro cuerpo, si te sientes triste lo vas a notar en ti de alguna forma, el cuerpo nos habla y está en nosotros escucharlo. Cuando te levantas triste, no vas a querer hacer nada; cuando te levantas feliz, te vas a sentir con más energía, liviana, vas a poder respirar mejor. Cuando uno está tapado y con mocos, pensamos que es una gripa normal, pero hay algo detrás que no has soltado que lleva a tu cuerpo a bajar las defensas. 

Normalmente podemos ver esas alertas hasta en nuestra postura física, las personas que son encorvadas, retraídas, es porque tienen miedo y no son tan seguras de sí mismas. Corporalmente también se pueden reflejar nuestras emociones, y cómo nos sentimos. Pero, ¡Ojo! El sentir no significa que este mal, nuestras emociones están para cuidarnos; hay emociones como el estrés que aunque no lo creas en cierta medida es bueno y natural sentirlo, porque nos ayuda a cuidar el cuerpo. No veo que hayan emociones malas, ni buenas, no me gusta segmentarlas ni tampoco calificarlas, son el paso para ayudarnos a progresar y transformar nuestra vida.

El método más común para encontrar un equilibrio entre nuestras emociones y cuerpo es el Mindfulness, la meditación. Hay personas que les cuesta mucho, a mi me costaba un montón, no me podía tomar más de 10 minutos para meditar y tome la decisión de empezar a ser más consciente de lo que estoy sintiendo con el fin de cuestionarme, empezar a entenderlo y aceptarlo. Si estoy sintiendo rabia, ¿Por qué? Si me siento triste ¿Por qué? Hay muchísimas meditaciones de 10 minutos, hasta 7 minutos que te van a dar ese espacio que necesitas para enfocarte en ti, respirar y ser más consciente de lo que te está pasando. 

El ejercicio físico también es una gran terapia para la mayoría, un ejercicio con intensidad fuerte, donde te sientas agotada, subas tus pulsaciones casi que en un 90% te va a ayudar a aliviar el estrés. Empiezas a liberar todas esas hormonas de cortisol y otras, que hacen que te sientas mejor y aliviada. Pero, cuando estás en uno de esos días donde no te quieres mover, ni hacer nada, te recomiendo hacer ejercicios más suaves, calmados, estiramientos, donde enfoques tu mente en el músculo ¿Qué estás sintiendo? ¿Cómo lo estás sintiendo? 

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Pasar por momentos difíciles y caos, está bien. Quiero que entiendas que eres humana, tienes sentimientos, no eres de piedra, y no está mal pasar y tener días más difíciles que otros, no tienes que sentirte feliz todo el tiempo. Esos momentos siempre van a traer luz. Acá ya no es ¿Cómo manejo mis emociones? Sino ¿Cómo manejo la situación? Piensa que la vida pasa, van a volver y vas a ver momentos complejos donde vas a cuestionar todo de ti o tu alrededor, pero lo importante es que sepas coger tu vida, aceptarla y entender que no todo dura para siempre. Así como llegan, también se van; la felicidad no dura para siempre, la tristeza tampoco. 

No te compares con tu alrededor, enfócate siempre en ti. Muchas veces nos sentimos en competencia con los demás y tienes que rodearte de entornos, ambientes y personas que te brinden ese apoyo y tranquilidad que necesitas. Si buscas alguna asesoría en entrenamiento físico, mental y espiritual me puedes encontrar en Instagram como @coachmarianafitness.

Portada: Mickael