Entrevista: Carolina Porras "AlmaYogui", mentora de emprendedores.

Entrevista: Carolina Porras "AlmaYogui", mentora de emprendedores.

Por: PANDORASCODE

Carolina Porras más conocida en Instagram como Almayogui, comenzó su camino de emprendimiento a los 7 años de edad y desde entonces no dejó de emprender, hoy, aparte de sus dos exitosos emprendimientos: LEAD y Almayogui en los que ayuda a otros emprendedores en diferentes etapas de su negocio, Carolina no cesa de gestar nuevas ideas, algunas prosperan y otras no. Acompáñanos a conocer su historia como emprendedora y cómo ayuda a otros a emprender.

PC: ¿Cómo empezaste?

Carolina Porras: Mi primer emprendimiento, el que me apuntó al éxito, fue a los siete años. A esa edad, mi papá me dejaba lustrar sus zapatos y me pagaba 50 pesos, con esas monedas gigantes que había antes, todo bajo la condición, de que no me los podía gastar en dulces, tenía que reinvertirlos. Entonces, fue mi papá, el que me enseñó a ser negociante; yo me iba a “El Ley” y compraba galletas lechecitas y las vendía en el colegio, ahí comencé a emprender.
 

Luego cuando me gradué como abogada del Externado, lo que seguía era o ser política, o trabajar en una firma de abogados, y la política no me agradaba, entonces decidí irme a una firma de abogados. Sin embargo, a los 4 meses, me di cuenta de cómo funcionaba, y me quedó claro que yo no quería estar ahí porque nunca iba a ser nada más que un asistente, y decidí renunciar. Llamé a dos amigas de la universidad para contarles que iba a montar mi oficina y les pregunté que si querían unirse, me preguntaron ¿cómo la íbamos a montar? Mi plan era pagar la oficina con los $350.000 pesos que tenía ahorrados, y ahí, una de mis amigas dijo que conocía a un señor que quería que ella fuera su abogada, entonces decidimos que con lo que pagaran daríamos para el arriendo de la oficina. Al final, montamos “Lead Legal Advisors” en 2010, con una oficina en Chapinero alto (57 con 7), ahí trabajamos y durante un año sin ningún tipo de sueldo, pero le apostábamos a un sueño. 

 

PC: ¿Crees que un emprendedor debe ser un soñador?

CP: Para mí, el sueño del emprendedor está en emprender desde el alma, creer en su sueño y defenderlo hasta el final. Así empezamos nosotras a trabajar y ahora somos 12 personas y contando, trabajamos más o menos con 30 empresas con mensualidades fijas, a las cuales les brindamos asesoría tributaria y les llevamos sus contabilidades. Sin embargo, nuestro eje central, siempre está en estructurar legalmente el negocio de nuestros clientes para que puedan funcionar en Colombia. Entonces ellos llegan con una idea de negocio y nosotros los asesoramos de la mejor manera para hacerlo en Colombia legalmente, a eso nos dedicamos nosotros. 

 

PC: En tu experiencia desde 2010 que empezaste, ¿Cuáles son los tropiezos más comunes de los emprendedores?

CP: Algo que nos pasa a los empresarios es que somos muy soñadores e idealizamos nuestros negocios. Entonces cuando queremos ejecutar nuestra empresa para volverla real, el miedo y la frustración nos dañan porque a pesar de que es importante ser soñador, también es importante materializar y darle tiempo a los negocios. Todos los emprendimientos necesitan un tiempo de decantación para ir haciendo sus propios procesos, entonces cuando el empresario llega a nosotros, lo hace con muchas ideas y sueños. Nosotros no matamos sus sueños, más bien, le damos una justa proporción a esa idealización para volverla material. Esa es la falla más común, que la tolerancia a la espera es muy bajita, no siempre están preparados para esa paciencia.

 

PC. Cada negocio es único, de acuerdo también a las personas que lo conforman y de acuerdo al sueño de cada uno, pero, ¿te han puesto término de realización? ¿Qué tiene que estar listo en un año, por ejemplo?

CP: Mira, yo con los años he podido verificar que los negocios tienen 3 etapas: la primera etapa es la “gestación”, la segunda  es la “materialización” y la tercera la “maduración”. Independiente de lo que se trate la empresa, productos, servicios, producto fabricado, importado, etc. Está la primera etapa, la de gestación, que es de 36 meses, es decir, 3 años. Es ese momento en el que la idea se asienta, porque además, yo soy de la teoría de que uno no se inventa un negocio, el negocio energéticamente existe y necesita ser materializado y canalizado por alguien, entonces uno se asocia con ese negocio. Esa etapa es ese momento en el que uno se armoniza con su negocio, y se plantea el ¿por qué?, ¿para qué?, ¿dónde?, ¿qué canales?, ¿qué productos? Aquí es donde viene el ensayo-error. 

Después de más o menos 3 años, uno ya puede decir que un emprendimiento deja de ser un emprendimiento para convertirse en una empresa. Una empresa que ya puede tomar otras decisiones, que es a lo que yo denomino el tiempo de materialización, y dura como hasta el año 5 o 6. En este momento empiezan a pasar cosas interesantes como el fondeo o la inversión del negocio vía crédito, o vía otros inversionistas. Es donde uno ya empieza a apostarle a infraestructura, donde ya hay una oficina y se empieza a contratar un equipo. Esto pasa porque uno ya sabe que hubo una buena gestación con el negocio, y él ya está pidiendo una expansión. Generalmente, es ahí donde uno entra como asesor legal, a pesar de que a veces, hay que corregir algunas cosas de la gestación. Después entramos  a la etapa de la maduración, después de los 6 años de la empresa, cuando ya se pueden abrir nuevas líneas de negocio. Pero el mayor índice de mortalidad de los emprendimientos, es en la etapa de gestación, lo cual es maravilloso, porque uno ahí no ha invertido tanto dinero ni tiempo. Además, duele mucho cuando un negocio muere en materialización o en maduración.

 

PC. ¿Y tú nunca has entrado en la etapa de gestación? ¿No te llega alguien que esté empezando?

CP: Claro, con Alma Yogui, desde las mentorías, yo gesto con los emprendedores. Nosotros desde el día uno, con la idea de ellos, empezamos a moldear el negocio: ¿para qué quieres hacer esto?, ¿qué te hace brillar el corazón? Yo siempre he dicho que los seres humanos venimos a esta vida a aprender a amar, a aprender a ser felices y a aprender a servir. El servicio, “aprender a servir” es esto de emprender, entonces siempre acompaño a preguntarse y responder: “¿En qué quieres servir?”, “¿Para qué lo quieres hacer?” No pensamos en el cómo en esas primeras etapas de gestación porque uno simplemente está dejando que la semilla se siembre. Pensamos en el “¿Para qué?”, “¿Por qué?, “¿A quién queremos llegar?”, “¿Qué pasaría si esto sucediera o no sucediera?”. Es una etapa muy linda, porque es como los enamoramientos de la pareja, en donde uno lo soporta y lo puede todo, uno caminaría bajo la lluvia 7 horas por amor, lo mismo pasa con un negocio en gestación, que tú lo soportas todo por tu emprendimiento.

 

PC: ¿Y cómo es esa parte de cuando uno está empezando? Me interesa también eso porque ahí es cuando uno más se estrella. 

CP: Claro, esta primera etapa es muy linda porque, el otro día estaba hablando con una amiga que hace constelaciones familiares y me dijo que uno está listo para emprender cuando se gradúa como adulto, no antes. Es decir, el emprendimiento es como la graduación de todo lo que uno puede, por pequeño que sea. Y eso es tal cual lo que pasa en los primeros 3 meses de un emprendimiento, porque desde la consciencia del adulto, tú te permites soñar con un negocio. Entonces esa primera etapa de la gestación es esa etapa del ensueño, ¡de soñarlo todo! Pero cuando uno está soñando, hay algo que debemos cuidar, y es que sea un buen sueño, así como cuando uno duerme, uno no puede dormir si el vecino está escuchando metal, por ejemplo. Cuando el emprendedor está en la “etapa del ensueño” , lo que nosotros hacemos, es dejar que el sueño sea uno tranquilo, y para eso, trabajamos mucho la mentalidad de éxito. Eso es quizá lo que más le cuesta al emprendedor. Siempre, como humanos, estamos buscando la aprobación del otro, o tenemos esa vocecita que nos dice “¿Para qué voy a hacer esto si todo el mundo lo hace?”, entonces también debe existir una confianza en el camino que uno está realizando. Además ahora, hay un condimento más y es ese problema de los seguidores, que uno se considera menos porque la competencia tiene 50 mil seguidores, ¡y eso es súper tóxico!. Trabajamos con “mentalidad de éxito” preguntándoles “¿qué te preocupa?”… no, que a nadie le guste, “Ok, ¿y qué pasa si a nadie le gusta?”. Trabajamos mucho desde ahí, pero también desde la objetividad del negocio, porque cuando uno es muy soñador, uno empieza a hacerse ideales, entonces ayudamos a aterrizarlo. Además, dejamos claro que no tienes que ser la mejor en todo, sólo en una única cosa, y así, empezamos a llegar al “¿cómo?” de una manera mucho más real.

 

PC: ¿Y te ha llegado lo contrario? ¿Personas que no sueñan mucho o que le tengan miedo a ese sueño?

CP:  Sí claro, porque esa “graduación de adulto” de la que te hablo viene con muchas mutilaciones. Es decir, no todo el mundo tuvo el papá que yo tuve, por ejemplo, no todo el mundo tuvo al papá que pagaba 50 pesos para invertir, y eso también mutila mucho. Entonces llegan personas con unos dones que ellos no saben que tienen. De hecho, a veces soy yo la que les dice “mira, yo sé que tú no tienes como pagar esta mentoría desde tu mente, es decir, tú crees que no puedes hacerlo, pero yo te voy a regalar 2 mentorías para que tú abras ese canal y después me las pagas”. Y la gran mayoría de las veces pasa, porque yo sólo limpio la mente  para permitirles soñar, ser quienes son. Hay, por ejemplo, una tarea muy linda que puede hacer todo el mundo, y es la lista de lo que tengo “¿qué es lo que yo tengo?”, normalmente es más fácil empezar desde las cosas materiales “tengo un computador, celular, audífonos, un tablero para pintar, lienzos, acrílicos, etc”, y luego empiezas a ir más profundo, “¿cuáles son las habilidades”,  por ejemplo “yo siempre he pintado bien, me compran mis cuadros, he estudiado, he viajado, etc.”. Así es como las personas que llegan siendo poco soñadoras, empiezan a abrir esa “caja de pandora”, y a darse cuenta que tienen un montón de cosas sin explotar, que no está mal ni bien. Simplemente las tienen ahí, y pasa mucho, pero afortunadamente todos estamos listos para emprender, sólo falta creerlo.

 

 

 

PC: ¿Si ves viable que todos seamos emprendedores? ¿Y cómo ves la situación ahora? Es decir, de acuerdo a varios artículos y estudios que han salido, en esto de pandemia y post pandemia, los emprendimientos se han disparado un montón, y hay mucha gente que descubrió que podía hacerlo desde su casa o que podía hacerlo sola. 

CP: Todo el mundo puede ser emprendedor, puedes ser emprendedora del proyecto de sembrar las matas en tu jardín, o emprendedora de la fiesta que vas hacer de fin de año, eso ya es un emprendimiento en sí mismo. Ahora, que ese emprendimiento sea lo suficientemente rentable para que te dé un beneficio y tú puedas cómodamente percibir un ingreso de eso, ahí está el reto. Yo siempre he pensado: “la pandemia es el caldo de cultivo perfecto para el que quiere emprender”, pero es sólo un periodo de transición y hay que darse cuenta rápidamente de eso, porque además, ya estamos saliendo de la transición, entonces lo que pasó, fue que la pandemia permitió que cada uno tuviera un espacio y tiempo de calidad para soñar. La gente ya no tenía que transportarse, entonces ese tiempo se gastaba en otra cosa que no fuera transportarse, de manera que la gente trabajaba y le quedaba tiempo para hacer las cosas que le gustaban. Todo esto empezó a volverse un “caldo de cultivo” súper interesante, unos más digitales, otros menos digitales.  Ahora, ¿cuál es el reto post pandémico?  Sacar eso que fue genial en la pandemia a la experiencia. Es decir, eso que cada uno creó de manera tan potente, venderlo nuevamente, pero tanto en la virtualidad, como en la presencialidad. Muchos piensan que las redes sociales son el negocio, pero no es así; las redes sociales son una herramienta para llevar a cabo el negocio. Yo no creo que todos los emprendimientos vayan a morir, pero sí creo que muchos van a perder su esfuerzo si sólo se quedan en lo digital.

 

PC: ¿Cuáles son esos 5 o 10 consejos o pasos claves que tú puedes darle a alguien que esté con ese sueño de emprender?

CP: Bueno, lo primero y principal es confiar…
1. Confiar en la idea, si es tú idea es buena. 

2. No te compares, ¡por favor no lo hagas!, y menos en los primeros 6 meses de tu emprendimiento, eso es toxico, eso te está haciendo daño porque te genera ansiedad, ¡aíslate! 

3. No te endeudes económicamente los primeros 6 meses del emprendimiento, o que tu deuda no sea muy alta, porque eso también te genera ansiedad, esa deuda se recomienda en una etapa de materialización, que ya el negocio ha tenido una etapa de florecimiento y ahí uno ya puede meterle plata a esto porque ya va más firme, pero los primeros meses, no. 

4. Si tienes un emprendimiento o una idea de emprendimiento, no tienes porqué renunciar a tu trabajo, porque puede que el emprendimiento pueda sostenerse a sí mismo, pero no dé para sostenerte a ti y al emprendimiento. Por eso, el índice de frustración va a ser muy alto, y vas a pensar que no funcionada, ¡pero sí funcionaba! sólo no para mantenerte a ti. 

5. Yo creo mucho en las alianzas, en que 2 personas funcionan mejor que una, igual que impulsarse con otras personas, entonces creo que las alianzas son una gran etapa en el emprendimiento. 

6. Pídele consejos a tu mamá y tu papá, para que te digan que está muy lindo tu emprendimiento, porque ellos siempre te dirán que te quedó divino todo, ¡y eso me encanta!. Uno dice que la opinión de los papás no importa, pero obvio sí importa, y mucho. 

7. No busques la aprobación en esos amigos, que dicen ser tus amigos, pero realmente no lo son. Son esos amigos que apenas uno les comenta sobre un emprendimiento, te dicen que no será posible o que no funcionará. No busques la aprobación de ellos. 

8. “No pongas todos los huevos en la misma canasta”, es decir, no abras solamente Instagram o sólo un local comercial, trata de diversificar tus canales de promoción, Instagram, una revista, etc.

9. Desde que lo puedas y lo sientas, delega, no trates de hacerlo todo sola, porque uno no logra hacer ni la tercera parte de lo que quiere, por ende, uno tampoco crece y genera una frustración muy alta. A mí, por ejemplo, en Agosto de 2020, las redes sociales me empezaron a generar una ansiedad muy fuerte, porque las redes de Almayogui empezaron a crecer y la comunidad empezó a demandar mucho más contenido, y en 2020, yo tenía 4 cursos online andando, por ende, tenía 4 cursos online, manejaba las redes sociales de AlmaYogui, trabajaba en Lead y tenía todo este negocio de los empresarios, además, tenía mi vida personal, que son mis hijos y mi esposo. Ahí pensé que yo podía con todo, pero las redes sociales tienen ese “chip” de búsqueda de aprobación, y nunca nada era suficiente, eso era lo que más ansiedad me daba. En ese momento, mi esposo me invitó a salir, y me dijo: “yo creo que tú deberías  contratar a alguien que te ayude a controlar las redes sociales”, y mi respuesta inicial fue “¡eso es imposible!, nadie nunca me va a poder ayudar, porque nunca nadie lo va a poder hacer como yo”. Al mes, encontré a una persona que hasta el día de hoy, se encarga de mis redes sociales. Yo creo el contenido y digo cuál es la idea general de lo que se va a comunicar, pero ellos se encargan de volverlo piezas gráficas, de crear los carruseles, crear los reels y para mi está bien. Entendí que no me puedo encargar de todo, y haber delegado las redes sociales fue como un gran respiro

10. Dale tiempo al emprendimiento.

 

PC: Ahí viene otra pregunta muy importante, ¿Cuánto tiempo le das a un emprendimiento?

CP: OK, esa respuesta la tengo matemáticamente establecida, y es: máximo un año para que tú empieces a ver, por lo menos, un resultado positivo. Un resultado positivo es una venta que te esté generando algún tipo de rentabilidad. Pero, si a los 6 meses de haber empezado la etapa operativa del negocio y estás endeudada por el negocio, tienes que cerrar. No puedes seguir con ese negocio porque te está generando pérdidas y no te estás dando cuenta. Uno no lo siente,  porque además uno termina debiendo mucha plata, y uno empieza como “debo en la tarjeta de crédito 1.500 USD” porque el tema con los negocios digitales es que ahora todo lo apalanca la tarjeta de crédito, entonces no se siente, y uno termina pagando Zoom, Canva, y otra cantidad de aplicaciones convirtiéndolas en 1.500 USD mensuales, entonces esta persona no tiene como darse su propia vida, porque está sosteniendo un negocio. Ahí  uno tiene que cerrar ese negocio porque no funciona a pesar de que uno le tenga todo el amor del mundo.  De hecho, existen esos negocios a los que se le llaman golondrinas, por ejemplo, un típico negocio golondrina es el de los regalos de navidad ecofriendly, un negocio en el que puedes ganar mucha plata, pero hasta el 21 de Diciembre, cuando la gente deja de comprar regalos navideños. 

 

PC: Todas son herramientas que mucha gente necesita, porque hay personas que tienen la idea, pero lo que dices tú, de pronto no tienen el impulso, o están soñando demasiado elevado y no lo están aterrizando bien. Pero esto me parece un hit, y le puede dar luces a muchas personas de cómo funciona eso, porque uno tampoco sabe. Y hay muchos que también esperan ser más grandes para realizar su emprendimiento, pero no, es al contrario, como, “si no es ahora, ¿cuándo?”

CP: Igual, también ha pasado que, por ejemplo, hacemos un espacio de mentoría, y en la primera sesión, yo me doy cuenta de que esa persona no está lista para emprender, no es adulta, no lo puede gestionar, porque es demasiado para esa persona, ¡y todo bien!, y mira, uno de verdad valora que cuando uno la está embarrando, le digan que la está embarrando. A mí me pasa por ejemplo, que me llegan muchas chicas que me dicen que tienen un don y que pueden ver cosas y que quieren un negocio con x o y, pero desde tener el don, hasta desarrollar una idea es un proceso en el que yo no puedo entrar, yo necesito que me digan que quieren hacer. Entonces si no saben qué negocio hacer, pues yo les digo que piensen cómo sería el negocio, cuántas horas sería, como lo atenderían a los clientes, y todos esos detalles, y una vez los tengan, les puedo hacer una mentoría. Eso pasa cuando todavía no están preparados para emprender y ahí es donde las personas se queman porque salen a ofrecer un servicio que no está listo todavía, y lógicamente, no lo vuelven a comprar. 

 

PC: ¿Y cómo manejas tú los precios? ¿Por cliente o cómo es?

CP: Yo tengo una tarifa estándar, de hecho, está en mi página web. Una sesión vale 84 dólares, 2 sesiones valen 134 dólares, y tengo paquetes hasta de 4 sesiones. Yo siempre recomiendo que compren el de 4 sesiones, porque ahí veo un proceso, el cuál, dura más o menos entre 2 y 3 meses. Yo les pongo muchas tareas y mi objetivo es que al final, en nuestra última sesión, haya un producto o servicio terminado. El emprendimiento lo  llevamos a ejecución desde la primera hasta la cuarta mentoría. Pero hay personas que quieren sólo una sesión. También está el Club de emprendedores con Alma, que es un espacio grupal, que tiene duración de 3 meses. El siguiente ciclo empieza en enero del 2022 y cada 3 meses hay un eje central, entonces, por ejemplo, el que viene es planeación estratégica, “Cómo aprender a planear estratégicamente tus proyectos para el año entrante, es decir, no querer hacer 70 proyectos, más bien hacer 4 bien hechos, cómo los mides en el tiempo, cómo los delegas, cómo los ejecutas, pero además, es muy chévere porque el eje es la mentalidad de éxito, entonces todo el tiempo estoy subiendo audios y PDF’s para trabajar esa mentalidad. Además, hacemos 5 master classes en vivo, una de ellas con un invitado, y hacemos 3 laboratorios. Esos laboratorios de emprendedores son grupos de 60 personas, donde todos ayudan a todos con sus ideas de negocios, y son muy generosos, pero lo más lindo es que nadie copia a nadie y terminan con proyectos divinos. Trabajamos de manera inconsciente la búsqueda de aprobación, porque la persona se somete a la aprobación del otro y el otro la aprueba. El club de emprendedores es muy chévere, y los que después van a mentorías, tienen el 30% de descuento.

 

PC: ¡Divino eso! ¿Pero tú puedes entrar en el club de emprendedores sin hacer las sesiones ni nada, todo es individual?

CP: Aquí, nada es prerrequisito de nada, tú puedes entrar donde quieras y puedes salirte donde quieras.

 

PC: Súper, además eso puede ayudarte para animarse y empezar.

CP: Y también, yo creo mucho en el tiempo perfecto de la vida, si tu llegaste a  este espacio del club de emprendedores ahora, es porque era perfecto para ti justo en este momento.

 

PC: Pero te inscribes y es por esos 3 meses, ya después en el siguiente grupo, entonces son grupos aparte.

CP: Sí, te inscribes por 3 meses, pero tienes un mes más para terminar de consumir todo el contenido, y los chats yo nunca los cierro. La membresía para la mentoría es igual, dura 4 meses el descuento para la membresía, pero no es que en esos 4 meses tengan que hacerla, más bien, lo que se demoren. Yo tengo grupos de mentoría que llevan 6 meses y van en su tiempo, y su tiempo es perfecto. También hay gente que no las termina, que las paga y a la segunda dicen que es demasiado para ellos, que lo sienten, pero que no las terminarán.

 

PC: Y ya como entrando más en experiencia personal, de Carolina Porras, ¿cómo es esa experiencia de una mujer que tiene 2 hijos, un matrimonio, vida personal, y aparte tiene estos emprendimientos y hacer todas las cosas que hace?, porque siento que eso es algo que puede pasarnos a muchas, es algo que parece abrumador, y también es esta corriente ahora de “empodérate”, de que las mujeres podemos hacerlo todo, y todo lo hacemos bien, pero es como, ¿cómo?, porque siento que hay mucha soledad detrás de todo eso, no hay una comunidad, un apoyo atrás para lograrlo todo. 

CP: Esa es una súper buena pregunta, y es una respuesta que en mi vida tiene un antes y un después. Si tú me hubieras hecho esta pregunta en el 2014, yo te habría dicho “organizándome, súper bien, tratando de darle los tiempos perfectos a todo, y muy disciplinada. Me levanto a las 6 am y me acuesto a las 10pm”, esa sería la respuesta de una mujer, con su masculino muy exacerbado, creyendo que esa era la fórmula. Sin embargo, a finales del 2015, mi hija ya tenía un año, pero yo tuve una mala experiencia física, tuve una enfermedad en consecuencia del estrés crónico, y llegué a pesar 42 kilos. Ahí dije, “algo de lo que estoy haciendo no funciona”, y si tú me preguntas cómo lo hago, la respuesta es, “lo hago lo más cómodo posible”, yo tengo una red de apoyo muy grande a mi alrededor, desde mi casa, con mi esposo que es mi compañero, siendo un súper equipo. Además, para nosotros el tiempo en familia es sagrado, entonces yo tengo una premisa, y es, lo que alcance a hacer de 8 am a 3 pm lo hago, lo que quede por fuera de ese horario, no pasó. Por eso, yo no estoy en redes en las noches ni nada, y nosotros nos la hemos puesto muy cómoda en casa, tenemos nana, empleada del servicio, y  tutora, entonces, tratamos de que los niños también tengan un tiempo de calidad importante, soltando esa culpa de que no siempre, ese tiempo, es con nosotros,  porque la culpa en la paternidad es muy dura, entonces nosotros la soltamos. Ya a otra escala, tengo también mis equipos de trabajo,  en Lead tengo asistente, abogados Juniors, contadores, donde yo simplemente superviso una operación, intervengo en ciertas cosas muy puntuales, pero el equipo sabe lo que tiene que hacer. Y Alma Yogui, que es mi bebé más reciente, ya está empezando a crecer más, entonces yo ya tengo una materializadora, a la que yo le digo lo que tiene que pasar y ella ya sabe lo que tiene que hacer. Yo creo que la clave está en no confundir a “wonderwoman” con “yo lo hago todo”. Es entender que hay cosas que uno no debe hacer, o no quiere hacer, entonces es poder decir no y escucharse a uno mismo, eso es sagrado. Además, creo que hay una falsa creencia que de hecho viene de un pensamiento femenino de los años 60 que me parece súper peligroso, y es, “cuando uno delega, nada queda igual cuando uno lo hace”, y ¿qué pasa? nada nunca será igual en lo que tú haces porque eso es una característica del ser humano, pero eso no quiere decir que esté mal. Entonces mis equipos de trabajo, a mí me duran un montón porque todo el mundo me dice no entiendo cómo soporto que hagan las cosas diferente a como yo las haría, pero yo entiendo que todos tienen una manera de hacer las cosas, y ya, entonces ahí dejé de luchar. Entonces sí, esa pregunta tiene un antes y un después. El antes tiene un precio muy alto, yo antes lo hacía todo y no, no funcionó.

 

PC: Por otro lado, con esto que me dices, me encanta porque es justo eso. No tienes tienes que estar sola, pero por otro lado, a ciertas mujeres pueden no tener medios ni dinero para hacer eso, ¿no?

CP: Entonces no tienen que hacer todo, porque eso también es súper toxico. Como mujeres nos hemos creado unos prototipos de “eres exitosa , a los 37 tienes 2 hijos, un esposo, un emprendimiento, tu matrimonio funciona, etc”, ¡pero no lo tienes que hacer todo!, por eso es tan tóxica la comparación, porque si yo no tengo recursos  económicos para que alguien me ayude con mis chiquitos, si no tengo para contratar en mi emprendimiento, si yo no tengo recursos de tiempo para tener un emprendimiento y un empleo, eso no está mal, eso sólo te está mostrando que tienes un ritmo distinto, y es perfecto tal cual es, entonces no tienes que competir. La vida no es una competencia, y es algo de lo que yo me cuido mucho en la imagen que doy, porque no quiero generar ansiedad en otros. A veces fallo porque digo “hay gente que me verá a mí y dirá, ¿Cómo hace todo lo que hace?”, claro, porque yo tengo una red detrás muy grande, y hay gente que hace más cosas porque su red es más grande, no porque esa persona haga todo eso sola. Pero yo ya no me comparo con otros, cada quien va a su tiempo y a su ritmo, lo hace a su manera y es perfecto. Entonces para quien no tenga los recursos económicos o de tiempo, está bien, vas a otro ritmo y tus metas son personales. No hay afán, no hay prisa. Hayas hecho lo que hayas hecho, perfecto, muy bien, lo hiciste y eso es lo que importa. 

 

PC: Sí, creo que todavía falta trabajar mucho esa mentalidad.

CP: Sí para mí lo primordial es el tiempo con mi familia, de 8 am a 3 pm, con hora de almuerzo y yo preparo el almuerzo. Esa hora de almuerzo es cuando hablamos del día, el colegio de mis hijos, y el trabajo de mi esposo. Porque al final te mueres, y lo que queda es ese recuerdo, el tiempo que pasaste y viviste con otros. Te van a recordar por el humano que eras, por el café que te tomaste con una persona, con la visita sorpresa de cumpleaños que le hiciste a tu mamá, por eso te van a recordar, y eso si te quita tiempo, pero es un tiempo lindo.

 

PC: De acuerdo, pues que rico, que rico conocerte y que ganas de conocerte más. ¡Muchas gracias por tu tiempo!

CP: Gracias a ti, por abrirme este espacio. 

 

Fotografías: Cortesía Almayogui

 

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