En el complejo y a menudo tumultuoso mundo de las relaciones sentimentales, es común que nos encontremos esperando que nuestra pareja cambie. Ya sea que anhelemos que recupere ciertas cualidades que una vez nos enamoraron o que adopte nuevos comportamientos para ajustarse a nuestras expectativas, esta tendencia puede ser un terreno resbaladizo para la salud emocional de ambas partes. Las relaciones a menudo pasan por diferentes etapas, y el enamoramiento inicial puede cegarnos a las imperfecciones de nuestra pareja. En este período, todo parece perfecto y nos aferramos a la ilusión de que esta fase idílica es la norma. Por lo tanto, cuando la relación avanza y las diferencias comienzan a surgir, algunos individuos pueden quedarse atrapados en la esperanza de que su pareja vuelva a ser como era al principio, ignorando las realidades cambiantes de la vida en pareja. Mi nombre es Dalia Salas, soy psicóloga; hoy vengo a hablarte sobre este tema y cómo llevarlo de la mejor forma.

La señal más clara de que alguien está esperando demasiado que su pareja cambie es cuando las negociaciones y la comunicación fracasan repetidamente. Si se establecen límites y acuerdos claros pero no se cumplen, y las características esenciales de la relación que uno considera no negociables no están presentes, puede ser un indicio de que se está esperando demasiado de la pareja.

La espera constante de que la pareja cambie puede llevar a una profunda insatisfacción y a sentimientos de tristeza o duda sobre uno mismo. Este anhelo perpetuo de algo que no se materializa puede minar la autoestima y la confianza en la relación, generando un ciclo de decepción y resentimiento.

La comunicación abierta y honesta es fundamental. Establecer un canal de diálogo sincero con la pareja permite expresar nuestro sentir de manera clara y comprensiva. Aunque las conversaciones difíciles pueden ser incómodas, son esenciales para lograr un entendimiento mutuo y llegar a acuerdos que beneficien a ambas partes.

Es importante distinguir entre aspectos de la personalidad de la pareja, que generalmente no son negociables, y comportamientos relacionados con la relación, que pueden ser objeto de negociación y acuerdo. En lugar de esperar cambios radicales en la personalidad de la pareja, es más productivo buscar compromisos y acuerdos que permitan el crecimiento conjunto.

Aceptar a la pareja tal como es implica reconocer tanto sus virtudes como sus defectos y tomar la decisión consciente de seguir adelante con la relación. Al mismo tiempo, el crecimiento conjunto puede lograrse estableciendo metas compartidas y fomentando el desarrollo individual de cada miembro de la pareja. Es crucial entender que el amor y la aceptación no significan conformarse con menos de lo que se merece, sino encontrar un equilibrio entre el apoyo mutuo y el autodesarrollo.

Es fácil dejarse llevar por ideales poco realistas de la relación perfecta, influenciados por la representación romántica del amor en los medios de comunicación y la cultura popular. Sin embargo, es esencial discernir qué aspectos son verdaderamente importantes para uno mismo y qué es lo que se está dispuesto a ofrecer a cambio. Adoptar una visión objetiva y equilibrada de la relación ayuda a establecer expectativas realistas y a construir un vínculo sólido y satisfactorio.

Aunque es natural esperar que nuestra pareja crezca y evolucione junto a nosotros, aferrarse a la ilusión de que cambiará radicalmente puede ser perjudicial para ambas partes. La clave está en la comunicación abierta, el entendimiento mutuo y la aceptación de que una relación saludable implica aceptar a la pareja tal como es, mientras se trabaja juntos hacia un futuro compartido. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @psicologadalia 

Portada: Frazen Zigiz