En el fascinante mundo de la moda colombiana, a menudo se percibe una dificultad el acceso a nuevos talentos y propuestas innovadoras. Sin embargo, detrás de esta aparente barrera, se encuentra un universo vibrante y lleno de potencial creativo. Para ahondar en este tema y explorar las claves para ingresar a la escena de la moda en Colombia, nos sumergimos en una reveladora entrevista con Valentina Amaya. A sus 26 años, está colombiana con residencia en París no solo ha conquistado el mundo de la moda como periodista, sino que también ha fundado "Moda Con Sentido", un proyecto destinado a desafiar las percepciones convencionales y abrir nuevos horizontes en la industria. A través de sus experiencias y perspectivas, Valentina nos guiará en el fascinante viaje de descubrir cómo trascender las limitaciones y contribuir a la evolución de la moda colombiana
PC: ¿Cuáles son las principales características de la industria de la moda en Colombia que la hacen parecer cerrada en comparación con otras regiones?
VA: En mi opinión la moda latinoamericana no es cerrada, sino que hay una falta de educación y formación de profesionales en el tema. La moda no es solo diseño y aunque en Latinoamérica tenemos muchos diseñadores, recursos y talento que podrían estar a la altura de otros internacionales o incluso mejor, el diseño de moda era hace unos años una de las pocas carreras disponibles para formación en Colombia lo que no daba apertura para conocer las demás profesiones fundamentales que hacen que la industria funcione correctamente y que genera más de 1 billón de dólares anualmente.
Hay varios puntos a considerar
PC: ¿Cómo ha evolucionado la moda en Colombia en los últimos años? ¿Ha habido cambios significativos en términos de apertura y diversidad en la industria?
VA: La moda en Colombia hoy en día es grande, es una industria muy sólida y reconocida con mucho por ofrecer al mercado nacional e internacional. Después de superar muchos de los problemas y situaciones que han acompañado a la historia del país, la moda ha demostrado que aunque su esencia y su sello si se basan en la idea de proponer prendas asociadas al caribe y al trópico, esto debe ser usado y apropiado como algo que nos destaca y nos permite construir un vínculo con nuestras tradiciones artesanales y la simbología de las mismas.
Sin embargo, hoy en día contamos con la presencia de muchas otras marcas en el mercado global que han desafiado los distintos estereotipos latentes y han demostrado que también es posible crear “Street style, loungewear y activewear” sin demeritar lo que ha representado la moda tropical para nuestra economía y reputación mundial. Marcas como Alado Design, A New Cross o Laura Laurens que asistieron al Fashion Trust Arabia o aquellas presentes en Colombiamoda como One Half o Manuela Álvarez son la fiel representación de la evolución y la diversificación.
PC: ¿Qué papel juegan los diseñadores y creadores de moda colombianos en la promoción de una moda más inclusiva y diversa en la región?
VA: La moda en si ha evolucionado, es necesario entender que cuando hablamos de diversidad e inclusión dentro de una industria que se ha tildado de superficial, excluyente y banal, el papel del diseñador y de la marca era crucial. El story telling hoy en día es otro, las personas y los consumidores jóvenes buscan cada vez más marcas que se alineen a sus ideales, a sus creencias, que ofrezcan valor agregado desde las emociones y la empatía conectando con sus preferencias a la hora de elegir una prenda que ya no es solo para vestir sino para representar justamente todo lo que para ellos es importante.
Hay varios temas que son cruciales a la hora de proponer una nueva colección o una identidad de marca que cumpla con estos parámetros.
La industria no ha cambiado por que el sello de nuestra moda colombiana se mantiene, lo que nos hace únicos, pero si se ha adaptado a los nuevos requerimientos sociales y a las formas de vivir, pensar y expresarse de todos aquellos que ahora tienen papeles bastante importantes dentro de la misma sin necesidad de tener que cambiar su esencia. Tenemos por un lado, una sociedad que por estigmas históricos, sociales, religiosos, de costumbres y tradiciones, no estaba preparada para esto pero a la misma vez otra parte de esa misma sociedad que no se quedará sentada esperando a que lo asimilen sino que debe ir un paso adelante y mostrárselos.
PC: ¿Qué desafíos específicos enfrenta la industria de la moda en Colombia en términos de apertura a nuevas tendencias y enfoques?
VA: Económicos: El consumidor colombiano de moda es conservador y en búsqueda de la economía, la razón por la que esto sucede y por la que el gasto generalizado es “bajo” en comparación con otros países, tiene que ver con las necesidades que el colombiano promedio debe suplir antes de pensar en gastar su dinero en moda por fuera de lo que le es útil para sobrevivir, esa es una realidad. Por esta razón la inversión y la conciencia de consume no se basa en la calidad o lo espectacular que pueda ser una marca sino más bien en la utilidad en muchos de los casos. Con los salarios promedio que un colombiano puede ganar, sus intereses en términos de moda no se encuentran enfocados en las materias primas, el ciclo de su producto o su composición.
Intelectuales: Sin generalizar, pero como ya lo dije anteriormente, no es tampoco conocedor de tendencias o temas especializados en moda, aunque sabe algo del tema, tiene estereotipos acerca de lo que es ésta y suele asociarla a momentos, vestidos y pasarelas y aún cuando hace parte del sistema moda, consume y la usa al verse influenciado por cambios de temporada, bases textiles y sigue viéndolo como algo superfluo y lejano.
PC: ¿Hay prejuicios o estereotipos que han obstaculizado la diversidad y la apertura en la moda de Colombia? ¿Cómo se están abordando estos problemas?
VA: Al principio la gente caía en el error de pensar que los latinos, especialmente las mujeres colombianas eran solo operaciones y cuerpo, playa y bañadores, caderas y busto y que todas eran bonitas y femeninas. La moda lleva muchos años estancada y golpeada por las tendencias del narcotráfico y la forma en que se veía a los latinoamericanos con aspectos como exagerar el lujo, cosificar a la mujer, generar efectos extremos en el cuerpo, entre otros, lo cual tuvo una gran influencia mundial y llevó a que se transfirieran múltiples supuestos a la moda.
Por otro lado, la idea del bolero, las flores y los colores en cuerpos esculturales de estas mismas mujeres ha sido determinante y ese efecto inmediato de este repentino auge de la ficción latina es lo que alude al exotismo y lo atractivo del latino como algo “apasionado”, “mágico”, “deslumbrante” e incluso “picante.
Esto por su parte ha bloqueado la evolución de lo que en realidad la moda colombiana puede llegar a representar, encuadrándola en el concepto del tropical chic y este reflejo del Caribe, un ambiente cálido y acogedor con la costa, la playa, el sol y la arena en un solo lugar, es parte de la impresión global sobre el país en general y la moda que allí se produce.
Sin embargo, y a pesar de su éxito, no toda Colombia es Caribe y puede catalogarse como un punto tropical atribuido a un hecho más fundamentalmente fáctico y geográfico. Es un país de fragmentos que no depende de una estación o de otra que determinen la forma de vestir, de las mochilas wayuu, el calzado de Bucaramanga, los vestidos de baño artesanales de Montería y Barranquilla, de los bolsos tejidos a mano, de los ponchos y la joyería indígena, de una diversidad única que cambia cada cierto kilómetro que recorres.
Para terminar, yo no veo eso como un problema en sí pero si como una situación que ha sido aprovechada por los diseñadores que hoy en día proponen otro tipo de conceptos y estéticas que van más allá de lo que nos ha estereotipado con años y que debe ser conocido y sobre todo contado al mundo de forma más profunda y estructurada para dar visibilidad a lo que se hace hoy en día en materia de moda.
PC: ¿Qué medidas podrían tomarse para fomentar una mayor apertura y diversidad en la industria de la moda en la región?
VA: Hay que apostarle a la innovación, a las experiencias de compra, a la conexión con las emociones y la parte más sensible de los consumidores.
¿Te parece que hay muchos prejucios en Colombia cuando se trata de la moda?
Si te quedo alguna duda o quisieras tener un espacio con Valentina, la puedes encontrar en Instagram como @blogmodaconsentido @valentina_amaya
Portada: Vogue
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