En general las personas parecen preferir la luz apagada para sus encuentros sexuales, no por un tema de mayor excitación sino por un tema de inseguridad acerca de sus cuerpos. ¿Qué prefieres? Piensa por unos segundos por qué prefieres la luz encendida o apagada. Sé sincera.
Los seres humanos somos seres sensoriales, a través de nuestros 5 sentidos experimentamos el mundo, y más aún cuando de sexo se trata. Ver, oler, saborear, escuchar y por supuesto tocar hacen parte del acto sexual, mientras más sentidos involucremos una mejor experiencia tendremos. Y de hecho cancelar alguno de los sentidos para acentuar otros es válido y puede ser muy enriquecedor, como por ejemplo vendar los ojos de tu pareja y observar cómo disfruta, como se excita con la anticipación. Es diferente tener los ojos vendados a siempre hacerlo con la luz apagada, cuando tienes los ojos vendados estás dentro de una dinámica en pareja, y además eres más vulnerable, estás entregada a la experiencia y a tu pareja, y eso es sexy.
Si la vista es nuestro sentido principal ¿por qué decidir no ver a nuestra pareja en algo tan importante como el sexo? Desafortunadamente, esta decisión viene en su mayoría de nuestras inseguridades acerca de nuestro cuerpo y de la manera en la expresamos nuestro placer, todo como consecuencia de lo que creemos que “debe ser”, cómo debemos vernos para ser deseadas y cómo debemos sonar y vernos cuando experimentamos placer. Cuando la realidad es que las personas se atraen por infinidad de motivos, muchas veces ni siquiera podemos explicar por qué, simplemente nos sentimos atraídas.
Si eres de las personas que siempre lo hacen con la luz apagada por temor a ser vista, te invitamos a que lo pienses e intentes, por favor no vayas a prender las luces de inmediato, ¡sobretodo esos focos blancos! Empieza por ambientar el momento, la luz cálida siempre será mejor, empieza por una luz tenue y poco a poco ve incrementando, usa lámpara en lugar de la luz del techo, que por lo general suele ser muy fuerte y desfavorecedora. Cubre una lámpara con una pashmina de un color cálido, siempre la luz que viene de abajo será más amable y favorecedora.
Disfruta de un foreplay en el que mires a los ojos a tu pareja, déjate devorar y devora con la mirada, acaricia con tus ojos, mira como se toca tu pareja y viceversa, usa este sentido para excitarte. ¿Recuerdas la escena de la pizza de la película Comer Rezar y Amar?
Foto: Kirill Banobanov
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