A veces nos cuestionamos el porqué de los acontecimientos y de las personas que están en nuestra vida. Nos quedamos dando vueltas y vueltas en nuestra cabeza y no nos damos cuenta de que somos un gran todo. Pues bien, ese todo es la suma de dos energías: la masculina y la femenina. Y tanto el desequilibrio como la armonía entre ellas se refleja en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos. 

Todo lo que hay en nuestro entorno es un reflejo de nuestro mundo interior que a veces nos cuesta ver y aceptar para sanarlo y vivirlo desde el amor. 

Cuándo hay armonía entre estas dos energías somos capaces de amar nuestro camino tal cual ha sido, es y será; al amar nuestro camino sólo nos resta fluir y disfrutar lo que la vida nos ofrece.

¿De qué manera podemos identificar éstas energías en nuestra vida?

A simple vista podemos observar éstas energías en nuestras relaciones con las personas que representan lo femenino y lo masculino. 

¿Pero cómo puede la astrología ayudarnos? 

Para ayudarnos a construir esta armonía es importante conocer y explorar nuestra Venus natal y nuestro Marte natal esto hace referencia, a la posición frente a nuestro signo en el que estaban estos planetas en el momento de nuestro nacimiento, ésta configuración marcará las pautas de cómo es esa relación y cómo podemos mejorla.

Venus es la representación de la energía femenina, del deseo, y hay algunos signos que la exaltan, porque en cada signo cada planeta toma distintas características.

En los hombres, Venus representa a la mujer que les gusta y en las mujeres habla de las características de nuestra esencia femenina. 

Marte representa nuestra energía masculina, la forma en la que tomamos acción en nuestra vida.  Para las mujeres habla del tipo de hombre que nos gusta y para los hombres del tipo de personalidad; su esencia masculina.

¡Es muy importante tener claro que donde esté nuestro deseo es dónde está nuestra acción! porque Venus mueve a Marte.