Cuando escuchamos el término "red flags", es común pensar en señales de alerta relacionadas con otras personas: actitudes o comportamientos que pueden indicar posibles conflictos o problemas en una relación. Sin embargo, también existen red flags internas. Como seres humanos, tenemos la capacidad de darnos cuenta de lo que ocurre en los demás, señalando con facilidad lo "nocivo" o "tóxico" en otros. Pero, ¿qué pasa con nuestras propias red flags? ¿Sabes cómo identificarlas? ¿Te has tomado el tiempo de mirar hacia adentro? Mi nombre es Katerine Echenique Sánchez, soy psicóloga y psicoterapeuta; hoy vengo a resolverte todas estas dudas.
Las red flags internas son actitudes, pensamientos y comportamientos que, de no ser atendidos, pueden sabotear nuestro bienestar, relaciones y logros personales. Reconocerlas no debe asustarnos ni avergonzarnos, sino motivarnos a trabajar en ellas. Al hacerlo, damos un acto de valentía y amor propio, aceptando que todos tenemos aspectos por mejorar. Esta es una invitación a empezar a mirar hacia adentro y reconocer esas señales de alerta internas.
Imagina que estás navegando en el océano durante una noche de tormenta. La visibilidad es escasa y todo parece confuso. De repente, un faro comienza a parpadear en la distancia. ¿Qué haces? Puedes ignorarlo y arriesgarte a chocar contra las rocas o prestar atención, ajustar tu rumbo y evitar el peligro.
Tus red flags internas son como ese faro. No están para detenerte o criticarte, sino para alertarte de que algo en tu comportamiento necesita atención. Ignorarlas puede llevar a problemas mayores, pero si decides atenderlas, puedes dirigirte hacia aguas más tranquilas y mejorar tu vida.
Identificar estas señales puede ser desafiante porque a menudo estamos tan acostumbrados a nuestros propios patrones que no los notamos. Sin embargo, existen estrategias prácticas que pueden ayudarte:
Nuestras emociones reflejan nuestro estado interior. Observa las emociones que experimentas con mayor frecuencia:
¿Cómo hacerlo? Lleva un diario emocional por una semana. Anota tus emociones diarias y las situaciones que las desencadenan. Esto te ayudará a identificar patrones y posibles red flags.
Emoción predominante |
Posible red flag |
Pregúntate y reflexiona |
Ansiedad |
Evitar enfrentar problemas |
¿Qué situación estoy postergando por miedo a cómo saldrá? |
Enojo |
Reacciones desproporcionadas |
¿Estoy reaccionando a la situación o a algo que arrastro del pasado? |
Escucha los comentarios de tu entorno
Los comentarios de personas cercanas pueden ofrecer pistas valiosas. Aunque no siempre sean agradables de escuchar, algunos patrones repetitivos son dignos de atención:
¿Cómo hacerlo? Pregunta a personas de confianza: “¿Crees que hay algo en mi forma de ser que podría mejorar?” Escucha con apertura y sin justificarte.
Comentario recurrente |
Posible red flag |
¿Qué podría hacer ante eso? |
“Siempre te pones a la defensiva” |
Dificultad para aceptar críticas |
Practica responder con: “Gracias por decirme esto, lo reflexionaré”. |
“Pareces distante últimamente” |
Evitar expresar emociones |
Intenta compartir cómo te sientes en al menos una conversación diaria. |
“Siempre llegas tarde” |
Falta de organización |
Ajusta alarmas y sal con anticipación para reducir retrasos. |
Reflexiona sobre tus patrones de comportamiento
Algunas red flags internas se revelan en patrones recurrentes. Pregúntate:
Ejercicio: Haz una lista de tres situaciones que te frustren y busca patrones comunes.
Situación que se repite |
Posible red flag |
Estrategia inicial |
Relaciones que terminan igual |
Miedo al compromiso, heridas de infancia |
Identifica qué te detiene y habla con honestidad con tu pareja. |
Reconocer tus red flags es el primer paso, pero el cambio ocurre cuando decides trabajar en ellas. Aquí tienes un enfoque práctico:
Practica la autocompasión. Hablarte con amabilidad es esencial. Tener red flags no te hace una mala persona, sino alguien consciente de su necesidad de cambio.
Define un plan de acción. Divide cada comportamiento en pasos pequeños y establece metas claras.
Red flag |
Impacto |
Estrategia para trabajarla |
Ser reactivo en discusiones |
Creas conflictos innecesarios |
Practica la pausa consciente antes de responder en situaciones tensas. |
Postergar compromisos |
Pierdes credibilidad en tu entorno |
Usa herramientas como agendas y establece fechas límite realistas. |
Rodéate de apoyo. Hablar con un amigo o un terapeuta puede marcar la diferencia. La terapia ofrece herramientas prácticas y apoyo emocional.
Sé constante y celebra tus avances. El cambio es un proceso gradual. Celebra cada pequeño paso que tomes, ya que cada uno te acerca más a tu mejor versión.
¿Sabes cuáles son tus redflags?
Trabajar en nuestras red flags internas no solo nos convierte en personas más conscientes y equilibradas, sino que también mejora nuestras relaciones y calidad de vida. Recuerda: cada red flag es una oportunidad para crecer y ajustar tu rumbo. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @comprentumente o en Tik tok como @comprendetumentee
Portada: Jasmine pang
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