Explorando las causas de la adicción al sufrimiento

Explorando las causas de la adicción al sufrimiento

Por: Nazarena Loureiro

La adicción al sufrimiento es un fenómeno complejo y paradójico que afecta a numerosas personas en todo el mundo. A primera vista, puede parecer contradictorio que alguien se sienta atraído por situaciones que le causan dolor y angustia. Sin embargo, esta condición refleja patrones profundamente arraigados en la psique humana y puede tener consecuencias devastadoras si no se aborda adecuadamente. Mi nombre es Nazarena Loureiro, soy terapeuta cognitiva e integral, experta en ansiedad y trauma; hoy quiero venirte a hablar sobre la adicción al sufrimiento y cómo manejarlo de la mejor forma. 

La adicción al sufrimiento se define como la incapacidad persistente de una persona para alejarse de situaciones, comportamientos o relaciones que les causan angustia emocional, física o psicológica. A pesar de ser levemente conscientes del daño que les infligen, estas personas se sienten inexplicablemente atraídas por el dolor y el sufrimiento, casi como si fueran una droga, ya que es la única realidad que conocen.

Una de las características principales de la adicción al sufrimiento es la repetición de patrones dañinos. Al igual que con otras adicciones, las personas pueden experimentar un ciclo de sufrimiento, alivio temporal y luego una recaída en el comportamiento adictivo. Este ciclo se vuelve cada vez más difícil de romper a medida que la adicción se profundiza.

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Las causas que subyacen a la adicción al sufrimiento son complejas y pueden involucrar una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos.

Cuando somos niños, aprendemos formas de amor y patrones de comportamiento que se convierten en caminos neuronales profundamente arraigados. Si estamos acostumbrados a reaccionar con determinados patrones de sufrimiento desde la infancia y nunca nos encargamos de trabajarlos y crear nuevos aprendizajes desde nuestro yo adulto, seguiremos reaccionando como ese niño que aprendió a sufrir. Como resultado, atraeremos situaciones que nos devuelvan sufrimiento, lo que para nosotros ya es conocido y "normal".
 

Factores genéticos: Aunque no hay una conexión genética directa con la adicción al sufrimiento, ciertas predisposiciones genéticas pueden aumentar la vulnerabilidad a trastornos de salud mental, como la depresión o el trastorno de personalidad límite, que a su vez pueden contribuir a patrones de comportamiento autodestructivos.

Factores ambientales: El entorno en el que crecemos y nos desarrollamos puede desempeñar un papel crucial. Experiencias traumáticas en la infancia, como el abuso físico, emocional o la negligencia, pueden normalizar el sufrimiento y distorsionar nuestra percepción del amor y las relaciones saludables.

Factores psicológicos: Ciertos rasgos de personalidad, como la baja autoestima, la dependencia emocional o el miedo al abandono, pueden predisponer a las personas a buscar relaciones dañinas o situaciones de sufrimiento como una forma de validación o pertenencia.

Según la biodescodificación, solo un 2% de los factores son genéticos y sumamente modificables. Sin embargo, los factores ambientales y el grupo familiar en el que nos formamos como niños, así como las situaciones de vulnerabilidad que transitamos en la niñez, contribuyen significativamente al desarrollo de factores psicológicos a largo plazo. Estos factores persistirán hasta que el adulto se encargue de modificarlos de manera consciente.

Aunque la adicción al sufrimiento comparte algunas características con otras formas de adicción, como la dependencia emocional y los patrones compulsivos, existen diferencias clave.

A diferencia de las adicciones a sustancias como las drogas o el alcohol, la adicción al sufrimiento no implica el consumo de una sustancia química externa. En su lugar, la "sustancia" adictiva es el sufrimiento mismo, ya sea emocional, psicológico o físico.

Además, mientras que las adicciones a comportamientos como el juego o el sexo pueden proporcionar una sensación de placer o recompensa a corto plazo, la adicción al sufrimiento a menudo carece de esa gratificación inmediata. En su lugar, las personas adictas al sufrimiento pueden experimentar una sensación de familiaridad o incluso una validación distorsionada de su dolor.

Todas las adicciones vienen de una carencia, ya sea falta de amor materno, paterno o un comportamiento destructivo. Lo que las diferencia es su peligrosidad, es decir, cuánto ponen en peligro la vida o la salud mental, o cuánto perjudican nuestro día a día. Pero en esencia, cualquier tipo de adicción proviene de una carencia emocional o psicológica subyacente.

Efectos a largo plazo

La adicción al sufrimiento puede tener consecuencias devastadoras en la salud mental y física de una persona si no se aborda adecuadamente.

Salud mental: El sufrimiento crónico puede exacerbar trastornos como la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático. Además, la falta de autoestima y la percepción distorsionada de las relaciones saludables pueden profundizar la adicción, creando un ciclo vicioso de angustia emocional. Los sentimientos de desesperanza, desesperación y falta de propósito en la vida pueden intensificarse, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de ideación suicida en casos graves.

Salud física: El estrés prolongado y el desgaste emocional asociados con la adicción al sufrimiento pueden debilitar el sistema inmunológico y aumentar el riesgo de problemas de salud como enfermedades cardíacas, trastornos gastrointestinales, problemas de sueño, dolores crónicos y una variedad de otros síntomas físicos. El descuido del autocuidado y los hábitos poco saludables también pueden contribuir al deterioro de la salud física.

Un posible efecto a largo plazo es no tener nunca una pareja sana, ya que la adicción al sufrimiento, vista desde el "niño herido", no permitirá llevar a cabo una relación saludable. Además, ese patrón de comportamiento podría trasladarse a los hijos, creando un ambiente tóxico y un hogar conflictivo con padres "aniñados" que deberían ser adultos responsables.

Afortunadamente, existen tratamientos eficaces para abordar la adicción al sufrimiento y ayudar a las personas a romper estos patrones destructivos.

Terapia cognitivo-conductual (TCC): Esta forma de terapia se enfoca en identificar y modificar los pensamientos y comportamientos disfuncionales que perpetúan la adicción al sufrimiento. Los terapeutas ayudan a los pacientes a desarrollar estrategias de afrontamiento más saludables y a desafiar sus creencias distorsionadas sobre el amor y las relaciones. Técnicas como la reestructuración cognitiva, la exposición gradual y el entrenamiento en habilidades de afrontamiento pueden ser efectivas.

Terapia de aceptación y compromiso (ACT): Esta terapia se centra en cultivar la aceptación y la conciencia plena, lo que puede ayudar a las personas a distanciarse de sus patrones de sufrimiento y tomar decisiones más conscientes y saludables. Al aprender a aceptar y hacer espacio para las emociones difíciles, en lugar de evitarlas o suprimirlas, las personas pueden desarrollar una mayor flexibilidad psicológica.

Biodescodificación: Esta terapia alternativa busca abordar las raíces emocionales y psicológicas de los problemas de salud, incluyendo la adicción al sufrimiento. Al explorar y descodificar los patrones de comportamiento aprendidos en la infancia, la biodescodificación puede ayudar a las personas a sanar sus heridas emocionales y romper el ciclo de sufrimiento.

La terapia más efectiva suele ser una combinación de diferentes enfoques, adaptados a las necesidades individuales del paciente. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual podría combinarse con la biodescodificación para abordar tanto los patrones de pensamiento disfuncionales como las raíces emocionales más profundas.

Independientemente del enfoque terapéutico, el compromiso y la motivación del paciente son fundamentales para el éxito del tratamiento. La adicción al sufrimiento puede estar profundamente arraigada y requerir un trabajo consistente y a largo plazo para desmantelar los patrones dañinos.

 

Estrategias preventivas

Además de los tratamientos, existen estrategias preventivas que pueden adoptarse para reducir el riesgo de desarrollar una adicción al sufrimiento.

Educación y concientización: Comprender la naturaleza de la adicción al sufrimiento y sus señales de advertencia puede ayudar a las personas a reconocer y abordar estos patrones de manera temprana, antes de que se conviertan en un problema más grave.

Desarrollo de habilidades de afrontamiento: Enseñar a los niños y adolescentes habilidades de afrontamiento saludables, como la regulación emocional, la resolución de conflictos y el cultivo de la autoestima, puede ayudar a prevenir el desarrollo de patrones de sufrimiento a largo plazo.

Terapia familiar y de pareja: El trabajo terapéutico con familias y parejas puede ayudar a identificar y abordar los patrones disfuncionales de comunicación y relacionamiento que pueden contribuir a la adicción al sufrimiento.

Promoción de relaciones saludables: Fomentar una comprensión de las características de las relaciones interpersonales saludables, basadas en el respeto mutuo, la confianza y la comunicación efectiva, puede ayudar a prevenir la normalización del sufrimiento en las relaciones.

¿Sientes que te hace falta tener preocupaciones en tu día a día?


La adicción al sufrimiento es un desafío complejo que requiere un enfoque holístico y multidisciplinario. Al combinar el tratamiento adecuado con estrategias preventivas y una mayor conciencia, las personas pueden liberarse de estos patrones destructivos y abrazar una vida más plena y satisfactoria. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @bio.psico.holistica 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Portada: Noah Buscher

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Por si no me conoces soy Nazarena tengo 31 años, trabajo hace diez años en salud, y ocho como terapeuta holística.

Me especializo en Terapia Cognitivo Conductual, mi post grado es en gestion de Ansiedad entre otras capacitaciones de especialidad.

Soy instructora de Mindfulness el cual es un exclente complemento, para cualquier patologia.

Acompaño a mis pacientes con mucho amor y presencia a llegar a la raiz de sus problemas.

Amo dar clases, razon por la cual abri el espacio de Formaciones hace tres años de manera online multiplataforma, y llevo capacitando a mas de 7.000 alumnos.