Rompiendo la obsesión con el peso: Construyendo una relación positiva con la alimentación

Rompiendo la obsesión con el peso: Construyendo una relación positiva con la alimentación

Por: Nadia Sorroche

En la sociedad actual, nos encontramos inmersos en una cultura obsesionada con la dieta y la imagen corporal. Esta obsesión, lejos de promover la salud y el bienestar, a menudo conduce a relaciones desordenadas con la comida y nuestros cuerpos. mi nombre es Nadia Sorroche, soy coach en Trastornos de la conducta alimentaria y Amenorrea Hipotalámica; hoy exploraremos los primeros signos de estas relaciones problemáticas, analizaremos los factores que contribuyen a su desarrollo y discutiremos cómo podemos movernos hacia una relación más saludable con la alimentación y nuestro cuerpo a través de la alimentación libre.

En una sociedad saturada de mensajes sobre dietas y "estilos de vida saludables", puede ser difícil distinguir entre hábitos genuinamente beneficiosos y comportamientos potencialmente dañinos. Algunos de los primeros signos de una relación desordenada con la comida incluyen:

  • Obsesión por leer etiquetas nutricionales
  • Control excesivo sobre los tiempos de comida
  • Preocupación constante por la composición de los platos en términos de macronutrientes
  • Conteo obsesivo de calorías
  • Fijación en la actividad física y el conteo de pasos
  • Necesidad compulsiva de ir al gimnasio varias veces por semana

Es importante notar que muchas de estas conductas son a menudo alabadas en nuestra sociedad, lo que dificulta reconocerlas como problemáticas. Sin embargo, estas actitudes pueden rápidamente convertirse en obsesiones que dominan nuestros pensamientos y acciones.

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Factores Contribuyentes:

La prevalencia de relaciones problemáticas con la comida y el cuerpo es multifactorial. Algunos de los principales factores incluyen:

Gordofobia Societal: Vivimos en una sociedad que teme profundamente el aumento de peso. Esta fobia colectiva nos lleva a buscar constantemente la delgadez, equivocadamente asociándola con salud y éxito social.

Sesgo en el Sistema de Salud: El sistema de salud a menudo perpetúa la idea de que ser gordo es inherentemente insalubre, lo cual es una simplificación excesiva y potencialmente dañina.

Presión Estética: Especialmente las mujeres enfrentan una presión estética desmesurada, impulsada por el patriarcado y la cultura de la violencia estética.

La Industria de las Dietas: Esta industria multimillonaria continúa vendiendo soluciones mágicas para alcanzar un tipo de cuerpo idealizado, a pesar de la falta de evidencia sobre la efectividad a largo plazo de las dietas restrictivas.

Déficit Alimentario: Las restricciones alimentarias pueden activar respuestas cerebrales primitivas que nos llevan a buscar constantemente comida, perpetuando un ciclo de restricción y ansiedad.

 

El Mito de las Dietas:

Es crucial entender que las dietas restrictivas, a pesar de su popularidad, no son efectivas a largo plazo. Los estudios muestran que:

  • No hay evidencia de que alguien pueda perder peso y mantenerlo por más de 5 años sin recurrir a restricciones extremas o desarrollar trastornos alimentarios.
  • Aproximadamente el 95% de las personas que se someten a dietas recuperan el peso perdido.
  • Dos tercios de estas personas terminan ganando más peso del que perdieron inicialmente.

Este fenómeno, conocido como "síndrome del yo-yo" o "weight cycling", demuestra la ineficacia fundamental de las dietas restrictivas.

 

Consecuencias de la Obsesión con el Cuerpo y la Alimentación:

La constante preocupación por el peso y la alimentación tiene consecuencias significativas:

  • Distracción de otros aspectos importantes de la vida
  • Agotamiento mental y emocional
  • Pérdida de conexión con el placer y la satisfacción en la comida
  • Desarrollo de trastornos alimentarios
  • Deterioro de la autoestima y la imagen corporal

Como señala la autora Naomi Wolf, la dieta actúa como un "sedante político", manteniendo a las personas, especialmente a las mujeres, distraídas de cuestiones más sustanciales en sus vidas.

 

Hacia una Relación más saludable: La alimentación inclusiva y libre

Frente a este panorama, la alimentación intuitiva y libre surge como una alternativa prometedora. Este enfoque busca reconectar a las personas con sus señales naturales de hambre y saciedad, promoviendo una relación más pacífica con la comida y el cuerpo. Algunos principios clave incluyen:

Autoconocimiento: Aprender a reconocer y respetar las señales del cuerpo, incluyendo el hambre y la saciedad.

Neutralidad Corporal: Trabajar hacia una relación más neutral con el cuerpo, reconociendo su valor más allá de su apariencia.

Placer en la alimentación: Redescubrir el placer en la comida, sin juicios ni restricciones.

Respeto al Cuerpo: Aprender a respetar y cuidar el cuerpo de manera holística, más allá de su forma o tamaño.


El Proceso de transición hacia la alimentación libre:

El camino hacia la alimentación libre puede ser desafiante, especialmente para aquellos que han estado inmersos en la cultura de la dieta por mucho tiempo. Algunos aspectos a considerar:

Decisión Consciente: La transición comienza con la decisión consciente de dejar atrás las dietas restrictivas y el conteo de calorías.

Desafíos Iniciales: Es común experimentar una "luna de miel" inicial con alimentos previamente restringidos. Esto es una respuesta normal y temporal.

Reconexión con el Hambre: Aprender a reconocer y honrar diferentes tipos de hambre, incluyendo el hambre física y mental.

Paciencia y Compasión: El proceso requiere paciencia y autocompasión, ya que pueden surgir emociones intensas y cambios corporales.

Apoyo Profesional: En muchos casos, especialmente si hay un historial de trastornos alimentarios, es beneficioso buscar el apoyo de profesionales especializados en alimentación libre.

 

Desmitificando el "Hambre Emocional":

El concepto de "hambre emocional" es frecuentemente malinterpretado en el contexto de la cultura de la dieta. Es importante entender que:

  • El llamado "hambre emocional" a menudo es una respuesta a la restricción previa.
  • Las emociones intensas pueden romper temporalmente el control mental sobre la restricción alimentaria.
  • La clave está en identificar si existe una relación restrictiva con la comida en primer lugar.

 

Estrategias para una Transición Exitosa:

Para moverse hacia una relación más saludable con la comida y el cuerpo, considera:

Auditoría de medios: Evalúa críticamente el contenido que consumes en redes sociales y medios tradicionales. Elimina aquellos que promueven ideales corporales irreales o mensajes restrictivos sobre la alimentación.

Educación: Infórmate sobre los efectos negativos de las dietas restrictivas y los beneficios de la alimentación libre.

Comunidad: Busca comunidades y recursos que apoyen una visión más inclusiva y compasiva del cuerpo y la alimentación.

Práctica de la autocompasión: Desarrolla una práctica regular de autocompasión para manejar los desafíos emocionales que puedan surgir.

Exploración del placer: Redescubre actividades y experiencias que te brinden placer más allá de la comida y la imagen corporal.

Para facilitar un cambio más amplio, es necesario:

  • Educar a los profesionales de la salud sobre los peligros de la gordofobia y los beneficios de enfoques más inclusivos.
  • Promover políticas públicas que fomenten la diversidad corporal y combatan la discriminación basada en el peso.
  • Desafiar los estándares de belleza irreales en los medios y la publicidad.

El viaje hacia una relación más saludable con la comida y el cuerpo es un proceso continuo que requiere paciencia, compasión y apoyo. Al alejarnos de la cultura de la dieta y acercarnos a la alimentación libre, podemos redescubrir la alegría en la comida, cultivar una imagen corporal más positiva y, en última instancia, vivir vidas más plenas y satisfactorias. ¡Ojo! La alimentación libre es la meta, pero los trastornos alimentarios no se pueden sanar con este estilo de vida, ya que son mucho más complejos donde no tenemos ni un sistema hormonal que nos permita reconocer señales. La idea es forzarse y desafiarse. Una vez que obtengamos una rehabilitación física, y le quitemos moralidad a los alimentos, podemos adentrarnos en el proceso de comer intuitivamente y libre. 

La clave está en reconocer que nuestro valor no está determinado por nuestro peso o forma corporal, sino por quiénes somos como individuos integrales. Al liberarnos de las restricciones de la cultura de la dieta, podemos dedicar nuestra energía a perseguir nuestras pasiones, cultivar relaciones significativas y contribuir positivamente a nuestras comunidades.

¿Sientes que tienes una obsesión por tu peso y cómo te ves?

Recordemos que cada cuerpo es diferente y que la salud verdadera abarca mucho más que el peso o la apariencia física. Al adoptar un enfoque más compasivo y holístico hacia nuestros cuerpos y nuestra alimentación, no solo nos beneficiamos a nosotros mismos, sino que también contribuimos a crear una sociedad más inclusiva y aceptante para todos. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @nadia.tcacoach 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Portada: Aleksandr Kadykov

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TCA Coach

Oriunda de Buenos Aires (Argentina), desde chica siempre estuve conectada con mi cuerpo a través del deporte y de la comida.
 

No tardaron mucho en etiquetarme como “la chica que comía mucho” y no te miento, adoraba estar en ese lugar.

Me sentía muy segura de mí misma y de mi cuerpo, por lo que no le prestaba mucha atención ni tampoco consideré hasta grande que detrás de ese título había mucho más que un simple comentario “inofensivo”.

Cuando estaba en el primer año de universidad (de mi licenciatura en kinesiología y fisiatría) probé, casi por juego, lo que era hacer una dieta.

Desde ese momento, comer poco comenzó a ser una obsesión: como si fuera un desafío vi que podía restringirme así, y no pude parar de hacerlo.

De a poco fui sumando otros hábitos que parecían ser saludables, porque socialmente estaban aceptados como tal, pero que de trasfondo mostraban algo que no estaba bien. 

Y fue bajo ese pretexto que comencé a entrenar mucho. Llegué a ir al gimnasio a las 5 AM para poder llegar a hacer todo lo que necesitaba en el día sin sacrificar mi tiempo ejercitándome.

A lo que antes llamaba comer con ganas, ahora lo había rotulado bajo el término “atracón” y empecé a tenerles miedo, mucho miedo. 

Así transcurrieron tantos años de mi vida: entre restricciones, atracones, nuevas dietas, ejercicio compulsivo, un año más prometiendo no tener más atracones, un año más poniéndome metas físicas, insatisfacción, nervios, y todo lo que seguramente estás agregando vos mentalmente al leer estas palabras. Te lo anticipé unas líneas arriba, parte de nuestra historia es muy parecida.

No sé si te páso a tí también, pero desde mi primera dieta y por 10 años, perdí no sólo mi menstruación sino también el disfrute de gran parte de las cosas importantes de la vida.

Pero eso nadie lo sabía ni lo notaba porque por hacer dieta y ejercicio yo era “saludable”.

Creyendo que era una apasionado (y no una obsesionada) entré en el mundo del fitness: estudié nutrición deportiva, volví a la universidad para ser Máster en Nutrición Humana y Dietista.

Además me formé como entrenadora personal y de sala de musculación y comencé a trabajar como coach de personas de muchos países hispanoparlantes.