En el fascinante viaje hacia la comprensión y cuidado de la salud sexual femenina, nos sumergimos en el intrigante universo del suelo pélvico, un conjunto de músculos, fascias y ligamentos ubicados en la zona baja de la pelvis. Esta región, desde el nacimiento hasta la vejez, juega un papel crucial en la vida de las mujeres, sin embargo, suele ser ignorada hasta que circunstancias particulares, como el embarazo, el posparto o la menopausia, nos confrontan con la importancia de su cuidado. Mi nombre es Sandra Gómez, soy fisioterapeuta y sexóloga; hoy exploraremos a fondo las cuatro funciones esenciales del suelo pélvico, destacando especialmente su conexión con la salud sexual y revelando aspectos fundamentales para comprender y fortalecer esta área vital del cuerpo femenino.

El suelo pélvico es un conjunto de músculos, fascias y ligamentos ubicados en la parte baja de la pelvis. Estos elementos están presentes en el cuerpo desde el nacimiento hasta la muerte, pero muchas mujeres comienzan a ser conscientes de su importancia en momentos específicos de la vida, como el embarazo, el posparto y la menopausia. En estas etapas, desequilibrios o disfunciones pueden surgir, llevando a una mayor atención al suelo pélvico.

Este conjunto de estructuras cumple cuatro funciones esenciales. En primer lugar, tiene una función esfinteriana, encargada de controlar la micción, defecación y los gases. Cuando esta función está desequilibrada, pueden surgir problemas como la incontinencia urinaria, heces o gases. Además, el suelo pélvico tiene una función de sostén, manteniendo en su lugar las vísceras pélvicas. Si hay un desequilibrio, las vísceras pueden descender, causando prolapso.

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Otra función crucial es la relacionada con el parto. El periné, la región entre la vagina y el ano, desempeña un papel fundamental durante el parto. Sin embargo, es importante destacar que el periné es perfecto para este proceso y no debería presentar disfunciones. Por último, y de manera significativa, el suelo pélvico tiene una función sexual. Contrario a la creencia común de que la sexualidad está directamente relacionada con la reproducción, la función sexual del suelo pélvico está presente para proporcionar placer exclusivamente.

En ocasiones, las mujeres pueden experimentar disfunciones en esta área, como la dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales), anorgasmia (dificultad para alcanzar el orgasmo) o vaginismo (imposibilidad para la penetración). Estas disfunciones pueden deberse a diversos factores, como tensiones musculares, traumatismos o incluso condiciones médicas como la endometriosis.

Cuando se trata de fortalecer o relajar el suelo pélvico, es esencial adoptar un enfoque personalizado. Para hipertonías o tensiones musculares, se pueden realizar ejercicios de relajación, junto con el uso de vibradores para aliviar la tensión. En casos de hipotonía o debilidad, la conciencia corporal y los ejercicios específicos, pueden ser beneficiosos.

Sorprendentemente, factores como el bruxismo (apretar los dientes) y el estrés pueden influir en la salud del suelo pélvico. Las tensiones en la mandíbula y la boca pueden estar conectadas directamente con la musculatura del suelo pélvico, demostrando la interconexión del cuerpo humano.

En cuanto al clítoris, este órgano altamente sensible cuenta con más de 10,000 terminaciones nerviosas y juega un papel crucial en la función sexual femenina. Reconocer y explorar el propio cuerpo, incluido el clítoris, es fundamental para una salud sexual positiva.

Finalmente, hay que destacar la importancia de asociar el placer con la salud en el ámbito sexual. Reconocer y buscar el placer individualmente puede ser el primer paso para mejorar la salud sexual, con la premisa de que donde hay placer, hay salud. Al abordar estos temas con naturalidad y sin tabúes, las mujeres pueden tomar el control de su salud sexual y disfrutar de una vida íntima plena y satisfactoria. Si te quedo alguna duda o quisieras una asesoría, me puedes encontrar en Instagram como @fisioespecialis 

Portada: Anna Shvets