El impacto del burnout no es solo una estadística. Hace unos años, me vi atrapada en un ciclo agotador de trabajo excesivo y estrés constante. Mi dedicación y compromiso se convirtieron en una carga abrumadora que afectaba mi bienestar en todos los sentidos. Al principio, no le di mucha importancia a las pequeñas señales. Pensé que era normal estar un poco dispersa o agotada mientras llevaba adelante un gran proyecto. Pero poco a poco, me di cuenta de que algo no estaba bien. Me costaba concentrarme, me quedaba en blanco mientras hablaba y sentía una fatiga extrema que no desaparecía ni con descanso. Ya no disfrutaba de mi trabajo como antes y solo esperaba ansiosamente el fin de semana. Pero eso no fue todo, mi  salud también se vio afectada. Empecé a tener dolores de cabeza frecuentes, problemas de sueño y una ansiedad constante. Me di cuenta de que mi calidad de vida se había visto seriamente comprometida y entendí que necesitaba hacer algo al respecto. Mi nombre es Gabriela Segovia, soy coach laboral; hoy vengo a contarte sobre 5 señales para identificar si estas en esta situación.

El burnout, síndrome del agotamiento crónico, es una realidad preocupante en el mundo laboral actual. Es reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un problema de salud ocupacional que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. Los datos estadísticos son alarmantes: 

• Se estima que alrededor del 20% de los trabajadores en todo el mundo sufren de burnout.
• Según un estudio realizado por Gallup, las personas que experimentan burnout tienen un 63% más de probabilidades de ausentarse por enfermedad.
• Además del impacto en nuestra salud mental, el burnout también puede afectar nuestra salud física. Está asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño, problemas gastrointestinales y trastornos musculoesqueléticos.
• El burnout se relaciona con un mayor riesgo de depresión, ansiedad, trastornos de pánico y abuso de sustancias.
• Desde el punto de vista empresarial, el burnout tiene un impacto financiero considerable. Según la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, el agotamiento laboral puede costar a las empresas hasta 20 mil millones de euros al año debido a la pérdida de productividad, el ausentismo y los gastos médicos.

Pero no todo está perdido, es crucial estar atentas a las señales y detectar si nos estamos quemando en el trabajo. Aquí van cinco señales que debemos tener presentes:

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1. Agotamiento constante: Si te sentís cansada todo el tiempo, sin importar cuánto descanses, y experimentas una fatiga física y mental persistente, ¡es hora de prestar atención al burnout!

2. Despersonalización: Si poco a poco te das cuenta que te vas volviendo distante en tu trabajo, y notas actitudes negativas hacia tus compañeros o hacia vos, es una señal de alerta.

3. Disminución de la eficacia laboral: Si tu rendimiento disminuyó, te cuesta concentrarte o completar tareas que antes eran fáciles, es momento de considerar si el burnout está afectando tu capacidad para trabajar de manera efectiva.

4. Cambios emocionales: Si tenés cambios bruscos de ánimo, irritabilidad constante, tristeza o apatía, es hora de tomar en serio estos cambios emocionales, pueden ser un indicio de un problema mayor.

5. Problemas de salud física y mental: Si te das cuenta que aparecen algunos síntomas físicos como dolores de cabeza frecuentes, problemas digestivos, trastornos del sueño  o problemas de salud mental como ansiedad o depresión, es crucial considerar si el burnout puede ser la causa subyacente.

Estar atentas a estas señales es clave, también es importante que sepas que  existen medidas que podés tomar para evitar el burnout y cuidar de vos. En primer lugar, es crucial establecer límites claros entre tu vida laboral y personal. Aprender a decir "no" cuando sea necesario, es clave. No permitas que el trabajo invada tu tiempo libre, por mucho que ames tu trabajo es importante mantener el balance. Además, es importante practicar la autogestión y cuidar tanto de tu salud física como mental. Dedicate tiempo para alimentarte bien; desde pequeños detalles como no comer sobre el escritorio y cortar al menos 30 minutos al día para almorzar, hasta hacer ejercicio regularmente y participar en actividades de autocuidado pueden ser clave.

No tengas miedo de pedir apoyo cuando lo necesites. Compartí tus preocupaciones y desafíos con tus compañeros, amigos o familiares. Si es necesario, busca la ayuda de un profesional de la salud que pueda brindarte orientación y apoyo adecuado.

Es esencial que logres desconectarte del trabajo fuera del horario laboral. Establecer límites tecnológicos y permitirte disfrutar de tu tiempo libre sin interrupciones constantes puede parecer una utopía, pero es una de las claves para lograr mayor sustentabilidad en tus días. Encontrar un equilibrio saludable entre tu trabajo y tu vida personal debe ser una de tus prioridades. Dedícale tiempo a tus hobbies, intereses y relaciones fuera del ámbito laboral.

Recorda que prevenir el burnout es un proceso continuo que requiere de vos. Si experimentas síntomas de burnout, no dudes en buscar apoyo y tomar medidas para cuidar tu bienestar. Si te quedo alguna duda o quisieras una asesoría, me puedes encontrar en Instagram como @_hagamos

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