Cuando empezamos a entrar en el mundo del alcohol no caemos realmente en cuenta del daño que nos estamos haciendo en el cuerpo. ¿Sabías que puede tener efectos negativos en diferentes partes del cuerpo incluida la piel? ¿Quién se lo iba a imaginar? De hecho, hay varios factores en especifico que hacen que el alcohol sea perjudicial para la piel. Soy la Dra. Alejandra Ramos, dermatóloga y hoy vengo a contarte todos estos efectos y lo que ocurre al dejar de consumirlo. Es hora de entender el daño real que nos estamos haciendo y entender los pros y contras de todas estas sustancias. 
 

Empecemos por entender que el alcohol es diurético, lo que significa que deshidrata la piel. Además, altera los procesos inmunes, lo que favorece condiciones de inflamación en la piel.

Otro efecto negativo del alcohol en la piel es que produce enrojecimiento facial debido a que es vasodilatador. Además, aumenta el riesgo de cáncer de piel en individuos susceptibles, como el carcinoma basocelular y el melanoma.

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El alcohol también puede empeorar algunas enfermedades o condiciones de la piel como rosácea, dermatitis, psoriasis, dermatitis seborreica, eritromelalgia, lupus cutáneo y otras dermatosis fotosensibles. Además, puede interferir con el metabolismo de algunos fármacos, lo que puede generar inflamación hepática en pacientes que los consumen.

Por otra parte, el alcohol altera el ritmo del sueño, lo que evita la reparación nocturna de la piel y acelera su envejecimiento. También aumenta la sensibilidad al sol y altera la microbiota digestiva y en la piel, lo que afecta su funcionamiento.

Es importante tener en cuenta que estos efectos pueden variar según la genética, el tipo de alcohol, la concentración o % de grado y el origen del mismo. Por ejemplo, los pacientes más jóvenes metabolizan mejor el alcohol, pero esto es menos eficiente con el paso de los años. Además, hay deficiencias de enzimas que metabolizan el alcohol que están determinadas por la genética, lo mismo que la calidad de la piel. A mayor % de alcohol, más daño.

Dejar de consumir alcohol puede preservar los mecanismos de reparación propios de la piel y mantener el balance de la microbiota cutánea e intestinal. Además, para tratar la piel después de una noche de mucho alcohol, se recomienda enfocarse en la rehidratación oral y tópica, usar antioxidantes y tener mayor precaución con la exposición solar.

Por último, es importante destacar que es un mito el aplicar alcohol directamente en la piel para ayudar a evitar el acné. Esto puede causar irritación, alterar el pH de la piel y favorecer la deshidratación y el riesgo de dermatitis. Para tratar el acné, se necesitan medicamentos orales o tópicos y mejorar el estilo de vida, especialmente la alimentación en cuanto a consumo de azúcares, frituras y leche de vaca.
El consumo de alcohol puede tener efectos negativos en la piel, por lo que es importante tener precaución al consumirlo y seguir una rutina adecuada de cuidado de la piel. Si te quedó alguna duda o quisieras una asesoría, me puedes encontrar en Instagram como @dra.aleramos

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