¿Cómo identificar si necesito terapia o ayuda psicológica?

¿Cómo identificar si necesito terapia o ayuda psicológica?

Por: Elein Sanchez Navas

Muchas personas no buscan ayuda psicológica debido a diversos factores. Uno de ellos es el estigma social que aún rodea a los problemas de salud mental y a la terapia, lo que puede generar vergüenza o temor a ser juzgados por buscar ayuda. Además, la falta de información o de conciencia sobre la importancia de la salud mental y la terapia puede llevar a que las personas no sepan cuándo es necesario buscar ayuda. A menudo, las personas no reconocen las señales de alerta de que algo no está bien en su vida emocional y no saben cuándo es el momento adecuado para buscar la ayuda de un experto. Mi nombre es Elein Sanchez, soy psicóloga y hoy vengo a darte ciertas pautas para que tengas en cuenta en qué momento es necesario buscar ayuda.

Los trastornos de salud mental son más comunes de lo que se piensa. Muchas personas pueden experimentar síntomas que indican que podrían necesitar terapia, pero a menudo no están seguros de cuándo es el momento adecuado para buscar ayuda. Como psicóloga venezolana con 16 años de experiencia, he observado que algunos signos comunes que indican que una persona podría necesitar terapia incluyen:

  • Sentimientos de tristeza, ansiedad o enojo que se vuelven abrumadores y persistentes.
  • Dificultad para manejar el estrés y las emociones en situaciones cotidianas.
  • Cambios notorios en el sueño, apetito o niveles de energía.
  • Retraimiento social, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban o problemas en las relaciones interpersonales.
  • Problemas de concentración o toma de decisiones que resultan del rendimiento laboral o académico.
  • Recurrir al consumo de alcohol o drogas como mecanismo de escape o para enfrentar emociones difíciles.
  • Pensamientos de autolesión, suicidio o comportamientos autodestructivos.
  • Experimentar síntomas de trauma, como pesadillas, recuerdos vívidos o una sensación constante de alerta.

Determinar si ciertos comportamientos o pensamientos son normales o indicativos de un problema más profundo puede ser un desafío. Aquí hay algunas pautas para ayudarte a evaluar si un comportamiento o pensamiento puede ser motivo de preocupación:

  • Duración e intensidad: Si los pensamientos o comportamientos son intensos, persistentes y duraderos, esto puede ser un indicador de un problema subyacente. Las emociones y los comportamientos normales suelen ser temporales y más manejables.
  • Interferencia en la vida cotidiana: Si los comportamientos o pensamientos dificultan el funcionamiento en el trabajo, la escuela o las relaciones interpersonales, esto puede ser un signo de un problema más profundo.
  • Cambio en el patrón de comportamiento: Si hay un cambio significativo en el comportamiento o el estado emocional de una persona, esto puede ser motivo de preocupación.
  • Reacción desproporcionada: Si la reacción emocional o comportamental a una situación parece desproporcionada o excesiva en comparación con lo que se consideraría una respuesta típica, esto puede ser un indicador de un problema.
  • Malestar emocional: Si los pensamientos o comportamientos causan angustia emocional significativa, esto puede ser un signo de un problema subyacente.
  • Aislamiento social: Retirarse de las actividades sociales y las relaciones personales puede ser un indicador de un problema de salud mental.
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Si te identificas con alguno de estos signos o pautas, podría ser una buena idea buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Pero, ¿cómo puede un psicólogo ayudarte a determinar si necesitas terapia? Aquí hay algunas funciones clave que un psicólogo podría desempeñar en el proceso:

Evaluación: Un psicólogo realiza evaluaciones clínicas utilizando entrevistas, cuestionarios y pruebas psicológicas para comprender los síntomas, comportamientos y pensamientos del individuo. Esta evaluación inicial puede ayudar a determinar si la persona necesita terapia y, de ser así, qué tipo de terapia sería más apropiada.

Diagnóstico: A partir de la información recopilada durante la evaluación, el psicólogo puede detectar trastornos de salud mental, si los hay. Identificar el diagnóstico adecuado es esencial para desarrollar un plan de tratamiento efectivo.

Orientación: Un psicólogo puede proporcionar información y orientación sobre cómo los problemas emocionales, cognitivos o conductuales pueden desarrollarse en la vida del individuo. Además, pueden educar a la persona sobre las opciones de tratamiento disponibles y cómo la terapia podría ser beneficiosa.

Planificación del tratamiento: Si se determina que la terapia es necesaria, el psicólogo trabajará con el individuo para desarrollar un plan de tratamiento personalizado, que puede incluir terapia individual, terapia grupal, terapia familiar, medicación u otros enfoques.

Terapia: ayudando a la persona a desarrollar habilidades para enfrentar y resolver problemas, cambiar patrones de pensamientos negativos y mejorar las relaciones interpersonales.

Monitoreo del progreso: A lo largo del proceso terapéutico, el psicólogo evaluará periódicamente el progreso del individuo, ajustará el plan de tratamiento según sea necesario y discutirá con la persona cuándo podrían estar listos para concluir la terapia.

 

Hay ciertos eventos o situaciones de la vida que podrían ser una señal de alerta para buscar terapia. Estas situaciones pueden generar estrés, ansiedad o tristeza y pueden afectar el bienestar emocional de una persona. Algunos ejemplos incluyen:

Pérdida o duelo: La muerte de un ser querido, una ruptura amorosa o la pérdida de un trabajo pueden ser momentos difíciles que podrían mejorar el apoyo terapéutico.

Cambios importantes en la vida: Casarse, tener un hijo, mudarse o cambiar de trabajo son ejemplos de cambios significativos que pueden generar estrés y emociones difíciles de manejar.

Traumas o eventos adversos: Vivir situaciones traumáticas como accidentes, desastres naturales, abuso o violencia puede tener efectos duraderos en la salud mental de una persona.

Problemas de relación: Conflictos frecuentes, problemas de comunicación o dificultades en las relaciones personales pueden ser señales de que podría ser útil buscar terapia.

Cambios en el estado emocional: Si experimentas cambios significativos en tu estado emocional, como sentirte deprimido, ansioso o enojado de manera constante, esto podría ser una señal de alerta para buscar terapia.

Problemas laborales o académicos: Si tiene dificultades en el trabajo o en la escuela debido a problemas emocionales o de comportamiento, la terapia puede ser útil para abordar estos problemas.

Pensamientos suicidas o autolesiones: Si experimentas pensamientos de autolesión, suicidio o comportamientos autodestructivos, es fundamental buscar apoyo terapéutico de inmediato.

Uso excesivo de sustancias: Si recurres al consumo de alcohol o drogas para enfrentar tus emociones o problemas, la terapia puede ser una herramienta útil para abordar las causas subyacentes y encontrar estrategias más saludables de afrontamiento.

Ahora, es más común de lo que crees que existan barreras que pueden impedir que las personas busquen ayuda terapéutica, algunas de las más comunes incluyen:

Estigma social: El estigma asociado a los problemas de salud mental y la terapia puede hacer que las personas se sientan avergonzadas, juzgadas o temerosas de hablar sobre sus dificultades emocionales.

Falta de conciencia: Muchas personas no pueden comprender la importancia de la salud mental ni reconocer cuándo podrían empeorar de la terapia. También puede haber falta de información sobre cómo encontrar y acceder a servicios de terapia.

Negación o minimización: Algunas personas pueden negar o minimizar sus problemas emocionales, creyendo que pueden manejarlos por sí mismos o que no son lo suficientemente graves como para buscar ayuda.

Preocupaciones financieras: El costo de la terapia puede ser una barrera significativa, especialmente para aquellos que no tienen seguro médico o cuyos seguros no cubren servicios de salud mental.

Acceso limitado a servicios de salud mental: La disponibilidad de profesionales de salud mental y servicios de terapia puede ser limitada en ciertas áreas geográficas, lo que dificulta el acceso a la atención.

Falta de tiempo: Encontrar tiempo para asistir a sesiones de terapia puede ser complicado, especialmente para aquellos con responsabilidades laborales, familiares o escolares.

Temor al cambio o al proceso terapéutico: Algunas personas pueden temer enfrentarse a sus emociones, abrirse a un terapeuta o preocuparse por la posibilidad de que la terapia pueda empeorar sus problemas en lugar de mejorarlos.

Dificultades culturales o idiomáticas: Las barreras culturales o del idioma pueden dificultar que las personas encuentren terapeutas que comprendan y se comuniquen eficazmente con ellos.

Para superar estas barreras, es fundamental aumentar la conciencia sobre la importancia de la salud mental, promover la educación sobre la terapia y sus beneficios, y abogar por un mayor acceso a servicios de salud mental asequibles y culturalmente apropiados. Superar la estigmatización y el estereotipo asociados con la búsqueda de terapia puede ser un desafío, pero es posible mediante la adopción de diversas estrategias y cambios de mentalidad. Aquí hay algunas sugerencias:

Educarse: Aprende sobre la salud mental, los trastornos y el proceso terapéutico. Cuanto más sepas, más fácil será entender que buscar terapia es una decisión responsable y saludable.

Cambiar la perspectiva: Considere la terapia como una forma de autocuidado y una inversión en su bienestar, en lugar de verla como un signo de debilidad o fracaso.

Hablar abiertamente: Comparte tus experiencias con amigos y familiares de confianza. Ser honesto acerca de tus desafíos de salud mental y la decisión de buscar terapia puede ayudar a normalizar la conversación y reducir el estigma.

Buscar apoyo: Únete a grupos de apoyo, comunidades en línea o conecta con personas que han buscado terapia y están dispuestos a compartir sus experiencias. Esto puede ayudarte a sentirte menos aislado ya darte cuenta de que no estás solo.

Desafiar estereotipos: Confronta y cuestiona los estereotipos negativos asociados con la terapia y la salud mental en conversaciones, redes sociales y otros entornos.

Ser selectivo con quién compartes: Si no te sientes cómodo compartiendo tu experiencia con terapia con todos, está bien ser selectivo y hablar solo con aquellos en quienes confías y te apoyan.

Ser un defensor: Usa tu experiencia personal para abogar por la importancia de la salud mental y la terapia. Ayudar a otros a comprender y buscar apoyo puede ser una forma poderosa de combatir el estigma.

 

Recuerda que buscar terapia es un acto de autoafirmación y valentía, y es un paso importante hacia la mejora del bienestar emocional y la calidad de vida. Además, la terapia puede ofrecer una amplia gama de beneficios para aquellos que buscan abordar problemas emocionales o psicológicos. Algunos de estos beneficios incluyen:

Apoyo emocional: La terapia proporciona un espacio seguro y no crítico para expresar y explorar tus emociones, lo que puede ayudarte a sentirte profundo y apoyado.

Autoconocimiento: La terapia puede ayudarte a aumentar la comprensión de ti mismo, tus emociones, tus patrones de pensamiento y tus comportamientos.

Desarrollo de habilidades de afrontamiento: La terapia te enseña estrategias y herramientas para manejar el estrés, la ansiedad y otras emociones difíciles de manera más efectiva.

Mejora de las relaciones interpersonales: La terapia puede ayudarte a mejorar la comunicación, la empatía y la comprensión en tus relaciones personales y profesionales.

Resolución de problemas: La terapia puede proporcionar orientación y apoyo para abordar problemas específicos, como conflictos laborales, dificultades académicas o problemas de relación.

Cambio de patrones de pensamientos negativos: La terapia puede ayudarte a identificar y cambiar pensamientos negativos o autodestructivos que pueden estar contribuyendo a tus dificultades emocionales.

Manejo de síntomas: La terapia puede ayudar a reducir los síntomas de trastornos de salud mental, como la ansiedad, la depresión o el trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Crecimiento y desarrollo personal: La terapia puede proporcionar oportunidades para el crecimiento personal y el desarrollo de habilidades de vida, como la resiliencia, la asertividad y la autorregulación emocional.

Prevención de recaídas: La terapia puede ayudar a reconocer y abordar los desencadenantes de sus problemas emocionales, lo que puede prevenir futuras recaídas o episodios de malestar emocional.

Mejora en la calidad de vida: En general, la terapia puede contribuir a una mayor satisfacción y bienestar en la vida, ayudándote a superar los desafíos emocionales y psicológicos ya disfrutar de una vida más plena y saludable.

Cabe destacar que los beneficios específicos de la terapia pueden variar según la persona y la naturaleza de sus problemas emocionales o psicológicos. Sin embargo, en general, buscar terapia puede ser una inversión valiosa en la salud mental y el bienestar emocional.
 

Acá te dejo algunas recomendaciones que podrían ayudar a una persona a tomar la decisión de ir a terapia y a abordar tus preocupaciones y avanzar hacia la búsqueda de apoyo:

Infórmate: Aprende sobre los diferentes tipos de terapia y cómo pueden ayudarte. Cuanto más sepas sobre el proceso terapéutico, menos temor e incertidumbre tendrás.

Habla con alguien de confianza: Comparte tus preocupaciones con un amigo cercano, un familiar o alguien en quien confíes. A menudo, hablar con alguien puede ayudar a superar el miedo y obtener apoyo y aliento.

Empieza con pequeños pasos: No tienes que comprometerte de inmediato con un proceso terapéutico completo. Puedes comenzar investigando terapeutas en tu área, leyendo reseñas o pidiendo recomendaciones a personas de confianza.

Haz una consulta inicial: lo que te permite hacer preguntas, discutir tus preocupaciones y tener una idea de cómo funciona la terapia antes de comprometerte por completo.

Recuerda que estás en control: La terapia es un proceso colaborativo, y tú tienes el control de cuánto compartes, el ritmo al que trabajas y cuándo decides terminar. Si no te sientes cómodo con un terapeuta en particular, siempre puedes buscar a otro profesional que se ajuste mejor a tus necesidades.

Enfócate en los beneficios: Piensa en cómo la terapia puede mejorar tu vida y ayudarte a superar tus desafíos emocionales. Mantén en mente estos beneficios para motivarte a dar el primer paso.

Considere terapias alternativas: Si te sientes abrumado por la idea de la terapia presencial, podrías explorar opciones alternativas, como la terapia en línea, la terapia telefónica o la terapia grupal, que pueden ser más accesibles o menos intimidantes.

Practica la autocompasión: Recuerda que buscar ayuda es un signo de fuerza y ​​autocuidado, no de debilidad. Permítete ser vulnerable y acepta que todos enfrentemos desafíos en la vida que pueden requerir apoyo adicional.

Hay varios indicadores que pueden sugerir que la terapia está siendo efectiva para una persona. Cabe destacar que estos indicadores pueden variar según el individuo y la naturaleza de sus problemas emocionales o psicológicos. Algunos signos comunes de progreso en terapia incluyen:

Disminución de síntomas: Una reducción en la intensidad o frecuencia de síntomas como ansiedad, tristeza, enojo o preocupación puede ser un signo de que la terapia está funcionando.

Mejora en el funcionamiento diario: Si experimenta una mejora en su capacidad para enfrentar situaciones estresantes, manejar responsabilidades laborales, académicas o familiares, y participar en actividades que disfruta, esto puede indicar que la terapia está siendo efectiva.

Cambios en los patrones de pensamiento: Un cambio en la forma en que piensas acerca de ti mismo, los demás y el mundo que te rodea, especialmente si esos pensamientos se vuelven más positivos, realistas o compasivos, puede ser un indicador de progreso terapéutico.

Desarrollo de habilidades de afrontamiento: Si sientes que estás desarrollando nuevas y habilidades para manejar situaciones difíciles o emociones desafiantes, esto puede ser un signo de que la terapia está funcionando.

Mejora en las relaciones interpersonales: Un aumento en la calidad de tus relaciones, la capacidad de comunicarte de manera efectiva y la habilidad para resolver conflictos pueden ser indicadores de que la terapia está siendo efectiva.

Aumento de la autoconciencia y la introspección: Si te encuentras reflexionando más sobre tus emociones, pensamientos y comportamientos y comprendiendo mejor tus patrones y motivaciones, esto puede ser un signo de progreso en terapia.

Mayor satisfacción y bienestar en la vida: Si sientes una mejora general en tu calidad de vida, con una mayor sensación de satisfacción, propósito y bienestar, esto puede indicar que la terapia está siendo efectiva.

¿Ya tomaste la decisión de ir a un psicólogo o psiquiatra?

Es importante tener en cuenta que el progreso en terapia puede ser no lineal y que podrá experimentar altibajos a lo largo del proceso. Si una persona siente que no está progresando como esperaba, es útil no dudar en discutir sus preocupaciones con su terapeuta. Juntos, pueden evaluar el enfoque terapéutico, ajustar objetivos o considerar nuevas estrategias para facilitar un mayor crecimiento y cambio. Si te quedo alguna duda o quisieras algún tipo de asesoría, me puedes encontrar en Instagram como @psic.eleinsanchez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Portada: Igor Rand

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