La maternidad es un viaje lleno de expectativas, desafíos y, a menudo, la realidad no se alinea exactamente con lo que se imaginaba. Para las mamás primerizas, equilibrar su vida personal y su relación de pareja con las demandas de la maternidad puede ser todo un desafío. ¿Cómo pueden enfrentar estas dificultades y mantener su bienestar emocional? Mi nombre es Deborah Bellota y soy psicóloga. Aquí exploraremos algunos de los desafíos más comunes y estrategias para abordarlos.
 

Antes de convertirse en madres, muchas mujeres se sumergen en una búsqueda de información a través de libros, internet y redes sociales. Sin embargo, la abrumadora cantidad de información, tanto científica como no científica, puede desconectarlas de sus propias percepciones y sensaciones corporales, fundamentales en la maternidad. 

El nacimiento de un hijo a menudo desencadena un proceso de duelo, ya que las madres deben confrontar la diferencia entre la fantasía y la realidad. La "sombra hablada", o las expectativas idealizadas, chocan con la verdad, generando desilusión, culpa y angustia.
 

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Las presiones de la sociedad, las redes sociales y las comparaciones con otras madres pueden aumentar el sentimiento de insatisfacción y frustración. Las imágenes perfectas en las redes sociales y las expectativas poco realistas de la perfección maternal pueden provocar un mayor malestar emocional.
 

El nacimiento de un hijo también puede impactar la relación de pareja. El descenso del deseo sexual, la redistribución de responsabilidades y las discrepancias en las expectativas pueden generar tensiones y conflictos en la pareja.

Para mantener un equilibrio saludable entre la maternidad y la vida personal, es fundamental priorizar el bienestar emocional. Esto incluye buscar apoyo en una "tribu" de mujeres que compartan experiencias similares, así como en profesionales de la salud mental. Establecer límites claros y practicar el autocuidado son clave para mantener la salud mental y emocional.
 

La organización y la flexibilidad son fundamentales para gestionar el tiempo y la energía de manera efectiva. Esto puede implicar la delegación de tareas, la planificación de rutinas de sueño y la búsqueda de momentos para el autocuidado y la conexión con la pareja.
 

Es importante estar atentas a las señales de alerta que indiquen un desequilibrio emocional o un descuido en la vida personal o la relación de pareja. La tristeza persistente, la falta de control de los impulsos y la pérdida de interés en el autocuidado pueden ser signos de que se necesita ayuda profesional.
 

Para mantener un equilibrio saludable, es importante establecer límites claros entre las responsabilidades como madre y la necesidad de tiempo y espacio para uno mismo y para la pareja. Esto puede implicar la búsqueda de actividades individuales y compartidas que promuevan la autonomía y el bienestar emocional de todos los miembros de la familia.
 

La maternidad real puede ser un desafío, pero con el apoyo adecuado y estrategias efectivas, las mamás primerizas pueden encontrar un equilibrio saludable entre sus responsabilidades como madres, su vida personal y su relación de pareja. Lo más importante es recordar que no están solas y que buscar ayuda cuando sea necesario es un signo de fortaleza y cuidado propio. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @maternidad_crianza_familia.

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