Cuando pienso en conversaciones difíciles lo primero que se me viene a la cabeza es la comunicación humana, un intercambio entre dos o más personas; donde está en juego tanto lo verbal, como lo no verbal. Siempre comparto con mis pacientes cuánto “lo que no se dice” también se comunica. Mi nombre es Dana Petit,  creo en lo lindo de mostrar la parte humana del terapeuta, y desde este lugar voy a contarles un poco de mí: soy Psicóloga Clínica, trabajo desde un abordaje integrativo haciendo terapia online. También soy mamá, esposa, amiga, hija, entre otras cosas. El compromiso y la pasión que siento por esta profesión me hacen estar hoy acá, escribiéndoles, y anhelando poder responder a algunas preguntas que me han hecho. Hoy vengo a contarles cómo es posible iniciar conversaciones incómodas pero necesarias. 

La comunicación es fundamental para mantener las relaciones humanas. Incluso también, la meta comunicación, es decir, hablar de cómo nos estamos comunicando es una pieza fundamental en la pareja. Muchas veces la comunicación se ve afectada por la cotidianidad, pero ¿En qué sentido? Vivimos mareados por la vorágine del el día a día, automatizados en rutinas, donde no nos tomamos tiempo para comunicarnos de forma asertiva. 

Se entiende asertividad como una habilidad que se puede entrenar, y consiste en  mantenernos en el punto medio entre no decir (forma pasiva de la comunicación),  o decir de forma agresiva cuando ya no se aguanto más. Pensemos esto, si aguantamos y aguantamos, es entendible que terminemos explotando. 

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Cuando hablamos de tener una conversación difícil, hablamos de algo que a la persona le cuesta abordar y que no es fácil. Entonces, es esperable y entendible que en esta conversación estén presentes emociones como el miedo y la ansiedad. Las mismas son respuestas de nuestro cerebro ante diferentes estímulos de la vida, en este caso, la conversación que estamos por tener.   Aunque estas emociones sean displacenteras, no son negativas, su función es acompañarnos y asegurar nuestra supervivencia, ¿Qué quiero decir con esto? están presentes también para que podamos llevar a cabo esta conversación. Mi primer consejo es, no dejen de tener estas conversaciones por ansiedad, o por miedo porque son estas emociones las que van a acercarlos a los recursos necesarios para afrontar las situaciones qué, como estas, se presenten.  Quedan exentas las relaciones abusivas ya qué por las características de ese tipo de relación peligra la integridad de la persona. 

Un segundo aspecto a tener en cuenta es: No esperes a que llegue el momento adecuado porque no va a llegar, por la misma incomodidad que te genera. Es posible que lo postergues o evites como una manera de huir,  en vez de enfrentarnos a esto que tenemos que enfrentar. Creen el momento adecuado para ustedes, hagan el tiempo y busquen el lugar para tener esa conversación. Eviten la conversación de pasillo, siéntense con la persona que quieren hablar y  dispónganse a ello. 

En tercer lugar, ten en claro lo que quieres decirle a esa persona y sobre todo, no señales con el dedo acusatorio. Es decir, si voy a hablar y le quiero decir algo difícil, decirlo desde lo que yo siento. Por ejemplo, siento que últimamente siento que no nos estamos llevando bien, es distinto a “Vos me hiciste algo por eso no nos estamos llevando bien”.  

Como dije anteriormente, en la conversación juega lo verbal, pero también lo no verbal. Entonces, cuando tenga esta conversación es importante mantener el contacto visual, hablar con palabras respetuosas, y con un tono de voz cálido o tenue. Todo esto es parte de lo que no se dice y es muy importante a la hora de comunicar. Si elevamos la voz, gritamos, entre otros, es mucho más probable que la otra persona se sienta amenazada o se ponga a la defensiva. 

Por otro lado, y en cuarto lugar, se debe transmitir lo que se espera, porque la otra persona puede no saber lo que nosotros queremos con esta conversación y es importante decirlo. Muchas veces un error en la comunicación humana es caer en la suposición, “Porque me conoces supones que lo tiene que saber” y no es así; te puede conocer mucho pero no puede suponer lo que estás necesitando. Para una conversación en cualquier tipo de relación es importante transmitir cuáles son nuestras necesidades para no caer en esto. 

Por último, es fundamental dar espacio a la otra persona a que dé una respuesta a lo que estás diciendo, es decir, disponerte a escuchar activamente lo que tiene para decir. En cualquier conversación, no tiene sentido pelear por la razón, si vas a comenzar a tener cualquier conversación con la idea de que la otra persona te “dé la razón”, es tiempo perdido. En cambio si te vas a disponer a conversar, tiene que ser con la idea de poder negociar algo, desde una postura abierta y flexible. 

Probablemente luego de tener una conversación con estas características va a aparecer el alivio, esto refleja cuánto has aguantando. Espero, con estos nuevos recursos, animarlos y acompañarlos a tener estas conversaciones, a poner en práctica la asertividad porque como dije, es una habilidad y depende de ustedes entrenarla 

Recuerden que es imposible no comunicar y la conducta es comunicación de por sí. A veces con nuestras acciones comunicamos pero no de una forma asertiva. Para que las relaciones duren, perduren y se mantengan es importante aprender a decir y a pedir. Si te quedo alguna duda o quisieras una consulta, me puedes encontrar en Instagram como @psicologadanapetit  

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