¿Alguna vez te has preguntado por qué te sientes perdido o confundido en algún momento de tu vida? Muchas personas creen que viene de la adolescencia, cuando están tratando de encontrarse a sí mismos y descubrir lo que quieren hacer en la vida. Sin embargo, hay personas que continúan luchando con esta sensación de incertidumbre a lo largo de su vida, incluso cuando son adultos. Mi nombre es Mariana más conocida como Chipi, desprogramadora de creencias limitantes, mentora en manifestación consciente y Life Coach, creadora de @expandetupodercuantico. Hoy vengo a contestar esas dudas y hacerte entender diferentes puntos sobre nuestra “misión de vida”.

La confusión aumenta a medida que envejecemos, ya que escuchamos hablar de "misión de vida" y empezamos a cuestionarnos sobre nuestro propósito en el mundo. Muchos la confunden con su profesión, pero en realidad, la misión de vida es algo completamente diferente. La misión de vida es vivir, no es un trabajo ni una ayuda a los demás, sino encontrar la paz, la felicidad, el equilibrio y evolucionar como ser humano.

La única cosa constante en nuestras vidas somos nosotros mismos, y debemos concentrarnos en descubrirnos y encontrar la paz interior. Al final de nuestros días, eso es lo que verdaderamente importa, sentir orgullo de nosotros y decir que logramos lo que queríamos; no es un trabajo, no es siquiera una ayuda al prójimo, no es salvar ninguna vida, etc. Mi misión de vida es descubrirme y ¿Por qué es importante entender esto? Porque somos lo único que tenemos desde el día cero hasta el último de nuestros días.  En lugar de buscar una misión de vida externa, debemos concentrarnos en evolucionar como personas y encontrar la paz interior. Eso es lo que verdaderamente nos dará la satisfacción y el propósito que buscamos.

A menudo vivimos en una rutina y pensamos que eso es lo correcto, pero ¿Realmente nos detenemos un momento para reflexionar sobre lo que queremos en la vida y cómo podemos mejorar y evolucionar? La sociedad nos enseña un "deber ser" pero, ¿Qué pasa con lo que realmente nos hace felices a nosotros? Es aquí donde surgen las creencias limitantes que el sistema nos "inyecta" desde que nacemos, diciéndonos cómo tenemos que ser y qué tenemos que hacer.

Pero, ¿Cómo podemos romper estas creencias y encontrarnos a nosotros mismos? La clave está en entrar en nuestra "zona de confort" y cuestionar nuestras creencias y patrones. Si alguien te dice que eres un desastre, detente, respira y pregúntate: "¿Es esto verdaderamente mío? ¿Lo inventé yo?" Al limpiar esos discursos, te encontrarás a ti mismo y te darás cuenta de que no eres lo que te han dicho los demás. Eres quien quieres ser. Sí, puede ser difícil salir de tu zona de confort, pero al final, tienes infinitas posibilidades para elegir quién quieres ser.

Ahora, ¿Vinimos aquí a ser felices? Vinimos aquí a ser humanos y experimentar todas las experiencias y aprendizajes que la vida nos ofrece. La felicidad es una elección en el camino, pero también es posible ser humano y estar triste, sentir estrés o enojo. El tema está en ¿Qué hago con esa emoción? La observo, la trasciendo y ahí elijo qué hago con esto que aprendí, quién quiero ser ahora y  cómo quiero vivir. Todas estas opciones son parte de nuestra misión de vida. Pero ¿Qué podemos hacer si no se nos ha podido dar lo que queremos? La clave para encontrar la felicidad es entender que la misión de la vida es uno mismo, y no el trabajo o la profesión que tenemos. Si proyectamos nuestra felicidad en el trabajo, en la pareja o en la situación económica, siempre viviremos en una sensación de carencia. 

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Además, el corazón también tiene neuronas, lo que significa que lo primero que sentimos es a través del corazón. Sin embargo, a menudo nos dejamos influenciar por los pensamientos limitantes de la mente y los discursos de los demás, en lugar de escuchar nuestro corazón y seguir nuestra esencia. Es importante aprender a acallar esas voces y escuchar lo que verdaderamente nos hace felices. Por eso, debemos ser honestos con nosotros mismos, identificar qué es lo que nos hace infelices y trabajar en ello, mientras escuchamos nuestro corazón y seguimos nuestra esencia. Encontrar la verdadera misión en la vida y la felicidad requiere un esfuerzo consciente por nuestra parte. Al hacerlo, estaremos en el camino hacia una vida plena y satisfactoria. Pero, hay señales, si algo te da muchos nervios, si te duele la panza, si cada vez que vas a hacer algo te agarra mucho sueño, ahí también estamos hablándonos pero no nos estamos escuchando. Si no me conozco, cómo voy a saber qué me hace feliz, cómo voy a poder elegir, voy a estar eligiendo lo que hace feliz a mi mamá o a mi papá o a mi abuela. 

Si alguien quiere cambiar su vida y no sabe por dónde empezar, hay algunos consejos que se pueden seguir para lograrlo. Lo más importante es escucharse y preguntarse qué es lo que realmente se quiere cambiar. A menudo, la vida que vemos como insatisfactoria es solo un reflejo de nosotros mismos y de cómo nos vemos. Para cambiar, es necesario ser conscientes de qué es lo que no nos gusta y quiénes queremos ser. Al hacernos estas preguntas, podemos empezar a tomar acción para lograr nuestros objetivos. 

Otro aspecto importante a la hora de cambiar nuestra vida es tener amor propio y establecer límites. Muchas veces, no establecemos límites por miedo a perder a alguien, pero en realidad, establecer límites es un paso hacia el amor propio y hacia la comprensión de nosotros mismos. Hay personas que pueden confrontarnos cuando decidimos cambiar, pero en realidad, estamos confrontándonos a nosotros mismos y proyectando nuestras creencias en ellos. Cuando hacemos una transmutación, es común sentir conflictos, pero con el tiempo, si nos mantenemos seguros de quiénes somos y de lo que podemos dar, los conflictos externos desaparecerán.

Hay dos formas en las que podemos vivir nuestra vida, no se trata de la felicidad y la tristeza, ni de la luz y la oscuridad. Son dos estados: la abundancia y la escasez. Hay muchas personas que tienen todo en el sentido de que como seres humanos, tienen una casa, una familia, un perro, su dinero, pero siempre están viendo lo que les falta. "Bueno, logré todo esto, pero todavía no tengo una mansión, todavía no he viajado a Dubai, todavía no he conocido Grecia, pero todavía, etc” Siempre estoy viendo lo que me falta, pensando que cuando lo tenga por fin seré feliz. Esa persona está viviendo en un estado de escasez absoluto, siempre viendo lo que le falta, por lo que nunca se siente satisfecha.

Por otro lado, está el estado de la abundancia, es decir, "Bueno, sí, no he viajado a Grecia, no tengo mi mansión con columnas blancas, ni un condominio en Dubai, pero mira todo lo que he logrado, mire todo lo que he aprendido. Y está bien que no haya ido a Dubai, pero fui a Cartagena. No tendré mi mansión blanca, pero tengo mi casa en la playa y allí estoy todo el tiempo viviendo en la rueda del éxito, viendo la rueda de la abundancia, viendo todo lo que tengo y lo que viene es solo una suma de todo lo que soy y todo lo que he logrado". Vivir en la abundancia es lo más parecido a ser feliz, porque ser feliz es malinterpretado como un picoteo de alegría, como cuando se gana la lotería y diez días después ya se perdió. Pero la verdadera felicidad no es ese pico de alegría, es la que se sostiene estando arriba y abajo.

Incluso cuando algo malo sucede, como recibir una mala noticia, uno puede llorar, enojarse, pero sabiendo que en realidad su vida es maravillosa y que va por más, debido a la ambición. Sin embargo, en lugar de ver la carencia, uno ve la abundancia, y la verdadera felicidad no es ese pico de alegría, sino eso que se sostiene. Las invito a mirar hacia atrás y a ver todo lo que han logrado, no lo que han perdido, no lo que les falta, sino todo lo que son, todo lo que han logrado. Si necesitas algún tipo de asesoría, o te quedo alguna duda, me puedes encontrar en Instagram como @expandetupodercuantico

Portada: Taylor Hernandez