La sexualidad humana es un tema fascinante y complejo que ha sido objeto de numerosos estudios, debates y, lamentablemente, también de desinformación. Uno de los aspectos más discutidos y a menudo malinterpretados es el orgasmo. Mi nombre es Geraldine Estrada, soy psicóloga con máster en sexología; hoy exploraremos algunas creencias comunes sobre los orgasmos, abordaremos la realidad científica detrás de ellos y ofreceremos consejos prácticos para mejorar la salud sexual en general.

Una de las creencias más extendidas es que existen varios tipos de orgasmos, como el vaginal, el clitoriano, el anal, etc. Sin embargo, la realidad científica es diferente. Según los expertos, solo existe un tipo de orgasmo. Lo que varía son las formas de llegar a él.

El orgasmo es una respuesta del cerebro, no de los genitales. Se define como una liberación repentina e involuntaria de tensión que se produce como respuesta a estímulos sexuales. Aunque estos estímulos pueden provenir de diferentes partes del cuerpo o zonas erógenas, el resultado final en el cerebro es el mismo.

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La creencia en diferentes tipos de orgasmos puede atribuirse a varios factores:

1. Falta de educación sexual adecuada: Históricamente, la educación sexual ha sido limitada o inexistente en muchos contextos.
2. Exceso de información no verificada: Con el auge de internet y las redes sociales, existe una sobrecarga de información sobre sexualidad, gran parte de la cual carece de base científica.
3. Comercialización de la sexualidad: Muchos productos y servicios se promocionan prometiendo diferentes tipos de orgasmos, lo que contribuye a perpetuar este mito.
4. Autoproclamados expertos: Algunas personas se presentan como profesionales en sexualidad sin tener la formación adecuada, difundiendo información errónea.

La creencia en diferentes tipos de orgasmos puede tener un impacto negativo significativo en la autoestima y la satisfacción sexual de las personas. Algunas consecuencias pueden ser:

1. Presión por experimentar ciertos tipos de orgasmos: Esto puede llevar a la frustración y la ansiedad si no se logran.
2. Sensación de inadecuación: Las personas pueden sentir que algo está mal con ellas si no experimentan todos los supuestos tipos de orgasmos.
3. Focalización excesiva en el orgasmo: Esto puede llevar a perder de vista otros aspectos importantes de la experiencia sexual.
4. Fingir orgasmos: Para evitar decepcionar a la pareja o por presión social, algunas personas pueden llegar a fingir orgasmos.
5. Dependencia de estímulos externos: El uso excesivo de juguetes sexuales o técnicas específicas puede crear una dependencia que dificulte disfrutar de la intimidad de forma natural.

Recomendaciones para mejorar la sexualidad sin obsesionarse

1. Practicar mindfulness: La atención plena puede ayudar a estar más presente durante la intimidad, reduciendo la ansiedad y mejorando la experiencia general.
2. Explorar el propio cuerpo: Conocer y aceptar el propio cuerpo es fundamental para una sexualidad saludable. Técnicas como el "ejercicio del espejo" pueden ser útiles para familiarizarse con la anatomía propia.
3. Fortalecer el suelo pélvico: Los ejercicios de Kegel y otras técnicas para fortalecer el suelo pélvico pueden mejorar la sensibilidad y la intensidad de las sensaciones sexuales.
4. Comunicación abierta: Hablar honestamente con la pareja sobre deseos, necesidades y preocupaciones es esencial para una vida sexual satisfactoria.
5. Enfocarse en el placer, no en el orgasmo: Disfrutar de todo el proceso sexual, sin obsesionarse con alcanzar el orgasmo, puede llevar a experiencias más gratificantes.
6. Educarse con fuentes confiables: Buscar información sobre sexualidad en fuentes científicas y verificadas puede ayudar a desmitificar creencias erróneas.

Desafíos en la desmitificación de los orgasmos

Los profesionales de la salud sexual enfrentan varios desafíos al intentar desmitificar las creencias sobre los diferentes tipos de orgasmos:

1. Proliferación de información errónea: La gran cantidad de información no verificada disponible en internet y redes sociales dificulta la difusión de información precisa.
2. Resistencia al cambio: Algunas personas pueden resistirse a abandonar creencias arraigadas sobre la sexualidad.
3. Intereses comerciales: La industria del sexo a menudo se beneficia de perpetuar ciertos mitos sobre los orgasmos.
4. Tabúes culturales: En algunas sociedades, hablar abiertamente sobre sexualidad sigue siendo un tabú, lo que dificulta la educación sexual.
5. Falta de educación sexual integral: Muchos sistemas educativos carecen de programas de educación sexual completos y basados en evidencia científica.

Entender que solo existe un tipo de orgasmo, pero múltiples formas de llegar a él, puede liberar a las personas de expectativas irreales y presiones innecesarias. Lo importante es disfrutar del proceso, conectar con el propio cuerpo y, si se tiene pareja, con la otra persona.

La clave para una sexualidad saludable no está en perseguir un tipo específico de orgasmo, sino en cultivar una relación positiva con el propio cuerpo, comunicarse abiertamente y enfocarse en el placer y la conexión en lugar de en metas predeterminadas.

Es fundamental buscar información de fuentes confiables y, si es necesario, consultar con profesionales de la salud sexual para abordar preocupaciones específicas. Recordemos que cada persona es única y que no hay una forma "correcta" o "incorrecta" de experimentar el placer sexual, siempre que sea consensuado y saludable.

Al desmitificar las creencias sobre los orgasmos y promover una comprensión más precisa de la sexualidad humana, podemos contribuir a experiencias más satisfactorias y una mejor salud sexual en general. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @zonag__ 

Portada: Pressfoto