Pasa mucho que después de una ruptura no sabemos cómo enfrentar la situación y algunas terminamos volviendo con nuestro ex. Muchas mujeres me preguntan, ¿Es cierto que dicen que uno vuelve a donde fue feliz? ¿Por eso vuelvo con mi ex? Mi nombre es Noemí Seva, me dedico a acompañar a otras mujeres a que sean su versión más auténtica, a que se den el permiso de desprenderse de sus miedos y corazas para que conecten con su parte más intuitiva y se coloquen en el lugar que merecen. Hoy vengo a contarte por qué nos encontramos en esta situación y lo que deberíamos tener en cuenta para evitarlo. 

Es cierto que todas en algún momento hemos podido conectar con esa sensación de que han pasado unos meses, quizá incluso años, y hay una ex pareja que de repente vuelve a aparecer. No siempre ocurre, pero sí es cierto que cuando las personas pasamos por un periodo de soltería, incluso de poder conectar con la soledad, con esa sensación de tengo ganas de sentirme querida, cuidada, de sentirme conectada a otra persona; creo que es fácil poder de nuevo idealizar aquellas relaciones que tuvimos en el pasado.  Digo idealizar porque no quiere decir que no fueron relaciones donde seguramente compartimos momentos súper bonitos, donde nos quisimos y todo lo demás. Pero, es cierto que si no estamos juntos hay motivos suficientes para que se diera esa ruptura y hay motivos suficientes para que cada uno al final tomará un camino distinto. 

Entonces, la distancia puede ser uno de los motivos por los que volvemos a picar la puerta de una ex pareja porque recordamos la relación de una manera sesgada. Es como cuando ya ha pasado el duelo, esa tristeza, ese sufrimiento, como que tenemos esa capacidad de recordar la parte que sí nos gustó, que sí funcionó, que sí nos unía y es como que de alguna manera no estamos tanto conectados con la parte que nos dolió, con la parte que nos generaba males a la relación. Al final, cuando volvemos con una ex pareja es porque no estamos conectando con todo. Esto ocurre muchas veces cuando estamos en relaciones donde hace meses o quizá años que ya no están bien, no se sienten cuidados o no se sienten queridos en esa relación y siguen muy enganchados a la idea de que la relación vuelva a ser lo que fue en el principio. 

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Es bastante complicado, porque al final yo siempre digo que en los inicios se da mucha intensidad, se da esa fase de enamoramiento, esas ganas de estar con el otro y eso realmente genera mucha adicción. Es como una sensación que nos envuelve a nivel químico de querer mucho contacto y mucha piel con esa persona. Pero, eso al final de alguna manera se va diluyendo y da paso a otro tipo de relación. Hay momentos donde estamos en relaciones donde no estamos bien y seguimos muy enganchadas a este volver a los inicios, a volver a cómo éramos el uno con el otro, cómo nos mirábamos y yo creo que cuando es una ex pareja podemos de nuevo conectar con esa sensación de recuperar aquello que sí tuvimos. Realmente creo que es poco realista, habría que hacer una revisión, y lo comentaré un poco más adelante.

Todos tenemos necesidades emocionales y necesitamos sentirnos cuidados, queridos, amados, importantes, vistos, tenidos en cuenta, entre otros. Entonces, si a lo mejor conecto con un momento de mi vida donde he tenido otras relaciones o quizás he intentado avanzar con otra persona pero no ha salido, es natural. Necesitamos poner de nuevo la mirada en momentos donde quizás si estuve bien sin dejar a un lado la realidad de la relación o cómo nos sentíamos la mayoría del tiempo o qué es lo que ocurrió o cómo funcionábamos, cómo me sentí la mayoría del tiempo, qué discusiones teníamos, cómo resolvíamos conflictos. O sea si nos vamos de verdad a revisar cómo eran nuestras dinámicas a lo mejor no todo es tan idílico como solemos recordar. 
 

Tendemos a poner mucho el foco en entender al otro, en comprender por qué vuelve ahora, quizá es que le importo, quizá es que me sigue queriendo, quizá se ha dado cuenta que me echa de menos, quizá se ha dado cuenta que he sido la persona más importante de su vida. A la final lo importante es que yo pueda poner el foco en mí y preguntarme qué quiero en este momento, cómo estoy en este momento de mi vida, cómo está mi mundo desde que no está esta persona en mi vida, cómo me he sentido desde que se dejó la relación, cómo he cambiado, cómo ha cambiado la otra persona.  

Para poder enfrentar esta situación lo importante es que uno esté claro consigo mismo de qué es lo que yo quiero en este momento. Sobretodo, es muy importante también entender que todo esos sentimientos hacen parte del duelo y poco a poco nos vamos reconstruyendo, sintiéndonos mejor con nosotras mismas, más seguras y nos deja un aprendizaje. El hacer un análisis de que me ha mostrado de mi esa relación, qué he aprendido de mi; por ejemplo, de repente esa relación me muestra que no puse límites, que yo me desdibujé mucho la relación, que prioricé mucho las necesidades del otro, que de repente yo no tenía mi espacio individual y es algo que tengo que cultivar, vi que dependía mucho de la otra persona porque no tengo ese círculo social o esas amigas, entonces todo giraba en torno a esa persona. 
 

Es muy importante que yo tenga claro qué he aprendido de esa relación y también sea capaz de definir qué quiero, qué no quiero para mi, y cómo me quiero sentir en una relación; ser conscientes pero sobretodo ser muy honestas, para mi, esa es una palabra que utilizo mucho cuando acompañó mujeres, es una gestión de honestidad con una misma de qué quiero realmente. Y si cuando aparece esa ex pareja se mueve algo en mi que me hace dudar, es importante conectar con esa parte de revisar cómo estuve en esa relación, cómo terminamos, qué ocurrió, qué me faltó en esa relación, qué necesité, cuánto podía hacer yo, cuánto podía mostrar lo que para mi era importante, cuánto se tenían en cuenta los necesidades, cuánto sensible era mi pareja a las cosas que para mí eran importantes, etc. 

Inevitablemente una persona que ha formado parte de nuestra vida, siempre hay algo que nos va a mover. Pero, a veces hay mujeres que dicen “esto no debería afectarme” y sí nos va afectar, porque es una persona que ha sido importante, donde ha habido mucha implicación. La idea es que incluso teniendo a esa persona adelante y yo sienta el “oye te echo de menos y echo de menos nuestras conversaciones, echo de menos nuestros planes” no sea motivo suficiente para volver. Debemos recordarnos que el amor en sí es necesario pero no es suficiente para retomar una relación, enraizarnos con lo que para mi es importante dentro de una relación y sea muy honesta preguntándome si esa persona puede dármelo o no.

Si eres esa mujer que siempre vuelve con su ex pareja, que cae y que no logra alejarse del todo, aparte de esas preguntas de reflexión sobre qué has hecho antes, date cuenta qué te mueve a tomar esa decisión. Es fundamental conocernos para poder entender la respuesta a esta pregunta. Identifica cuales son esas creencias que te limitan, ese diálogo interno que suele ser muy crítico con uno mismo que de repente nos dice cosas tipo “nadie más te va a querer, te vas a quedar sola, estás siendo demasiado exigente, con ese carácter que tienes nadie te aguanta, cuidado no? Porque al final todos están haciendo su vida menos tú”. 

Muchas veces tomamos decisiones por miedo, y es importante esa palabra, para poder llegar a una conclusión y respuesta real de para qué quiero de verdad volver con mi ex pareja, elijo a esta persona, o necesito estar al lado de esa persona para no conectar con otros miedos que se activan de mi, como este miedo a la soledad, este miedo a que nadie me quiera, a no volver a enamorarme, a no volver a sentir lo mismo. Date cuenta desde donde eliges volver con esa persona. Si es un tema de “oye, mira creo que lo que ocurrió lo podemos reparar, que en este tiempo que hemos estado separados los dos hemos hecho un trabajo personal y los dos estamos en un punto muy distinto y de verdad siento, y puedo ver que hemos hecho cosas distintas como par que la relación funcione” o de repente no ha ocurrido nada en ese tiempo, no nos hemos trabajado personalmente y pretendemos que las cosas sean diferentes, porque si no se ha trabajado vamos a repetir patrones los dos. 

Es clave, para no caer en ese ir y volver, revisarnos todas las creencias que tenemos en relación al amor; nos tenemos que querer, pero tiene que haber valores en común, tiene que haber un proyecto de vida en común, tiene que haber esa reciprocidad, esa correspondencia, ese interés mutuo, compromiso, y eso tiene que quedarse en la relación. Porque si solo se da el “es que nos queremos”, no va a ser suficiente y será fácil que al poco tiempo vuelvan a darse todas esas dinámicas que nos resultan dolorosas. Tenemos que aprender a  trabajar esa soledad, a sentirnos a gusto con nosotras mismas. Y esto no quiere decir que no sea bonito y que no sea válido decir “vale, es que a mi me encantaría vivir mi vida en pareja”, y eso es precioso, pero que elijamos bien. 

Pregúntate también, ¿Desde dónde queremos tener pareja? Que sea una pareja que nos suma, que sea una pareja que nos hace ser mejores y no que sea una pareja que simplemente no me da lo que necesito, pero no siento que merezca más y prefiero esto antes que nada. Así que, básicamente lo más importante también es este trabajado de aprender a sentirse bien con uno mismo, estando soltera o estando en pareja y sobretodo ser muy claras respecto a qué motivo nos llevó a acabar con esta relación y de qué manera puedo ahora sentir que esto se ha reparado o no, cuánto hay de idealización y cuánto hay de realidad. 

Revisa si es una dinámica que se repite en la pareja. Ten en cuenta que también aquí se genera esa dinámica de la dependencia, y también esto hay que revisarlo porque este genera mucho enganche cuando yo sé que al final acabamos siempre volviendo de alguna manera a la ruptura. Los procesos del duelo en la separación son necesarios, todas en algún momento de nuestras vidas hemos pasado por esa situación y son de mucho aprendizaje. 

Si necesitas algún tipo de asesoría, me puedes encontrar en Instagram como @noemi_seva_coach

Portada: Rodnae Productions