El karma sexual es un concepto que se refiere a las energías, tanto conscientes como inconscientes, que se generan y se vinculan con la energía sexual. Esta energía creadora, que es la base de la vida misma, puede verse bloqueada o mal dirigida debido a creencias, traumas o experiencias pasadas. La forma en que manejamos nuestra sexualidad, las emociones que la acompañan y cómo nos relacionamos con los demás, influye profundamente en la calidad de nuestra energía sexual y, por ende, en el karma sexual que generamos. Mi nombre es Mayeli Madrid, soy Consultora en Desarrollo Humano Experta en Manejo y Transformación de Energía a través del Desarrollo de Conciencia y hoy vengo a hablarte sobre todo lo que necesitas saber si esta energía sexual está bloqueada.
El karma sexual puede ser generado de diversas formas. Existen varios factores que afectan nuestra energía sexual, algunos de los cuales pueden venir de vidas pasadas, pero también pueden formarse en la vida actual debido a experiencias, creencias y comportamientos.
Traumas y Creencias Heredadas: Uno de los principales bloqueos en la energía sexual está relacionado con creencias limitantes heredadas de nuestras familias, culturas y, en algunos casos, de vidas pasadas. Por ejemplo, las ideas impuestas por la religión, como la noción de pecado en relación con el sexo, pueden vincular la energía sexual con emociones de culpa, vergüenza y miedo. Estas son algunas de las vibraciones más bajas en el espectro emocional y, científicamente, se ha demostrado que las emociones tienen frecuencias que afectan nuestro bienestar. Cuando nuestra sexualidad está ligada a estas emociones, nuestra energía se bloquea, generando karma sexual.
Falta de Conciencia y Autoestima: Muchos de nosotros crecemos sin una educación sexual adecuada o sin una comprensión profunda de nuestra energía sexual. Esto, combinado con una baja autoestima, puede llevarnos a tomar decisiones que refuercen bloqueos energéticos. A menudo, las personas se entregan sexualmente buscando amor, aprobación o validación, lo que puede llevar a relaciones desequilibradas, como las que implican manipulación o narcisismo. En estos casos, la energía sexual no se comparte desde el amor genuino, sino desde la carencia o el ego, lo que contribuye a la creación de karma sexual negativo.
Intercambio de Energía: El acto sexual no solo implica el intercambio físico de fluidos, sino también un intercambio profundo de energía entre las personas involucradas. Cuando este intercambio ocurre desde una frecuencia baja, como la necesidad, el miedo o el deseo vacío, se activa una vibración negativa que perpetúa el karma sexual. En cambio, cuando la relación sexual se lleva a cabo con amor verdadero, respeto y conciencia, la energía compartida es elevada, lo que puede generar una conexión espiritual y transformadora.
El karma sexual no solo se forma en esta vida, sino que también puede ser heredado de generaciones pasadas o vidas anteriores. Muchas veces, las mujeres de nuestra línea ancestral han experimentado traumas relacionados con el abuso, la opresión o el maltrato, y estas memorias están presentes en nuestro subconsciente, transmitidas a través del código genético. Los efectos de estos traumas pueden manifestarse como bloqueos en nuestra energía sexual o como patrones de comportamiento repetitivos en las relaciones.
Por ejemplo, las mujeres que vivieron la conquista de América, donde el abuso sexual y la violencia fueron comunes, pueden haber transmitido esas experiencias traumáticas a sus descendientes, quienes, inconscientemente, pueden reproducir patrones de sumisión, vergüenza o miedo en sus propias vidas sexuales. Este tipo de karma sexual ancestral puede permanecer latente, pero si se aborda con conciencia, es posible romper con esos ciclos.
El karma sexual puede manifestarse de diversas maneras en nuestras relaciones románticas y sexuales. Algunos de los signos más comunes incluyen:
Sentimiento de Culpa o Vergüenza: Puede que una persona sienta una culpa inexplicable sobre su sexualidad, incluso si nunca ha experimentado abuso o violación. Este sentimiento puede provenir de creencias limitantes o de un karma sexual heredado. La culpa y la vergüenza son emociones que bloquean nuestra energía creativa, impidiendo una relación sexual plena y saludable.
Baja Autoestima: Una persona con karma sexual negativo puede tener dificultades para amarse a sí misma y sentirse insegura o indigna de recibir amor genuino. Esto puede llevar a la persona a buscar validación a través de relaciones tóxicas o manipuladoras, lo que refuerza aún más el karma sexual negativo.
Relaciones Dependientes o Desiguales: El karma sexual también puede manifestarse en relaciones donde existe una dependencia emocional o un patrón repetitivo de relacionarse con personas que no están en una misma frecuencia emocional o energética. Esto puede ser un indicativo de que estás atrapado en un ciclo de karma sexual que necesita ser sanado.
Sanar el karma sexual es un proceso que requiere conciencia, autoaceptación y voluntad de cambiar. Considero que sería irresponsable de mi parte ofrecer soluciones sin un conocimiento profundo. El primer paso, y el más importante, es estudiar. No puedes tomar herramientas si no estás realmente preparada para utilizarlas. Lo que más requiere una herramienta para ser efectiva es la conciencia. Cuando te adentras en esta información, es crucial hacerlo con responsabilidad, ya que no es un juego. La humanidad ha mantenido muchos conocimientos ocultos durante siglos, pero hoy, en la era de Acuario, esa información ha empezado a salir a la luz. Por ejemplo, llevo más de 10 años estudiando Kabbalah, una sabiduría antigua y profunda que estuvo restringida solo a ciertas élites durante miles de años, y que hace aproximadamente 40 años empezó a abrirse para el público en general. Este proceso me permitió descubrir la importancia de la energía sexual, cómo cuidarla, protegerla y sanarla.
Sin embargo, la Kabbalah no es el único camino. No todo el mundo conecta con ella, y eso está bien. A lo largo de estos años, he aprendido que también hay otros caminos como el tantrismo, el chamanismo, e incluso las tradiciones del hinduismo. Estas corrientes ofrecen visiones hermosas sobre los arquetipos de la feminidad y la masculinidad, y la eterna danza de la vida que representan figuras como Shiva y Shakti. Lo más importante es estudiar, adentrarse en la información, sabiendo que, al adquirirla, es para manejarla con responsabilidad. En un mundo tan sexualizado como el de hoy, donde la energía sexual se consume y se desperdicia sin conciencia, es crucial aprender a elevar esta energía, en lugar de bajarla, como se hace en muchas manifestaciones culturales y mediáticas.
Por eso, mi recomendación inicial es estudiar y formarse. Si decides adentrarte en el mundo de la Kabbalah, puedes acceder a los cursos de centros como el Centro de Kabbalah Internacional, que ofrece modalidades accesibles para todos. Pero, si esa no es tu vía, hay muchos otros caminos valiosos que están disponibles para todos. El poder está en conocer cómo funcionan estas energías para usarlas con sabiduría, no para destruir, sino para construir. Como si supieras cómo usar un martillo: puedes construir una casa, no destruirla.
El karma sexual es una realidad que afecta profundamente nuestras vidas, pero también es algo que podemos sanar. Al tomar conciencia de nuestra energía sexual, liberarnos de las creencias limitantes y aprender a amarnos, podemos romper con los ciclos negativos y elevar nuestra vibración. La sanación del karma sexual no solo mejora nuestra vida íntima, sino que también tiene un impacto positivo en nuestra salud emocional, mental y física. Si estás dispuesto a sanar, tu vida sexual puede transformarse en un espacio de amor, respeto y conexión divina. Si te quedo alguna duda o quisieras más información, me puedes encontrar en Instagram como @mayelimadrid o en Tik Tok como @mayelimadrid
Portada: Freepik
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